Mostrando entradas con la etiqueta internet. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta internet. Mostrar todas las entradas

lunes, 30 de abril de 2012

Sexenio

Ha pasado un sexenio desde el 1 de mayo de 2006, día en que la primera entrada de esta bitácora vio la luz, pocos días después de una mudanza bastante afortunada y de que un instalador chapucero pusiera la conexión a Internet en casa.

En estos seis años la verdad es que ha habido de todo, pero, para lo que es Rusia, y para lo que es Moscú, las cosas han sido muy estables. Y han sido estables contra todo pronóstico: lo normal en Rusia hubiera sido cambiar de trabajo un par de veces (intentos vanos, hasta la fecha), pasar por unos altibajos qué para qué (algo de eso ha habido, pero no gran cosa), divorciarse y casarse sucesivamente (no está en la lista de cosas por hacer, a Dios gracias), tener varias amantes (eso les pasa a los demás, y que siga así) y pasar alguna que otra desgracia y trasegar el suficiente vodka como para olvidarlas un ratito.

Pero no. Mi familia y yo somos un ejemplo de regularidad y rutina. Nos pasan tan pocas cosas y hemos cambiado tan poco en estos seis años que las únicas diferencias son de edad: todos tenemos seis años más, lo cual a los adultos no nos supone un cambiazo excesivo, pero sí a los niños. Ame, que entró en esta bitácora con dos añitos y medio y sin hablar apenas, es ya un mocetón de ocho y lo que apenas hace es callar. Ro, que tenía cinco años y sólo pensaba en princesas y cosas bonitas, ahora tiene once años, ambiciones políticas y es el terror de todos los que estamos a su alrededor y tenemos la obligación de no decirle que sí a todo (que según ella sería lo justo, claro).

Y Abi, que iba a cumplir siete años y era una despistada integral, ahora va a cumplir trece y... bueno, ésta sí que no ha cambiado lo más mínimo.

Todos siguen yendo al mismo colegio, con más o menos los mismos profesores, o profesores del mismo tipo; las niñas hicieron la Primera Comunión, el niño está en puertas de hacerlo, y la familia me deja de rodríguez un mes y medio en verano, ya desde hace unos cuantos veranos. Pero yo, en lugar de irme de picos pardos aprovechando la condición de rodríguez y como hacen mis congéneres, dedico este tiempo a estudiar para unos exámenes de septiembre que no es que vayan ya a mejorar mi currículum, a hacer un viajecito por Rusia de los que no pude llevar a cabo en su día (y ya me queda poco de lo que se pueda hacer en un fin de semana), o a machacarme a base de flexiones, abdominales y carreras continuas... para participar en unas carreras que nunca ganaré.

Quedamos con la misma gente, despedimos a los que ya se fueron, dimos la bienvenida a los que llegaron y aguantamos los balbuceos de muchos novatos en el país, que cometieron las mismas meteduras de pata que cometimos nosotros cuando llegamos, y que aprendieron a coscorrones, como también nosotros hicimos en su día.

Compramos en la misma tienda desde hace por lo menos cinco años; vamos a la misma iglesia, y hasta a la misma misa, desde incluso antes que eso; viajamos a España en la misma época (bueno, una vez conseguimos ir a Fallas); tenemos el mismo coche, y hasta la misma bicicleta; nuestra niñera sigue siendo la misma.

Nos levantamos a la misma hora, incluso los sábados y domingos; comemos cosas semejantes; bebemos los mismos zumos; impartimos las mismas clases de español con los mismos libros a niños, eso sí, sucesivos; miramos por la ventana, y vemos las mismas cosas en los últimos seis años.

En resumidas cuentas, que somos la cosa más rutinaria que ha parido madre, lo cual es insólito en Moscú, y por tanto nuestra vida es lo menos noticiable que uno imaginarse pueda. Sin embargo, llevo seis años escribiendo una bitácora a un ritmo constante, como buen corredor de fondo, de más o menos ciento cincuenta entradas anuales, y en la que el hilo conductor son las cosas que me pasan, cuando en los párrafos precedentes he dejado dicho que a mí no me pasa nunca nada extraordinario.

No deja de ser un misterio que esta bitácora, en un momento en que las bitácoras están pasando de moda a la carrera, haya llegado al sexenio, y a estas alturas esté cerca de alcanzar las mil entradas. Mil. Miro a mi alrededor, a esa barra derecha que limpié por última vez de cadáveres hace unos meses, y vuelvo a ver cadáveres y moribundos; y miro a las estadísticas que Google me enseña cada vez que abro esto para ponerme a escribir, y parece que hay gente que entra aquí y, lo que es más chocante, cada vez hay más gente que lo hace. No mucha más, pero sí algo más.

Y eso es confuso. Porque tengo la impresión, sobre todo cuando, como he hecho hace un rato, releo las entradas de los dos o tres primeros años, que entonces la cosa estaba fresca y el estilo salía más espontáneo, mientras que ahora, aunque en este momento no sea así, las líneas pasan con esfuerzo y los temas no se agolpan para ser tratados como pasaba en los primeros tiempos. Sin embargo, entonces había muy pocos visitantes y ahora, sin ser muchos, hay bastantes más.

En Rusia, por otra parte, está el mismo presidente que hace seis años, e incluso parece que nunca llegó a irse; Moscú sigue tan ingobernable como siempre y, si bien ha cambiado de alcalde, el nuevo es de la misma horma que el anterior. El que se mueve no sale en la foto y el cambio es una especie de horror negativo que las autoridades y la gran mayoría de la población conjuran como si de ello dependiera la cena de la noche.

Sin embargo, el cambio está ahí, moviendo las hojas de los árboles que sólo ahora, tras un invierno interminable, lucen en los árboles, y probablemente alguien ahí arriba esté riéndose de quienes pretendan que las cosas sigan inalterables, aunque sea durante los próximos seis años. Porque, aunque no sepamos el día ni la hora, el cambio está ahí, latente, y su activación no depende de nosotros.

De momento, vamos a por el séptimo año.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Susto en la blogosfera

Mantener una bitácora al día es una tarea que, a veces, puede resultar alienante, y no digamos si lo de "al día" se toma de manera estricta, como le ha pasado al autor de "Rusadas", esa bitácora cuyo enlace aparece ahí, a la derecha, casi siempre en el primer puesto (porque actualiza a diario) y que nos arranca una sonrisa, también a diario, a quienes le seguimos. Bueno, al ritmo que lleva, seguirle de cerca es complicado, pero hacemos lo que podemos.

Hace unos días pareció que nos dejaba huérfanos de sus entradas y que echaba el cierre a la bitácora. Como sabéis, periódicamente escribo algo sobre la salud de la rusosfera en castellano, una salud que, fuerza es reconocerlo, tiende a ser renqueante, y hoy tomé la pluma con la intención de lamentarme por una baja tan importante y de agradecer a su autor los momentos tan buenos que nos ha dado.

Al abrir la bitácora y mirar con pena la barra de la derecha, va y me encuentro, contra todo pronóstico, una entrada nueva en "Rusadas", así que lo que iba a ser una entrada plañidera por el fallecimiento de una bitácora, afortunamente, ha venido a convertirse en unas laudes por su continuidad, que esperemos sea prolongada.

En todo caso, ello me da pie para meditar un poco sobre las vicisitudes de las bitácoras, su nacimiento, crecimiento, decadencia y muerte, y me da un poco de vértigo, porque me doy perfecta cuenta de que, en el ínterim, esta bitácora que leéis se ha convertido en una veterana, algo poco frecuente en los egoblogs (y esta bitácora nunca ha dejado de ser eso, un egoblog). El nacimiento es lo más sencillo, y las primeras entradas parece que salen a borbotones, hasta que llega el momento en que las cosas se estabilizan, y a partir de aquí creo que mucho depende de la personalidad del autor. Los hay impulsivos, que de repente se arrancan con una serie, y luego callan durante semanas; los hay dejados, que sueltan algo con desgana y callan durante meses; los hay regulares, que tienen la actualización de su bitácora poco menos que metida en la agenda y siempre sueltan algo, lo que sea y venga o no a cuento, y los hay finalmente que sólo dicen cosas cuando tienen algo que decir... y eso pasa cada vez menos a menudo.

De todo hay. Lo que está claro es que llega un momento en que esto se termina, y también en la forma de terminar y fenecer la bitácora se aprecia el estilo del autor. Hay quien simplemente deja de escribir y abandona la bitácora llena de telarañas en la red de redes; hay quien pasa mucho tiempo sin escribir, y finalmente anuncia su retirada en una entrada aparte; y también hay quien corta su bitácora de repente, y pasa de actualizar con mucha frecuencia a decir que hasta aquí ha llegado y, las más de las veces, sin revelar las causas de la defunción.

"Rusadas", o Miguel, que asi se hace llamar el autor del blog, había elegido el sistema más radical de borrarlo todo y dejar una entrada de despedida. Ahora que sé que no es cierto que se va, puedo sonreír y creer que le ha pasado más o menos lo mismo que a Gógol, y esto explica por que la foto que preside esta entrada es la de don Nicolás, para mi gusto el más grande de los novelistas rusos.

Y no sólo el más grande, sino el autor de la novela que mejor retrata a Rusia: "Almas muertas". Como Cervantes con el Quijote, también Gógol se puso a escribir la segunda parte de su exitazo. Sin embargo, cuando lo tuvo terminado, o prácticamente terminado, le dio un ataque que bien podemos llamar pajas mentales, y quemó el manuscrito. Gógol perdió la vida a los pocos días, y nosotros perdimos la segunda parte de la obra, salvo algunos fragmentos sueltos que se han conservado por casualidad y que no nos permiten hacernos una idea de lo que hubiera sido aquello.

La idea de quemarlo todo es muy rusa, ya desde Gógol, y bien podía haber sido que "Rusadas", a fuerza de escribir sobre Rusia, se hubiera imbuido de su espíritu autodestructivo y hubiera acabado como la segunda parte de "Almas muertas". Lo que pasa es que los manuscritos de Gógol no son los bits de hoy día y, además, Google hace copia de todo, así que la desaparición de las obras es más complicada.

Dicho esto, me alegro de la continuidad de la bitácora y espero que su segunda desaparición, que llegará fatalmente, esté lejana, muy lejana. Más que la de ésta que leéis.

miércoles, 18 de enero de 2012

Dando la impresión

Entre los lectores de esta bitácora hay un buen número de conocidos, y también hay mucha gente que no me conoce de nada, más de lo que ha ido leyendo por aquí. Los que me conocéis me ponéis cara, sabéis lo que hago y lo que dejo de hacer y, en suma, la lectura de esta bitácora no os aporta demasiado sobre mi persona.

Con el tiempo, sin embargo, ha aumentado el número de quienes han caído por aquí sin conocerme personalmente. Algunos se quedaron un tiempo, para ir después a por otras lecturas, y otros han permanecido y hasta comentan con frecuencia, lo cual a mí me parece muy bien y me congratula bastante. Pero estos visitantes no me conocen personalmente y la única idea que se hacen sobre mi persona es la que obtienen de las líneas aquí escritas.

Hasta ahora, no me había preocupado lo más mínimo de la impresión que podía dar a estos visitantes. Hasta ahora.

He aquí que esta mañana recibo, en la dirección de correo electrónico asociada a esta bitácora, un mensaje de Mundo Spanish. Mundo Spanish se presenta como una plataforma, y cito:

que acaba de nacer para dar a conocer y promover los negocios españoles en el extranjero, principalmente del sector servicios: turismo, restauración, idiomas, ocio, negocio internacional…

Hemos puesto en marcha un blog para difundir la actividad internacional española y queremos colaborar con los blogueros españoles en el exterior. Como tú.

Hemos añadido tu blog a nuestro listado de recomendaciones y te proponemos intercambiar difusión: Mundo Spanish se hace eco de tus posts o tus propuestas más interesantes y, a cambio, tú nos haces un hueco en tu blog de la forma que quieras: un post, una mención, un link o recomendándonos a negocios de españoles en tu país!!

¿Qué te parece? Saludos desde España y suerte!


Así, a ojo, sabéis que soy bastante avaro con los enlaces y que sólo incluyo algunos muy específicos que he seguido bastante, antes de incluirlos. En cualquier caso, comencé a bucear por la página, por la bitácora que han abierto, y me encontré en el apartado "Rusia", junto a Kino, Rusadas e Iñaki, alfabéticamente ordenado en el segundo lugar de la lista.

Y no pude menos que leer la descripción que merezco a los ojos de los autores de Mundo Spanish: El soldado fanfarrón: Las vivencias de un profesor español que no pierde el sentido del humor.

Profesor...

Así que ésa es la impresión que doy, Dios mío. A ver si me estoy pasando de cultureta.

No sé qué pensar. De momento, creo que les voy a responder diciendo que agradezco su misiva, y que en o sucesivo no olviden, cuando escriban en castellano, los signos de admiración de apertura.

Después de todo, pasar por profesor exige creerse el papel. :D

viernes, 22 de julio de 2011

Incorporaciones a la barra derecha (III)

No todo ha de ser tachar, no, señor. Sangre fresca llega la barra derecha:

1.- La frontera azul. Es una de las ahora mismo cuatro bitácoras que adornan "Rusia Hoy", que es una publicación en español de Rossiyskaya Gazeta ¿Que no sabéis lo que pienso de Rossiyskaya Gazeta? Eso es porque no habéis pasado por aquí.

Obviamente, "Rusia Hoy" es una guarida de rusófilos, pero no pasa nada. Sé perfectamente que buena parte de los visitantes de esta bitácora son rusófilos, y para mí es un placer darles algún enlace donde se encuentren a gusto.

El autor de la bitácora es español, murciano para más señas, y escribe bien. Acaba de empezar, pero parece menos perezoso que los otros autores que escriben en esa plataforma, y su estilo mola, así que lo incluyo en la barra de la derecha. Como sabéis, cuesta mucho salir de ahí, así que esperemos que haya para rato.

2.- Rusadas. Me lo envío una amiga, y tenía que haberlo metido en la barra derecha de inmediato, pero uno es de un perezoso para cambiar diseños y hacer cositas que no sean escribir que da asco. El tío es un currante brutal, actualiza a diario y, además, ¡tiene sentido del humor! Una fiera.

Y hasta aquí las nuevas incorporaciones. Parecía que la rusosfera en español languidecía, pero quizá es simplemente que no había buscado bien.

miércoles, 20 de julio de 2011

La limpieza de la barra derecha (II)

Como bien saben los lectores de esta bitácora, me he sacudido la pereza de encima, y me he puesto a hacer limpia en la barra de la derecha. En la entrada anterior ya expliqué los motivos de la eliminación de cinco bitácoras abandonadas, y toca ahora hacer un repasito a las que han pasado la criba, a ver cómo está de salud la rusosfera en española recogida en esa barra.

Hay dos bitácoras que no han sido eliminadas por los pelos. La primera es Soviet Russia. Las aventuras de Xavi en Omsk, y los relatos con que nos deleitaba, se fueron espaciando y espaciando, hasta que ahora aparece uno de uvas a peras. La iba a borrar, pero entonces resurgió momentáneamente para incorporarse al 15-M a distancia, como los estudiantes de la UNED y, siempre con la esperanza de que sea más asiduo, lo mantengo, aunque, por lo que he hablado últimamente con el autor, el tiempo no le sobra.

Y luego está Desde mis gafas. César, el autor, incluso se había despedido hacía año y medio, lo cual convertía esta bitácora en clara candidata al ciberdesguace. Pero he sido tan sumamente vago en actualizar el diseño que le he dado tiempo a descansar y meter otra entrada, muchísimos meses después de la anterior, así que no va a haber ciberdesguace. Lo que no sé es si en esta su nueva etapa César va a seguir escribiendo sobre estos andurriales eslavo-orientales, o se va a dedicar a la España cañí y olé; pero, puesto que a mí también me gusta escribir de lo mío, y es lógico que a veces lo haga sobre el país donde nací, difícilmente voy a poder reprochar a nadie que haga lo mismo.

Las demás bitácoras siguen ahí, con actualizaciones más o menos frecuentes, pero siguen ahí. Unas más serias, otras más festivas, otras más socarronas, otras más rusófilas. El caso es que a mí me molan, y por eso están ahí.

Ahora llega el momento de ampliar un poco. Hasta ahora, únicamente había puesto bitácoras no alojadas en ningún medio de comunicación masivo. No puedo dar una razón de por qué hago esto, pero supongo que, más o menos conscientemente, tengo a todos los medios de comunicación masivos bajo sospecha de falta de independencia y, por consiguiente, me parece que también las bitácoras alojadas en ellos van a ser hechura de sus amos. Pero voy a comenzar a relajar este prejuicio, en parte en atención a que esta misma bitácora está alojada en Google, que tampoco es, probablemente, una casa muy representativa de la rebelión, la lucha contra el sistema o la anarcotradición. Y, lo dicho, mal puedo reprochar a los demás que hagan lo que yo y alojen su bitácora donde mejor les parezca y les dejen.

En estas circunstancias, ingresa en la barra derecha la bitácora "Érase una vez en Rusia". No, no suena ninguna banda sonora de Ennio Morricone al entrar en ella, ni tampoco de Glinka o de Prokopiev. La bitácora está alojada en "El País" y no tengo ni idea de quién la escribe, pero alguien que escribe en El País y firma como "soviética", probablemente responde al prototipo de rusófilo: al menos, seguro que responde a dos de las características más habituales del mismo, es decir, que es de izquierdas (o sólo progre, que no es lo mismo) y no le gustan los EEUU. Otra de las características habituales es la de ser hombre, y ésa parece que falla estrepitosamente en este caso. Y es que ni siquiera yo puedo acertar siempre, y menos cuando estoy de broma.

En todo caso, la bitácora tiene varias entradas simpáticas y, ahora que me doy cuenta, es la primera bitácora escrita por una mujer que accede a la barra derecha. Si estuviera en España, es posible que esta circunstancia incluso fuera ilegal y me obligaran a poner más bitácoras de mujeres, vinieran o no a cuento.

Hasta aquí hoy. Pero quitar cinco bitácoras e introducir sólo una queda un poco flojo, así que tendré que rebuscar un poco por la red para meter algo más. Lo cual ocurrirá en la siguiente entrada, porque hoy se hace tarde.

lunes, 18 de julio de 2011

La limpieza de la barra derecha

Lo venía prometiendo desde hace meses... puede que años. Pero ha llegado el momento de quitar de enmedio, o mejor, de la barra derecha, todas las bitácoras arruinadas por el abandono. Y de ir metiendo nuevas poco a poco, pero esto lo iré haciendo con calma. Bueno, espero que no con tanta calma como he tenido para limpiar éstas.

Ha caído de la barra The Carbuncho Times, que llevaba cuatro años sin actualizarse, lo cual es suficiente justificación para darlo por abandonado. Su autor continúa por Moscú, sí, y lo veo con mucha frecuencia, pero sus ocupaciones familares y académicas lo tienen lo suficientemente ajetreado para haber dejado el mundo de las bitácoras, así que una menos.

Otro que no sigue es Diarios rusos, bitácora de un profe de español en San Petersburgo que ya dejó San Petersburgo hace dos años, y con San Petersburgo dejó su bitácora. Era muy chula, el autor la escribía muy bien y me ha dado pena quitarla, pero las telarañas eran ya excesivas.

La siguiente víctima de la escoba es "El mundo mirado a través de diferentes cristales" (eso es lo que prometía, vamos). Al final, resultó que los cristales no eran tantos y la cosa no ascenció más que a cuatro entradas, como la bitácora de un becario cualquiera. Es una pena, porque el asturiano que lo escribía estaba en Irkutsk, que no es un lugar en el que abunden los españoles con ganas de escribir sus vivencias. De todas formas, se le veía concienzado a tope con la idea de difundir su bitácora, prueba de lo cual es que tradujo todas las entradas al inglés (pero, de leerlas, recomiendo encarecidamente hacerlo en español, mucho más que en inglés. si lo leéis en inglés entenderéis por qué). Quizá por eso, aún hoy, en el contador que tiene en la página sale que ha tenido más de once millones de visitantes. O es más conocido que Rihanna, o un fantasmón de siete suelas. El caso es que el entusiasmo se le apago enseguida, como a Usain Bolt corriendo una maratón.

Finalmente, el último tachón de esta tanda le corresponde a "Camino de perdición". Ya le tocaba. Por una parte, el autor, Boots, que incluso hoy a veces aún entra por aquí (¡un saludo, Boots!) ha dejado Moscú, de donde pensábamos que sólo conseguirían hacerle salir con aceite hirviendo, y ahora es un señor funcionario en Bruselas, aunque, lo que es la bitácora, la tenía apolillada desde bastante tiempo antes. Como no es probable que retome sus experiencias con el género bitacoril, procede aligerar la barra derecha.

También cae "Hora de Moscú". Su autor, Galo, argentino él, ha escrito dos entradas en los últimos dos años, y de la última hace más de siete meses. En estas circunstancias, a mí me parece claro que estamos ante una víctima de esa enfermedad, que podemos llamar "fatiga bloguera", y de la que nadie está a salvo, como es posible que comprobéis dentro de un tiempo, no sé cuánto, si continuáis pasando por aquí. Y, como no es cuestión de tener ahí bitácoras fosilizadas, toca desprenderse de ésta.

De momento, ésas son las cinco bitácoras que han abandonado, por defunción, la barra de enlaces. Pero creo que esto no ha sido todo. Por una parte, hay otras dos bitácoras que estaban marcadas en el primer proyecto de aligeramiento; por otra, me doy cuenta de que ahora debería rellenar la barra derecha con bitácoras jóvenes, frescas, lozanas y de actualización razonablemente frecuente. Sólo falta encontrarlas...

miércoles, 18 de mayo de 2011

Recuperando


El apagón de Blogger de la semana pasada ha sido una de esas cosas chocantes que pasan y que resultan por lo menos desagradables. De hecho, una de las cosas desagradables que ha pasado es el borrado de comentarios; el borrado de entradas lo han reconducido y las entradas pendientes o desaparecidas han vuelto a aparecer. Los comentarios, en cambio, no. Los comentarios han desaparecido de manera permanente, pero casualmente yo tenía copia del asunto, de manera que esta entrada quedará dedicada a responder a los que aparecieron, porque el más damnificado en el borrado de comentarios he venido a ser, curiosamente, yo mismo. Ahí va, y de paso aprovecho para ampliar algunas respuestas.

Fernando, en la entrada "Gasolina":

Hola Alfor, hay una cosa que no me encaje en tu entrada, si el precio de la gasolina en Rusia es algo menos de la mitad que en España, entonces la gasolina está más cara en Rusia que en Estados Unidos (que viene a estar a un tercio del precio europeo). Me parece extraño que el primer productor de petróleo tenga la gasolina más cara que el primer importador mundial.
Según tengo entendido los impuestos a la exportación de hidrocarburos suponen una parte importante de los ingresos del presupuesto ruso, que tiene en cambio unos impuestos muy bajos en otros conceptos. Como ya sabes no soy economista, aunque tangencialmente me interesa el tema, pero creo que es muy arriesgado que el presupuesto dependa tanto de una única fuente.
En cambio había oído que el precio interno del gas sí iba a adaptarse al precio internacional.
Saludos


Fernando, los impuestos especiales sobre los carburantes en EEUU y en Rusia no tienen nada que ver, y son una parte muy importante del precio final. En Rusia, a las petroleras las esquilman a base de bien. Está el Impuesto de Sociedades, que pagan como cualquier otra empresa y que ascienden al 20% del beneficio; está el Impuesto sobre el Patrimonio Empresarial, que asciende al 2,2,% del valor de los activos fijos de la empresa (y las petroleras tienen muuuuuchos activos fijos); está el Impuesto sobre Extracción de Recursos Minerales, que también se las trae; y además el combustible está sometido al IVA (18%, como en España) y a los impuestos especiales. Y, por su fuera poco, están los impuestos a la exportación de petróleo (aunque el petróleo que se exporta, al menos, no está sujeto al IVA) y que tienen la función de, además de recaudar a saco, evitar el desabastecimiento del mercado local y presionar los precios interiores a la baja. Lo que nos debería extrañar no es tanto que la gasolina sea más cara que en Estados Unidos, sino que, a pesar de tanto impuesto, sólo cueste la mitad que en España.

Y efectivamente, los impuestos sobre las petroleras (no sólo sobre la exportación) constituyen una parte importante de los ingresos públicos en Rusia, y es verdad que eso es bastante arriesgado, como se comprobó fugazmente durante la última crisis, que por suerte para Rusia ha sido aquí muy breve, y en donde quedó muy de manifiesto que la economía rusa es mucho más dependiente de las divisas procedentes del petróleo de lo que las autoridades rusas habían reconocido hasta entonces.

El tema de la energía da para mucho, y para un economista hay que reconocer que es un campo apasionante. Igual le dedico alguna otra entrada.

omeda29, también en la entrada "Gasolina":

Que sera de mi pais? soy de Venezuela y tenemos la gasolina mas barata del mundo, claro lo que no sabe el pueblo es que igual la estamos pagando cara por el subsidio que le tiene el gobierno, pero como dices el paternalismo sigue campante en pleno siglo XXI

Omeda29, bienvenida. No conozco exactamente la situación de Venezuela, pero tengo la impresión de que los costes de extracción (que es donde le aprieta el zapato a Rusia) son menores, por lo que la política paternalista debería poder continuar más tiempo. No creo que sea lo mejor para Venezuela, pero supongo que es lo que habéis elegido.

Arkadi, también en "Gasolina":

...lo que no dices, pero me parece entender, es que cuando el asunto del petróleo les pete entre las manos a los rusos, el resto de Europa también se puede echar a temblar, porque el efecto dominó no será pequeñajo. ¿Me equivoco?

(Éste no lo borró Blogger, lo que sí borró fue la respuesta)

Arkadi, lo del petróleo petará y afectará a todos, pero lo normal es que al resto de Europa le afecte algo menos que a Rusia, que tiene una dependencia aún más fuerte del petróleo. Se supone que en Europa se fomentan las fuentes de energía renovables y el ahorro de energía y en Rusia te aseguro que sólo de boquilla.

Arkadi, en "Parecidos razonables":

El de Franco era un régimen de partido único, así entra perfectamente en la definición de "totalitario", aunque no tuviera la misma obsesión de control absoluto que la URSS o el Tercer Reich. Era un fascismo cutre y salchichero, pero fascismo al fin y al cabo. A mí la Rusia de Putin me recuerda más al México del PRI: técnicamente un estado democrático de derecho, pero con un férreo entramado de intereses, mafioseos y clientelismos, y suficientes trampas institucionales como para mantener al partido oficial en el poder durante más de 70 años (sí, más que la Unión Soviética) y además con un apoyo popular nada desdeñable. Bastante parecido a lo que tenéis en Rusia, ¿no?

(También aquí lo que quedó borrado fue la respuesta)

Arkadi, creo que el concepto de "totalitario" va mucho más allá del régimen de partido único y se aplica a un sistema político que aspira a un control total de la sociedad y su subordinación al Estado. La España franquista, aunque sólo sea por su confesionalismo católico, que es completamente opuesto al totalitarismo, era otra cosa. Un profesor mío del Instituto, comunista él y cura rebotado, lo definía como régimen autoritario paternalista, y creo que no es mala definición.

El régimen de Putin tiene una diferencia fundamental con el priismo, y es que en el PRI era el partido el que mandaba sobre las personas concretas, que eran contingentes (yo sólo podría nombrar a Plutarco Elías y a Carlos Salinas, y creo que estoy muy por encima de la media de españoles a la hora de nombrar presidentes mejicanos), y en Rusia es Putin el líder, y el partido el contingente. De hecho, creo que casi todo el mundo sabe que quien manda es Putin, pero no el nombre del partido que dirige (sin estar afiliado al mismo, curiosamente). Pero en lo demás sí que tienes razón en que parece muy similar.

viernes, 13 de mayo de 2011

Mas dura fue la caída

Y me refiero a la caída de blogger.

Estoy evaluando los daños en la bitácora. Una entrada muerta y varios comentarios que se ha tragado internet. Tranquilos, que creo que tengo copia de seguridad de todo, pero me va a tomar un rato reconstruirlos, entrada aparte.

Se han lucido esta vez, los de blogger.

lunes, 2 de mayo de 2011

Quinto anno

Ayer fue el primero de mayo, día en que el mundo celebra, según a quien preguntemos, el día del trabajador o simplemente San José Obrero. Esta bitácora, sin embargo, se limita a celebrar su cumpleaños.

Cinco años, tú. Cinco. Casi ochocientas entradas y más de tres mil comentarios. Ni de lejos pensaba yo el ya lejano 1 de mayo de 2006 que se iba a llegar a esta situación.

Entretanto, las cosas han cambiado mucho por aquí. La tropa, que estaba compuesta por tres niños pequeños en edad preescolar, sigue compuesta por tres personas (el cuarto intento falló, lamentablemente), pero llamarlos «niños pequeños» es irreal, por mucho que en ocasiones se comporten como tales. Más bien se trata de dos preadolescentes (una de ellas cada vez menos «pre»), y de un guerrillero infantil insumiso.

Moscú, en estos cinco años, ha cambiado menos de lo que lo había hecho antes. Es cierto que, leyendo algunas entradas del 2006 (por ejemplo, las del parque móvil), suenan atrasadas, pero no tanto como hubiera sonado una hipotética entrada de 2001 leída el 2006. Incluso Rusia, ese país lleno de sorpresas en el que el conocimiento pasado servía de poco más allá del corto plazo, se está comenzando a calmar, como si alguien hubiera dejado de agitar el agua del vaso. Tenemos un régimen político que, como ya he dicho varias veces, me recuerda bastante al de Franco (y eso no es peyorativo en absoluto), pero, como tiene algo que Franco no tenía, que son recursos naturales a tutiplén, podría permitirse carecer de las tensiones, principalmente económicas y especialmente cambiarias, que tuvimos que padecer en España. El hecho de que, a pesar de todo, haya tensiones económicas y cambiarias, a lo mejor indica que los economistas son (somos) una fauna capaz de ver el vaso medio vacío en cualquier situación.

Y lo que sí, definitivamente, ha cambiado ha sido la blogosfera sobre Rusia en castellano. Casi todas las bitácoras coetáneas de ésta yacen repletas de polvo en el final de la barra de enlaces de la derecha, y alguno de sus autores incluso ha tomado las de Villadiego, virtual y realmente, así que va siendo hora de remozar la tabla de enlaces y dedicar un buen rato a buscar bitácoras sobre Rusia probablemente más noveles que las anteriores, pero que al menos estén vivas.

Ya sé que lo prometo periódicamente, pero esta vez va en serio, sólo que tendré que hacerlo otro día, porque, como tantas y tantas veces, hoy se me hace tarde.

lunes, 11 de abril de 2011

Wikipedistas


En muchas entradas que se ven en las bitácoras abundan las referencias a la wikipedia, que indudablemente ha cambiado la vida de muchísima gente, dando una referencia fácil y una forma rápida y sencilla de aumentar sus conocimientos. Ahora bien, por muchos revisores que haya, así como en internet se concentra lo mejor y lo peor de la vida, la wikipedia no es una excepción. Y efectivamente es una ayuda en, espero, la mayoría de las ocasiones, pero también se convierte en un territorio resbaladizo en las numerosas ocasiones en que es difícil mantenerse objetivo, y es directamente mortal en las entradas correspondientes a idiomas minoritarios, o no tan mayoritarios, en que muchos wikipedistas se limitan a traducir de manera bastante acrítica los artículos procedentes de la versión inglesa. O a sacar información sólo Dios sabe de dónde, con resultados de penosos para abajo que se quedan en la red para vergüenza de sus autores.

Otra de las utilidades de la wikipedia es la de confirmar la ortografía de palabras dudosas. El otro día, tuve que escribir la palabra "boda" en ruso (свадьба), y por un momento dudé sobre la ortografía correcta. Escribí "boda" en la wikipedia española, pasé a la wikipedia rusa y confirmé la manera correcta de escribir; pero, ya que estaba allí, eché un fugaz vistazo al índice y vi que había un apartado específico sobre España. Es el que reproduzco y traduzco aquí abajo:

Испания

Сватовство на Пиринеях проходит без участия молодых. Переговоры ведутся между родителями. Три воскресенья перед свадьбой проводится оглашение. На второе воскресенье в доме жениха устраивается роскошное пиршество. Гостей обязательно нужно позвать до первого оглашения, иначе, если кого-то забыть позвать, это будет считаться смертельной обидой.

В Испании наряд невесты может купить жених и он может быть черного цвета. При венчании жених вместе с кольцом дает невесте 13 золотых монет в знак обета верности и как оберег от всех бед. Монеты невеста хранит всю жизнь.

Невесту в Испании могут украсть или пытаться разлучить молодых. Поэтому молодые тщательно скрывают место, где пройдет их первая брачная ночь.


Véamoslo, veámoslo en castellano.

España

Los esponsales en España tienen lugar sin la participación de los novios. Las negociaciones las llevan los padres. Tres domingos antes de la boda se realiza la publicación. En el segundo domingo, en casa del novio, se organiza un lujoso banquete. Hay que avisar a los invitados antes de la primera amonestación, porque, si no, si se olvida avisar a alguien, se considerará una ofensa mortal.

En España, el traje de la novia lo puede comprar el novio y puede ser de color negro. En la ceremonia religiosa, el novio, junto con el anillo, da a la novia trece monedas de oro en señal de fidelidad y protección de todos los males. La novia guarda toda su vida las monedas.

En España, es posible raptar a la novia o intentar separar a los recién casados. Por eso, los novios ocultan cuidadosamente el lugar donde pasarán su noche de bodas.


Luego nos extrañaremos de que haya tan pocas bodas entre rusos y españolas. Yo mismo, después de leer esto, ni de coña me casaría con una española. Sí, hombre, para que me la rapten.

lunes, 3 de enero de 2011

La barra de la derecha

Ahora que empieza el año nuevo, va llegando el momento de hacer un cambio de un poco de mayor enjundia en la estructura de esta bitácora. Y es que, aparte de los comentarios que quedan apuntados en las distintas entradas, hay quienes envían sugerencias al buzón que aparece ahí, a la derecha, debajo del avatar, o a alguno otro que algún lector más íntimo sabe que leo.

Las sugerencias son de distinta naturaleza. Hay quien se queja del fondo y de lo difíciles que son de leer las entradas, con ese camuflaje; hay quien echa de menos que no hable más de la Chapman, cosa comprensible. Las sugerencias desagradables y soeces, que también las hubo, desaparecieron hace algún tiempo, supongo que por aburrimiento y porque incluso los más disconformes con esta bitácora entienden que su tiempo puede ser mejor aprovechado en otras circunstancias. En general, las sugerencias son bienvenidas e incluso atendidas, y de ello hay varios ejemplos en distintas entradas, si estoy conforme con ellas o tengo tiempo para hacer caso. Lo del fondo de pantalla es una idea, pero es que es poco menos que una bandera de la bitácora desde sus comienzos, y me da mucha pena cambiarlo. Y lo de hablar de la Chapman es una buena idea, pero me la reservo para cuando la Chapman haga algo que me parezca interesante, aparte de lucir palmito en concentraciones de jovencitos recién hormonados. Dicho sea de paso, si yo fuera jovencito hormonado (una de las dos cosas ya no la soy), hay chicas bastante más cañón que la Chapman, aunque no sean espías.

Lo que me preocupa ahora, y no es la primera vez, y menos después de leer esto, es la fosilización de buena parte de las bitácoras enlazadas ahí, a la derecha, en el (lo voy a decir) blogroll. Lamentablemente, casi la única de temática rusa que se actualiza con frecuencia por lo menos semanal es ésta. Muchas de las demás están abandonadas o renquean visiblemente. Parece que el comienzo del fin de la mayoría de ellas sucede cuando sus autores descubren las redes sociales y el (lo voy a decir también) microblogging. Es algo así como cuando eres adolescente, tus compañeros de quinta se van echando novia y descubres que de repente es como si los hubieran abducido los extraterrestres.

- ¿Has visto a Juan?
- Desde que se echó novia, no.
- ¿Y a Pepe?
- También se echó novia, y hace tiempo que no lo veo.
- ¿Y Luis?
- Tiene novia. He hablado con él por teléfono, pero no hemos podido quedar.
- Mira, ahí viene una chica.
- ¡Tengo miedo!

Con las bitácoras, lo mismo.

- ¿Has entrado en "Volgogrado para principiantes"?
- Sí, pero no actualiza. Ahora está en Twitter.
- ¿Y qué me dices de "Arjángelsk patria querida"?
- No actualiza desde hace meses. Creo que el autor ocupa todo el tiempo en Facebook.
- ¿Y "Diarios de un baturro en Semipalatinsk"?
- Hizo un par de entradas y lo dejó.
- Oye...
- ¿Qué?
- Que me he abierto una cuenta en Facebook.
- ¡Tengo miedo!

En fin. Próximamente me voy a dedicar a indagar si hay alguien por ahí escribiendo bitácoras en español que tengan relación con el contenido de ésta, y a limpiar de alguna manera el contenido de los enlaces. Pido la ayuda de los lectores, que seguro que están bastante más puestos que yo.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Redes sociales

Ahora mismo me encuentro en un vuelo de Iberia camino de España. Estoy escribiendo, pero no estoy conectado a internet, porque está prohibidísimo y porque los asistentes de vuelo que Iberia pone en el vuelo de Moscú están mentalizados para no andarse con chiquitas a la hora de cantarles las cuarenta a los pasajeros. No se lo reprocho, porque estos vuelos con Moscú están llenos de gente problemática, pero de esta manera más vale que nos olvidemos de la amabilidad típica de las azafatas. Bueno, Iberia, de todas maneras, nunca ha sido un buen ejemplo de esto último. El caso es que ya publicaré la entrada un día de éstos.

Me he puesto a echar un vistazo a la revista del avión y me he encontrado con el típico artículo de autobombo de Iberia. Escribe un poquito sobre las redes sociales, lo que son y cuáles son las más importantes, y luego comienza a encomiar lo concienciada que está la compañía y la de perfiles que tiene en la gran mayoría de redes influyentes.

Y, además, lanza una lista de las diez más importantes. A ver si me acuerdo:

1. Facebook.
2. Youtube.
3. Twitter.
4. Linkedin.
5. Hi5.
6. MySpace.
7. Tuenti.
8. Metroflog.
9. Badoo.
10. Orkut.

Hay algunas que ni siquiera me suenan. Hi5 parece una fórmula de química o una jugada de ajedrez mal apuntada. Metroflog y Orkut también era la primera vez que sabía de su existencia, y Tuenti y Badoo ya sabía que existían, pero hasta ahí llegaba todo mi conocimiento sobre ellas. Y está Twitter, de la que he leído algún mensaje, pero nada más.

Luego están las dos redes-plomo, que en mi caso son MySpace y Linkedin. Como sabéis, el autor de esta bitácora tiene una cuenta de correo en Hotmail (al_forfon@hotmail.com), y MySpace es una red, uno de cuyos elementos es Hotmail. Digo que es plomo porque me suele enviar mensajes anunciando nuevas utilidades y cositas que me darán unas funcionalidades de la leche... bueno, me la darían si no tuviera el perfil de MySpace lleno de telarañas virtuales.

La otra red plomo es Linkedin. Se supone que es una red de profesionales para ayudar a hacer lo que los pijos y los enchufados llaman "networking" y los mortales llamamos "hacer contactos profesionales". En una de mis andanzas laborales, cayó en mis manos un correo de un tipo tan destarifado (pero ésa es otra historia) que no pude resistirme a buscar sus datos en Google. Google me envió a su perfil de Linkedin, y yo me hice una cuenta sólo para entrar en el perfil de semejante cretino. No hubo forma, porque descubrí que para entrar en el perfil tienes que ser un "hacker", que no es mi caso, o tener permiso del cretino, y claro, llamarse Alfor von Buchweizen y ser una pantera rosa con boina roja y borla amarilla no es la mejor manera de que te tomen en serio. Pero el robot de mensajes de Linkedin no sabe lo de la foto de la Pantera Rosa y me manda mensajes periódicamente para que actualice mi perfil o busque nuevos contactos profesionales. Yo creo que, salvo que el inspector Clouseau también esté en Linkedin, lo tengo claro para que alguien me acepte como contacto profesional.

Y finalmente, hay otras dos redes, que son las dos primeras de la lista. En Youtube tengo un perfil y están colgados los pocos videos de cosecha propia que adornan esta bitácora. Y en Facebook me metí un día que quería ver una cosa que me pareció interesante, me tuve que hacer un perfil, y luego apareció gente y todo. Al principio he de reconocer que me llevé un susto, porque Facebook me sugería que invitara como amigo a peña conocida. "¿Cómo narices sabe Facebook que yo conozco a este pollo, cuando la cuenta está a nombre de mi nick?" Supongo que pueden entrar en los contactos de la cuenta de correo, o en la bandeja de enviado, porque, si no, no se explica. Toma seguridad, privacidad y buen gobierno.

El caso es que yo no quería hacer un perfil en Facebook. Yo sólo quería ver una cosa que me interesó puntualmente. Pero, entretanto, resulta que hay gente que me manda propuestas de amistad, y a algunos por lo menos los conozco, pero hay algunos que no. Me parece descortés decir que paso, pero tampoco me parece muy coherente llamar amigo a gente de la que no sé absolutamente nada. En fin, yo las he aceptado, pero como sigan entrando chicas cañón a mandarme solicitudes de amistad me voy a buscar un disgusto doméstico...

De todas maneras, yo lo de las redes sociales no lo tengo claro. Prefiero las bitácoras, y la prueba es que, aunque muchos dicen que están pasadas de moda y yo no niego que algo de razón les asiste, aquí me tenéis escribiendo en esta pantalla. En primer lugar, permiten elaborar más las cosas. Y luego, para el que entra, tiene la gran ventaja de que no necesita registrarse en ningún sitio ni abrirse perfiles de nada, ni el señor Google, que es el dueño de Blogger, va a incordiarles con mensajes y más mensajes. Vamos, puede que cambie de opinión, pero yo no necesito tener veinte mil amigos en Facebook, como alguno que hay por ahí, y pasarme el día pintando el muro y mirando si la gente ha escrito algo. Es lo que me faltaba, con el jaleo que llevo encima...

Todo este rollo viene, aparte de porque, de no echarlo, me aburriría en el avión, porque el artículo y el listado de redes sociales que viene en él omite la red social rusa por excelencia, red que es líder indiscutible entre la comunidad rusófona y que responde al nombre de "V kontakte", que, traducido al castellano, quiere decir "en contacto". Esta red social entró en nuestras vidas la semana pasada, cuando, con actitud retadora, Ro me pidió permiso para entrar en internet y acceder a su perfil.

Pero eso le tocará a la próxima entrada. No porque ahora se haga tarde, sino porque me están poniendo la cena en la bandeja y tengo un hambre de lobo. Tanta, que incluso soy capaz de comer la cena de Iberia y de beber el zumo de naranja con sabor a Frenadol que nos sirven.

lunes, 3 de mayo de 2010

Quarto anno

Bueno, pues ha pasado un año más, y van cuatro, escribiendo esta bitácora. El 1 de mayo se cumplió el cuarto aniversario de la primera entrada, a la que han seguido otras seiscientas y pico. Por mi parte, encantado. Me gusta escribir. Es cierto que el estilo de la bitácora, o eso creo yo, ha evolucionado algo desde las primeras entradas, pero tengo para mí que después de los primeros meses la cosa se ha mantenido razonablemente estable. Si a alguien no le parece así, que lo diga, que me interesa saberlo.

Lo que no ha dejado de ser esto es un egoblog. No tiene pretensiones de verdad, ni siquiera de generalidad; simplemente cuento cosas que me pasan y, como vivo en Rusia, casi todas las cosas me pasan en Rusia y aprovecho experiencias propias para contar cómo son las cosas por aquí o, por lo menos, cómo las veo yo. No pretendo sentar cátedra. Eso es muy aburrido y otros lo hacen mucho mejor que yo.

Con estas premisas, no esperaba yo que esto fuera muy interesante para nadie. Lo escribía para los amigos y familiares. Algunos lo leen, pero son minoría entre los lectores. Una sorpresa ha sido que el número de lectores, que no sé muy bien de dónde salen, porque no yo hago nada por promover esto, no ha dejado de subir poco a poco; por una parte, eso es agradable para la vanidad de uno; por otra, la popularidad lleva a la responsabilidad, así que a veces hay que morderse la lengua y no contar cosas que me gustarían. Por ejemplo, mi trabajo es la monda y ocurren cosas la mar de entretenidas, pero mi natural sarcástico y el hecho de que mi anonimato es más que relativo, además de mi instinto de conservación (sobre todo el instinto de conservación del trabajo, que también existe y más en los tiempos que corren), hacen que mis peripecias estrictamente laborales queden fuera de esta bitácora salvo para referencias muy tangenciales y, en todo caso, fuera de la sede. Y es lástima, porque hay cosas que, bien contadas, serían muy amenas.

Pues eso, que ya son cuatro añitos, que a la bitácora ya le han salido todos los dientes de leche y que, si esto sigue así, vamos a cumplir el primer lustro. Gracias a todos los lectores y, por supuesto, se aceptan sugerencias. Vamos, no quiero decir que las vaya a seguir a pies juntillas, pero, lo que es aceptarse, se aceptan.

lunes, 29 de marzo de 2010

La rusosfera en castellano se cansa

Sí, amigos. Cualquiera que le eche un vistazo a la parte derecha de la pantalla, donde deberían aparecer las bitácoras en castellano con temática rusa que conozco (y una que no tiene esa temática, pero que me mola), se dará cuenta de que las cosas no pirulan adecuadamente por la rusosfera en español. Porque las bitácoras enlazadas se pueden clasificar en cuatro categorías:

1. Muertas.
2. Fallidas.
3. Renqueantes.
4. Vivas. Y menos mal que esta categoría existe, porque, si no, apañados íbamos.

Han muerto fatalmente, o eso parece, las siguientes: El Carbuncho Times, Diarios rusos, Hora de Moscú, Soviet Russia, Camino a perdición, Desde Rusia en directo y Desde mis gafas, que ha sido la última baja. Todas las bajas son muy sensibles, claro, pero es posible apreciar en casi todos los casos la presencia del temidísimo cansancio del bloguero. Primero, las entradas se espacian cada vez más; a veces, se hacen mucho más breves y se limitan a poner fotos; luego, desconexión y final. A veces avisan de que se acabó lo que se daba (Diarios rusos y Desde mis gafas son los casos más notables); a veces el cansancio es tan grande que ni llegan a eso (es el caso de las demás); y el amigo Xavi, en su última entrada publicada desde Siberia, incluso asegura que, aunque han pasado veinte días desde la última, no ha vuelto a dejar colgado el blog. Claro que eso lo escribió hace ocho meses... Vamos, que eso nos indica que la muerte de la bitácora a veces es una muerte anunciada a lo García Márquez, que se ve venir; a veces es una muerte organizada con entrada-epitafio y a veces viene de sopetón y sin saber muy bien por qué.

Luego están las fallidas. Bueno, de ésas hay una: "El mundo mirado a través de diferentes cristales", que habrá que llamarla fallida porque, si no cuento mal, tiene cuatro entradas, que son muy interesantes y están muy curradas y hasta laboriosamente traducidas al inglés, pero no dejan de ser cuatro. No sabemos lo que pasó después, y es lástima, porque la cosa prometía.

Pasemos a las renqueantes, que son la de Sacerdotes en Rusia y Salsa rusa, aunque ésta intenta levantar cabeza. Bueno, y Ekinoterimburgo también podría entrar en la lista. A éstas les ha llegado la primera fase del cansancio del bloguero: el espaciamiento de las entradas, cuya frecuencia disminuye alarmantemente. A veces hay un prurito de pundonor bloguero y el respectivo autor se arranca con un par de entradas muy seguidas en un intento de resurrección, pero en la gran mayoría de los casos estos intentos se quedan en eso. Ojalá esté equivocado (a mí me encantaría), pero el patrón habitual parece conducir a estas bitácoras al grupo de más arriba.

Y, bueno, también están las vivas: Curiosidades de Rusia y otros lugares y Fanáticos del vodka, que llevan un patrón de actualización de frecuencia aceptable y con relativamente menos altibajos.

Y luego está esta bitácora que estáis leyendo sobre estas pantallas, y que parece obvio que sigue viva y, sin comerlo ni beberlo, convertida en un lugar veteranillo. A diferencia de alguna de las bitácoras comentadas, ésta es mayormente un egoblog, lo cual ciertamente es una palabra despectiva, pero es lo que hay; bueno, puede que no sea un egoblog puro y duro, pero sí que es verdad que vive casi exclusivamente de experiencias propias, normalmente domésticas, y que suele rehuir los análisis sesudos de política, geopolítica, sociedad, poesía y romanticadas varias y otras zarandajas sin importancia y que, cuando se pone a analizar alguna de esas cosas, es bastante dudoso que se pueda llamar "sesudo" al resultado.

Vamos, si escribo esto es para que alguien me ayude a superar una realidad más dolorosa que un abrazo de Chuck Norris: ¡que me estoy quedando -casi- solo! Pero, ¿en todo este tiempo que ha pasado no ha aparecido ningún hispanoescribiente que se dedique a escribir sobre rusadas?

En fin, sea como fuere, aquí seguimos, ya veremos por cuánto tiempo. El cansancio del bloguero no ha aparecido todavía por aquí (se nota la educación germánica, supongo), pero sabemos que ésas son cosas que aparecen cuando menos se espera. Eso sí, en tal caso, y en honor a la tan mentada educación germánica, la retirada será ordenadísima y con una adecuada entrada-epitafio.

Entretanto, hala, a seguir dándole a la tecla.

viernes, 1 de enero de 2010

Feliz 2010

Es el día de año nuevo. Muchas felicidades a todos los lectores que soportan esta bitácora, sobre todo a los que no son parientes ni conocidos y que, para mi sorpresa, son mayoría cada vez más holgada, y ello por dos motivos: porque a los parientes y conocidos que saben de la existencia de esta bitácora parece que les moleste lo negro, y porque el número de lectores, a pesar de la nula promoción que el autor de estas líneas hace de su página, va aumentando paulatinamente. Vamos, yo no sé desde dónde llegan ustedes hasta aquí, aparte de los cuatro o cinco enlaces hacia aquí que otros blogueros han tenido a bien colocar en sus respectivas bitácoras, pero el hecho es que vienen viniendo y, para mi pasmo, no sólo de España, sino también de allende los mares, de todos los rincones de la Hispanidad y, curiosamente, también de distintos rincones de Alemania, donde el idioma español, en el que esta bitácora está (y seguirá estando) escrita, debe estar más extendido de lo que pueda parecer.

Como cada primero de enero, es hora de buenos propósitos, y he aquí que no se me ocurre nada que proponerme para mejorar, al menos en lo que concierne a esta página (en lo demás se me ocurren muchas cosas). He creído vislumbrar en los comentarios más recientes una cierta aprobación de las intervenciones de Ame en la bitácora, con una insinuación a que Ame "debería tener un blog propio". Para su tierna edad, entiendo que un blog propio es demasiado exigente, pero sí que procuraré que aparezca con cierta frecuencia por estas pantallas. Como creo que ya ha quedado escrito en más de una ocasión, la razón de ser de esta bitácora no es entretener a sus lectores, sino dar rienda suelta a las ganas de escribir de su autor; si, además, los lectores obtienen provecho de la bitácora, miel sobre hojuelas.

Sí que debo reconocer que, en lo tocante a los asuntos tratados en esta bitácora, me he circunscrito a Rusia y mis andanzas por ella, y quizá me he circunscrito demasiado, porque no es que sólo sea Rusia el centro de mis intereses. Revisando, en particular, las primeras entradas, se observa una alta proporción de entradas que nada tienen que ver con Rusia, probablemente por ser esas primeras entradas la expresión de una realidad balbuciente en busca de su sitio. Pero, con el tiempo, el sitio ha quedado más o menos fijado, y así espero que siga siendo en lo sucesivo.

Tampoco sé cuánto tiempo más va a dar esto de sí. En los primeros tiempos pensaba que no daría para mucho, pero he aquí que llevó unos cuantos años apretando teclas y todavía van saliendo asuntos sobre los que escribir. En tanto siga siendo así, el teclado continuará echando humo.

En fin, que feliz año nuevo y que, como parece que es tradición cambiar algo, me voy a limitar a colocar una dirección de correo electrónico de contacto, algo que desapareció en alguno de los cambios de diseño que la bitácora sufrió en algún momento. Y ahora, tras la primera parte de las vacaciones, que está teniendo lugar en Madrid, llega el momento más esperado: Valencia y, en Valencia, la llegada de los Reyes Magos. Seguro que Ame tiene algo que decir al respecto.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Caducidad

De vez en cuando navego por páginas en internet relacionadas, como ésta misma, con Rusia, lo cual a veces resulta muy útil para aprender cosas sobre el pasado ruso. En cambio, sobre el presente, la mayoría de esas páginas yo diría que despistan con más frecuencia de lo que parece.

Eso no es de extrañar. Y no es de extrañar porque el conocimiento de la realidad rusa caduca con mucha rapidez. Hay cosas que no cambian, vale; pero hay otras muchas que sí lo hacen, y hay que ver lo deprisa que cambian aquí, leches.

Anatoly Dobrynin es, seguramente, el más famoso de todos los diplomáticos rusos de todos los tiempos. Dirigió la embajada de la Unión Soviética en Estados Unidos durante la friolera de veinticuatro años, entre 1962 y 1986, y le tocó lidiar con la Guerra Fría en todo su esplendor, desde la crisis de los misiles hasta muy poco antes de la caída del muro. Durante su mandato se sucedieron seis presidentes estadounidenses y cinco secretarios generales del PCUS.

Los que le conocieron, en particular en sus últimos años como embajador, coinciden en que lo sorprendente no era que no tuviera prácticamente ni idea de la realidad cotidiana del país en el que estaba destinado. Eso no era sorprendente, porque en realidad es lo más habitual en los diplomáticos de alto copete, probablemente de cualquier país, y con más razón en el caso soviético, y ahora ruso, que yo diría que en su ministerio no les estimulan demasiado a salir de los muros de sus residencias y confraternizar con el pueblo.

En el caso de Dobrynin, lo verdaderamente sorprendente no era eso, sino que no tenía ni idea de la realidad en su propio país, la Unión Soviética. Parecía que viniera de otro sitio, y probablemente, a la vista de lo que cambió la URSS entre su entrada al cargo y la salida del mismo, algo de eso había.

Ésa es la impresión que se tiene al leer cómo pontifica por internet gente que lleva más de un lustro fuera de Rusia. Españoles, sí, pero no sólo españoles: tampoco bastantes rusos que sólo pasan por aquí un par de semanas al año de vacaciones parecen enterarse mucho de los avatares que sufren los residentes locales.

Hace unos años, creo que en 1997, una compañera asumió la tarea de buscar acomodo a un español que venía a pasar a Moscú unos cuantos meses. El español en cuestión no era novato en el país, sino que había estado cosa de un año en 1991. No mucho antes, pues.

El español envió por escrito sus preferencias de alojamiento:

"Quiero que me busquéis un piso de dos habitaciones a no más de diez minutos del metro. En el centro, o como mucho una parada fuera del anillo. Que no cueste más de cien dólares al mes."

En 1997, el conjunto de apartamentos que cumplían esos requisitos era el conjunto vacío. Mi compañera intentó hacerle ver al español que la variable precio debería ser un poco más flexible, ante lo que llegó una respuesta más o menos como sigue:

"A mí no me vengáis con que no se puede, que yo he vivido ahí y sé que no cobran tanto. A vosotros os engañan porque saben que es para extranjeros, pero claro que se puede sacar por cien dólares."

Después de una correspondencia por lo demás interesante, mi compañera decidió escaquearse del asunto y dejar al español que se cerciorara él mismo de las particularidades del mercado inmobiliario local. Finalmente, el español apareció por aquí y no tardó mucho en darse cuenta de que los conocimientos que pudiera haber adquirido en 1991 debían ser actualizados urgentemente, en particular en lo referente a los precios de las cosas, que se habían multiplicado varias veces. Pero, durante las primeras semanas, aún le aparecían retazos de su visión soviética de 1991 que le hacían a continuación estrellarse contra la realidad rabiosamente capitalista de 1997. Al final, creo que contrató por un par de meses un cuchitril diminuto alejado del metro por trescientos dólares y poco a poco fue superando el choque intertemporal. Nunca se atrevió a invitarnos a verlo, así que todos dedujimos que su vivienda era especialmente impresentable, en sentido literal.

Aunque no con tal extremo como en aquellos años, hoy día ciertos cambios en Rusia siguen siendo vertiginosos. Hay cosas inmanentes, rígidas, pétreas, que son así y posiblemente nunca cambiarán (no sé, por ejemplo, las colas) Pero otras dan bandazos tremendos, así que cualquiera que no haya visitado Rusia en los últimos, pongamos, cinco años, no debería decir que conoce Rusia, sino, todo lo más, que conoce la Rusia del último año en que estuvo.

Así que, cuando veáis a algún pontífice de internet sentar cátedra sobre Rusia, aunque sea tan ruso como Dobrynin o haya pasado en Moscú más años que Carrillo, no toméis sus palabras como la verdad absoluta. Porque aquí muchas cosas cambian con velocidad y dejan el conocimiento acumulado tan caduco como, posiblemente, algunas de las primeras entradas de esta bitácora. Que, quieras que no, ya van teniendo su edad.

viernes, 17 de julio de 2009

500

Esta entrada es un poco especial, porque, si las cuentas de Blogger no fallan, esta entrada es la número quinientos. Quinientos, tú.

Quizá sea el momento de hacer una pequeña pausa, volver la cabeza y ver lo que ha ido quedando detrás, desde que, un buen día de primavera de 2006, poco después de la hasta ahora última mudanza y recién conectado a internet, me pusiera delante del teclado sin saber demasiado bien qué escribir, pero con unas ganas enormes de hacerlo. Las ganas, y eso debe quedar claro, me siguen acompañando, y no hay quizá mejor prueba que las entradas, las cuales comenzaron siendo relativamente lapidarias, y han ido aumentando de longitud hasta convertirse, a veces, en auténticos rollos macabeos. Claro que yo lo he pasado bien escribiéndolas y, para mí, eso es lo que cuenta.

Como he dejado en alguna de las entradas de los cumpleaños, mi intención inicial consistió, curiosamente, incluso en escribir menos. Alejado de los míos, se me ocurrió que con una bitácora que pudieran visitar podrían estar al día de lo que nos va sucediendo a mí y la tropa que me rodea; pero resultó que a los míos, al menos a muchos de ellos, lo de leer les estimula mucho menos que a mí escribir, con lo que las entradas, poco a poco, comenzaron a escribirse mucho menos pensando en ellos, y mucho más en el mero hecho de describir lo que, en general, venía siendo nuestra vida por Rusia.

Y así, como una cosa lleva a la otra, comenzaron a aparecer temas, y lectores desconocidos y bienvenidos, y así hasta hoy.

Pues eso, que no sé a vosotros, pero a mí me está gustando la experiencia. Estoy aprendiendo mucho, y creo que tengo cuerda para rato. El fin está cada día más próximo, pero entretanto vamos a disfrutar del camino.

miércoles, 15 de julio de 2009

Ligando de nuevo

Está visto que soy irresistible. Si, hace unos meses, pudimos ver cómo había una chica floreada que bebía los vientos por mí, ahora se reproduce el fenómeno Alfor por la red y, voilà, aquí tenemos otra nena, y qué nena, acercándose a mi buzón de correo.

De: Kristi Beaver [pqjgnuy@bonsaiwa.com]
Enviado el: sábado, 06 de julio de 2009 18:43
Para: badt57@mex.es (No es mi dirección, así que no sé muy bien cómo me ha llegado. Es una prueba más de que el amor no tiene barreras)

Asunto: El saludo de un gran pais Rusia

Datos adjuntos: Svetlanchik.jpg

Hola!!! Me llamo Svetlana. Vivo en Rusia. A mi de 30 anos. Busco el amor, quiero amar y quiero que me amemos (Sí, claro, los dos, tú y yo, nos amaremos a ti). Espero, mi carta no se quedara sin atencion.

(Ya ves que no, ya ves que no...)

Es interesante conocerte, probable, tanto como donde podia encontrar tu direccion del e-mail. (Pero si ni siquiera era la mía...)

Soy ahora a tu explicare.(Ya tardas, ya)

Mi amigo estaba sentado en el sitio de los conocimientos (debe ser filósofo, supongo), y ha conocido el hombre. Despues de la correspondencia, a ellos han comenzado las relaciones serias (vaya, bujarrón que te crio...). El hombre ha escrito que el tiene un amigo, que quiere conocer tambien la mujer rusa (¿Es a mí?). Mi amigo me ha invitado a conocer el hombre de otro pais. Me he puesto de acuerdo, porque oia que los hombres extranjeros muy bueno, respetan siempre a las mujeres y saben amar.

(Bueno, no todos. Pero yo sí, claro)

Busco el amor, quiero tener las relaciones serias. He tomado tu direccion del e-mail y te escribo ahora. Espero, mi carta no se quedara sin atencion. Tambien el hombre, que me ha dado tu direccion del e-mail, pedia que diga nunca, quien me ha dado tu direccion.

(No me extraña. Es que no ha acertado ni una letra)

He prometido que dire nunca. Por eso, perdona, pero si me preguntaras, quien me ha dado tu direccion del e-mail, no dire.

(Sí, yo también me avergonzaría)

Quiero contarte sobre (¿sobre? ¿ya?). Trabajo enfermera. En el futuro quiero ser doctor. Me gusta jugar mucho al voleybol. Temprano me ocupaba del voleybol es serio (debe ser que madruga. Yo, en cambio, prefiero jugar al voleibol algo más tarde).
Me gusta encontrarse con los amigos. Amo mucho los animales. Me gusta la naturaleza, me gusta hacer calor (¿Que le gusta hacer calor? Creo que a más de uno le va a gustar que le hagan calor), el sol, amo navegar y atezarse (¿atezarse? ¿lo qué?). Tambien me gusta andar a las campanas.

(¡Ah! A ésta sí que la haré subir al campanario a ver bien la ciudad, que a Alfina le da vértigo)

Mi la mujer romantica. Me gusta mirar con tarde caliente a las estrellas, pensar sobre agradable. Si en la calle el tiempo malo estoy sentada, las casas y miro el televisor o leo el libro (¿Sólo tienes uno?). Me gusta leer los libros (Ah, bueno). Me gusta mirar las comedias. Pero mas de nada, amo escuchar la musica. No puedo sin la musica (¿Nada?). Me gusta escuchar casi todos los (Es que los los suelen sonar muy bien).
En una carta no es posible contar todos los de si. Si me responderas, contare de todavia mas mucho interesante.

Mi e-mail: klubnika7@pochta.ru

Si te he interesado, escribe a mi direccion electronica: klubnika7@pochta.ru

Con los mejores votos (No, si con un par de cartas más aún ganaré las elecciones), Svetlana

A los dos días de esta arrebatadora misiva, recibí una exactamente igual firmada por Nadia, con una foto distinta (ésta está mejor) y con la dirección klubnika17@pochta.ru.

Será que son parientes...

viernes, 1 de mayo de 2009

Tercer aniversario

¡Cómo pasa el tiempo! Parece que fue ayer, y han pasado tres años desde la primera entrada de esta bitácora y ya uno desde el último aniversario. Así pues, procede interrumpir los lamentos dedicados a la sanidad rusa y mirar un poquito hacia atrás, antes de seguir hacia adelante.

En la mayoría de las bitácoras, el título de la misma coincide con la dirección en internet; así ocurre, por ejemplo, con la casi totalidad de las reflejadas ahí en la banda derecha. Como veis, no es así en mi caso, porque el título de la bitácora es "El soldado fanfarrón" (o "Miles gloriosus", en su lengua original), pero la dirección de internet es shaurma.blogspot.com. ¿Y por qué shaurma?

Porque una shaurma (creo que es "shawarma" en sarraceno) es una especie de sandwich hecho en Moscú de labash, sábanas de pan sin levadura, y en el que cabe de todo. Muchos países tienen esa receta de platos en los que cabe de todo. Los italianos tienen la pizza, en donde meten cualquier alimento; los españoles tenemos la paella, que, aparte de arroz, puede ser de lo que sea (la paella, con tal de no llamarla "valenciana", sirve de recipiente a cualquier mejunje); los rusos tienen una cocina tirando a monótona, pero el "plato-en-que-se-mete-de-todo" es una necesidad y los rusos lo han importado de la morisma: es la shaurma.

Y así es. Así como en la shaurma cabe de todo lo que te apetezca, aquí también. No es una bitácora estrictamente temática, sino que se dedica a lo que me interese a mí... y se pueda contar. Porque, amigos, hay cosas que no se deben contar en internet. Hay blogueros muy comprometidos que se desnudan demasiado y que se van de la lengua. Espero que no sea mi caso, por mucho que me apetezca, porque, si no, sería como si me hiciera una shaurma repleta de pimiento.

Y es que el pimiento me encanta, pero me sienta como un tiro.

viernes, 6 de marzo de 2009

Rusosfera en castellano (II)

Era en mayo del año pasado cuando me puse a hacer un recuento de bitácoras sobre Rusia en español. El tiempo no pasa en balde, y estos casi diez meses que median entre ambas entradas han significado algunos cambios, algunos positivos, otros un poquito menos.

En primer lugar, se echa de ver que algunos blogueros han espaciado considerablemente las actualizaciones de sus bitácoras. Es el caso, sobre todo, del Carbuncho y de Xavi desde Omsk. El Carbuncho, me consta, está sumamente ocupado con su familia y no debe tener mucho tiempo para sus desahogos literarios, lo cual es una lástima; Xavi, desde Omsk, también me consta que está mal de tiempo para actualizar (eso sí, a mí me lo ha prometido un par de veces, aunque él quizá no lo sepa), y esto sí que es lástima, porque, si ya los blogueros españoles en Rusia escaseamos, no digo nada lo que escasean los que están en Siberia. Como que es el único.

Otro que está últimamente bastante remolón, si bien también me consta que está de curro hasta las orejas, es Kinoforov, desde Ekaterimburgo (que, encima, parasita esta vuestra bitácora con todo el descaro: menos mal que el tío es legal, advierte y además le queda bien :-) ).

El autor de Russkie Dnevniki, que ya sabéis que me encantaba, por su parte, ha cerrado la persiana y ha decidido repatriarse y dejar San Petersburgo por España. Es una gran pérdida, desde luego por lo bien que escribía, y además porque, aunque se ponga a actualizar desde España, cosa que no ha hecho hasta ahora, posiblemente se dará cuenta de que no será lo mismo que estar en primera línea de fuego. Quizá se ha dado cuenta ya.

El Botas, por su parte, que es el más veterano de los vistos hasta ahora, incluyendo al que suscribe, ha pasado a espaciar preocupantemente sus intervenciones y se ha instalado en un cómodo ritmo de una y media al mes. Botas, tío, menos islas largas y más pluma... y tómatelo en el sentido que quieras, que los que te seguimos te echamos de menos. ;-)

Pero no todo son abandonos y pájaras, no. Gracias a Dios, tenemos que felicitarnos de que las bitácoras de César (bueno, se prodiga menos últimamente, pero es el más veterano y el más exitoso de todos los blogueros y, así, seguro que vuelve con más bríos), Galo, los Fanáticos del Vodka y el autor de "Desde Rusia en Directo" continúan con buena salud dando el callo desde la rusosfera en castellano. Y no sólo eso: se incorpora a la rusosfera, y a la barra derecha de esta bitácora, Al'bert, con su reciente, pero ya interesantísima, bitácora sobre curiosidades de Rusia (y lo que salga, supongo), que está con el empuje del que la abrió hace poco. A ver si te dura, Al'bert. Por cierto que le tengo poco menos que prometida una entrada sobre parecidos y diferencias entre rusos y españoles y ya tardo en cumplir las promesas. Si me esmero...

Finalmente, veréis también la bitácora Sacerdotes en Rusia, que curiosamente nació al mismo tiempo que ésta que leéis. Más que una bitácora, es una recopilación de noticias religiosas de agencia (sobre todo de la nunca bastante ponderada Zenit, claro), y por eso no la había puesto hasta ahora, pero he cambiado un poquito de opinión sobre las bitácoras - agencias de noticia. También incluyo (ya César lo sugirió en su día), Salsa Rusa, a pesar de que su ritmo de actualización anda muy decaído, y eso, en una bitácora tan recopilatoria como ésa, resulta un pelín destarifado.

Y hasta aquí llegamos. Estoy seguro de que se me habrá pasado por alto alguna, así que vuestras sugerencias son bienvenidas en cualquier caso.