Sinopsis: Viene de aquí (y de las entradas antecesoras a ésa), y narra un viaje ocurrido este verano por varias ciudades del Anillo de Oro.
El monumento más impresionante de Kostromá es el monasterio de San Hipatio (Иратиевский монастырь, en vernáculo), que además tiene la gran ventaja de que no fue demasiado dañado durante el período comunista. Digo que no fue demasiado dañado, aunque más correcto sería decir que no fue dañado demasiado tiempo. En realidad, el monasterio, empezando por la impresionante catedral de la Trinidad, fue transformado el viviendas para obreros, hasta que un historiador del arte un poco mejor conectado que otros muchos que trataron de hacer algo consiguió convencer a las autoridades de que el hecho de que se estuviran echando a perder unos frescos del siglo XVII no iba a redundar en beneficio del prestigio de la revolución mundial.
De esta manera, la catedral de la Trinidad fue restaurada ya durante el período bolchevique. Con el tiempo, fue devuelta a la iglesia, y hoy está en servicio felizmente y tiene el mismo aspecto lozano de toda la vida. Las fotos que sacó Gilyarovsky a principios del siglo XX y las que saqué yo a mitad de agosto sólo se diferencian básicamente en que las mías son en color. Bueno, y alguna columna que ha cambiado de sitio, tras alguna profanacioncilla de ésas a las que tan aficionados eran los ateíllos militantes.
A la entrada del templo, en la foto con la que comienza esta entrada, figuran unas letras que me costó muchísimo descifrar y que tienen una historia parecida a la del escudo de la ciudad. Ambos signos traen su origen del mismo suceso, y es que en 1777 Catalina II, emperatriz rusa a la sazón, pasó por Kostromá por barco y, queriendo hacer un regalo a la ciudad, le concedió que su escudo fuera una imagen del navío imperial. Y así quedó la cosa, y por eso el pabellón que enarbola el barco del escudo es la misma águila bicéfala que llevan en su escudo los monarcas rusos desde que Iván III se casó con Sofía Paleólogo, sobrina del último emperador romano de Oriente, Constantino XII (u XI, según las fuentes).
Lo de las letras me costó algo más. Yo esperaba alguna alusión religiosa a las puertas de un monasterio, como JHS, o algo así, y no sabía que hacer para descifrar aquello. A mí me pareció que ponía JE, y como el nombre de Jesús empieza por ahí, pensé que sería algo relacionado, pero supongo que las emperatrices precursoras de la violencia de género están por encima de esas minucias. En realidad, las letras son IE, y no quieren decir "Internet Explorer", sino Imperatritsa Ekaterina.
Y así fue como nos fuimos despidiendo de Kostromá. Es lástima, porque hay muchas historias que se me quedan en el tintero, y a pesar del poco tiempo que nos tuvieron allí y de la extrema velocidad de las visitas relámpago a ciudades rusas. Al igual que el día anterior en Rostov, da la impresión de que en la ciudad hay muchas más cosas que contar, y de que más valdría un poco de más sosiego y un poco menos de compras. Porque, sí, en estos viajes una parte fundamental es la de dar tiempo libre a los viajeros (a
las viajeras, para ser estricto) para que adquierean productos de la artesanía popular local. Como mis intereses de alégico al polvo están muuy alejados de la artesanía popular y de todo tipo de cachivaches que sé que no utilizaré, la consecuencia es me dediqué a dar vueltas por las inmediaciones mientras mis compañeras de viaje ponían a prueba la paciencia de las vendedoras de textiles del mercadillo más próximo al monasterio.
Pero, en fin, las historias que se quedan en el tintero tocarán en otro momento. Ahora salimos de Kostromá en dirección a un pueblo con fama de pintoresco: Plios.
3 comentarios:
Hola Alfor, ya casi se me había olvidado lo de este viaje. Me acabo de poner al día con las historias después de las vacaciones, y por lo que veo te has tenido que fugar por el tema Fadrique, lo que ahora me pregunto siendo el Levante primero de la liga ¿Donde te vas a esconder ahora? jijiji.
Me alegra que conocieras gente de Málaga, si es que estamos en todos lados.
Saludos
Gracias por la información Alfor. Lo que no entiendo es lo de Constantino XI o XII (siempre lo he conocido como Constantino XI Paleólogo).
Saludos
Gambrinus, la verdad es que desde que volvía a Moscú vengo evitando los sitios en que encontrar a Fadrique. Que les ganen un partido, tiene un pase, pero que vayan por delante en la clasificación sí que no puede ser.
Fernando, hay quien considera emperador a Constantino Láscaris, entre 1204 y 1205, en pleno jaleo cruzado, con lo cual el último sería Constantino XII. Yo he visto ambas numeraciones, según en qué sitios.
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