viernes, 24 de abril de 2009

Moneditas

La verdad es que no tenía idea de que a algún lector de esta bitácora le interesara la economía, pero, para mi sorpresa, parece que sí. Y así es como uno comienza a escribir sobre economía en Rusia y a Bruno se le ocurre una pregunta que seguro que mosquea a más de uno. Reza así la pregunta:

¿No es posible que el BCE devalue el €, respecto del dolar, libra o yen y asi evitar el rebote de la deflación y entrar luego en una espiral inflacionaria que licue los salarios de todos los trabajadores?

Para responder a la pregunta estaría bien reflexionar un poco sobre la gestación del BCE (y de sus antecesores inmediatos), porque esta reflexión nos dará algo de luz sobre cuál va a ser probablemente su política.

En Macroeconomía existe la llamada curva de Phillips, que establece que hay una relación (trade-off, en inglés pijeconómico) entre inflación y desempleo. Vamos, que la teoría, en su inicio, venía a predicar que el desempleo se puede combatir mediante un aumento de la oferta monetaria que produciría inflación, es decir, que para tener pleno empleo hay que consentir cierta inflación, y que, a contrario, si no se quiere tener inflación, hay que apechugar con cierto desempleo.

La teoría, hoy día, está superada, después de que la capacidad explicativa del modelo de Phillips desapareciera después de la crisis de 1973; pero en la década de 1960 el modelo era el ABC de cualquier economista que se preciara. Los responsables de la política económica digamos que se dividieron en dos bandos, en un momento en que en Europa se estaba gestando la CEE y empezaba a verse la necesidad de la armonización de las políticas económicas de los distintos países.

1. El primer bando era el de Alemania (entonces, para ser exactos, República Federal de Alemania). Al tener que elegir entre inflación y desempleo, los responsables de la política económica alemana optaron resueltamente por el desempleo como mal menor. Alemania había padecido una hiperinflación brutal en 1923 y, ciertamente, luego había tenido paro a raudales, pero lo cierto es que la hiperinflación alemana fue un trauma tan brutal que aún se estudia en los manuales de Economía. Con lo cual, Alemania decía que Ein anständiger Mensch hat ARBEIT..., aber bitte, bitte keine Inflation! (O sea: Una persona decente tiene TRABAJO..., pero, porfi, porfi, que no haya inflación).

2. El segundo bando era el francés. Francia tenía una posición contraria a la alemana. Francia podría decirse, con todos los matices que se quiera, que fue el primer país en el que el liberalismo subió al poder, en 1789; pero luego ha tenido una deriva intervencionista que podría decirse que es una herencia de su tradición mercantilista estilo Luis XIV. Francia le daba mucha menos importancia a la inflación y mucha más al desempleo. Lo cual tiene sentido, porque los alemanes son gente disciplinada que no se rebelan prácticamente nunca, por muchos parados que tengan, pero a un francés desocupado le da por darse a la molicie y te asalta la Bastilla o se monta una comuna. Así que los franceses son mucho más proclives a darle a la maquinita de hacer billetes, y así fue en la época que describimos, en que llegaron a un límite que hubo que cambiar de divisa, porque el franco "viejo" tenía demasiados ceros.

Francia tiene mucha mano en la UE y en su antecesora, la CEE; pero en lo que toca a la política económica en general, y monetaria en particular, los que se impusieron fueron los alemanes y su política restrictiva. Cuando se fundó el BCE, el gobernador Wim Duisenberg era holandés, pero al cabo de algún tiempo debía ser sustituido por el actual, Jean Claude Trichet, francés; eso fue la concesión alemana. A cambio de ello obtuvieron no sólo la sede del BCE, en Fráncfort del Meno, sino, lo que es mucho más importante, consiguieron que el objetivo del BCE fuera el de luchar contra la inflación. En efecto, el BCE tiene como objetivo que la inflación se sitúe alrededor del 2%: todos los demás objetivos están subordinados a éste. Por comparar, la Reserva Federal estadonidense tiene un objetivo doble: controlar la inflación, sí, pero también fomentar el crecimiento económico. Nada de esto le toca al BCE, y en esta diferencia se ve claramente la influencia de la política económica alemana tradicional.

Con lo cual podemos responder con algún criterio la pregunta de Bruno de la siguiente manera: Sí, es posible que el BCE devalúe respecto al dólar para evitar la deflación y luego provocar una inflación que haga puré los salarios. Posible es. Pero es sumamente improbable:

1. porque este comportamiento va contra sus principios.
2. porque, después de todo, no estamos en deflación y no está claro que vayamos a estarlo.
3. porque sería como darle la vuelta a todo lo que significa el BCE.
4. porque, básicamente, es dudoso que sea legal. Dudosísimo. Sería el último recurso.
5. y, quizá lo más importante, porque desde el Bundesbank se iba a lanzar un berrido tal que podría echar abajo el Eurotower.

En fin, no sé si Bruno, que debe andar por el lejano Absurdistán, se da por satisfecho con la respuesta. Pero es la que tengo. En las próximas entradas, aparcaré la economía y tocará hablar de la sanidad en Rusia.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Alfor,

Olvidas comentar el berrido por parte de la comunidad internacional, pues los EEUU que ya se quejan del cambio con el Renminbi Yuan se iban a poner como los americanos berreando si además "la" Europa se devalúa el Euro....
Vamos, pa' ve'lo...

Alfor dijo...

Danferesp, no tengo yo muy claro que EEUU tenga derecho a protestar por las devaluaciones ajenas, y menos con el nivel al que el dólar USA ha llegado a tener con el euro. Yo creo que a los gringos se la repanpinfla lo que valgan las divisas ajenas, y más si les siguen comprando los bonos y financiando el déficit.

Pero, vamos, creo que nadie cree en una devaluación por decretazo del euro, como ocurría con la peseta. Eso hoy no se lleva.

Fernando dijo...

Alfor, no sólo no creo que los EE.UU. se quejen de la devaluación de otros sino que más bien creo que será el dólar el que sufra una fuerte depreciación después de la crisis. Recuerdo hará más o menos dos años (recalco esto, fue ANTES de la crisis financiera) que en un página USA de economía se decía que la ÚNICA manera que tenía Estados Unidos de pagar la monstruosa deuda provocada por el doble déficit comercial y presupuestario era mediante un periodo largo de alta inflación, y venía a decir que así todo el orbe pagaba la deuda (en especial los que prestaron el dinero). A esto se le une que la Fed está imprimiendo billetitos para comprar los bonos del propio Departamento del Tesoro y se vaticinan tendencias inflacionistas para después de la crisis. Ya sé que en economía blanco y en botella no tiene por qué ser leche (en estadística tampoco), pero mi impresión es que los USA van a aprovechar la coyuntura para aliviarse el pago de la deuda.

Alfor dijo...

Fernando, desde luego que hay otra manera de que los EEUU amorticen su deuda externa. Que aumenten los impuestos, sobre todo ciertos impuestos indirectos, pasen a un fuerte superávit público y así seguro que podrían ir pagando, e incluso reducirían su déficit externo por cuenta corriente.

Claro que para eso tendrían que ahogar cosas como su consumo, y eso, en un entorno recesivo, lo que iba a hacer es agravar más sus problemas, por lo que es comprensible que los tiros no vayan por ahí.

Lo de la inflación no es exactamente pagar la deuda externa. Sería aprovecharse del principio nominalista para fundir la deuda en términos reales y cabrear a los tenedores de activos líquidos en dólares americanos. Como aquí todos son arrieros, y en el camino se encontrarán, no creo que los gringos estén por la tarea de una jugada tan sucia, al menos de una manera muy descarada.

Fernando dijo...

Exacto Alfor, esto último es exactamente lo que decía ese artículo, se trataba de devolver los dólares que habían recibido por la venta de los bonos USA pero a un valor real muy inferior que cuando se vendieron los bonos. Ya advertía el articulista que el efecto secundario era la pérdida de confianza en el dólar y la posible pérdida del estatus de moneda de referencia. Pero según insistía él, era la ÚNICA solución, supongo que el aumento de impuestos no se le pasaba por la cabeza o le parecía insuficiente.
Estoy muy interesado en que sigas la serie sobre la crisis económica, sea en Rusia o global. Explicas bien las cosas y en materia económica se agradece que alguien hable con claridad.

Alfor dijo...

Fernando, gracias por el cumplido. De momento cambio de serie, pero seguirá habiendo entradas sobre economía (espero que no sólo sobre la crisis y que, por nuestro bien, haya otros motivos de escribir).

Al articulista seguramente lo de los impuestos no se le debió pasar por la cabeza (igual que a alguien del Bundesbank no se le pasa por la cabeza una política inflacionista). De todas formas, a efectos económicos, que no jurídicos, la inflación tiene unas consecuencias parecidas a un impuesto sobre los activos monetarios. Si aumentas los impuestos "normales", los norteamericanos pagan; si aumentas la inflación, pagan los norteamericanos, sí, pero también los extranjeros que tienen dólares líquidos. Si eres el responsable de tomar la decisión y eres norteamericano, lo normal es que prefieras repartir la carga entre todos los poseedores de dólares, no sólo los norteamericanos. A corto plazo, es un negocio redondo, pero claro, como bien dice el articulista, esas cosas no salen gratis.