lunes, 23 de febrero de 2009

El Día del Defensor de la Patria

Ya va febrero de vencida, sigue haciendo frío, pero todos esperamos que esto termine pronto, que comience el deshielo y que la mugre, como todos los años, emerja para ser arrinconada. Lo cierto es que el deshielo ya ha comenzado varias veces, y que otras tantas la mugre y el barro han asomado bajo la nieve, pero las mismas veces ha nevado al cabo de pocas horas, ha helado por las noches y de nuevo ha amanecido el suelo blanco y los árboles tocados de nieve.

Hoy tocan más fotos y menos texto. Después de todo, es el Día del Defensor de la Patria y estamos de fiesta, así que me voy a limitar a poner fotos de hace unos cuantos días, de cuando una tozuda nevada más lo dejó todo blanco y bonito, aunque con el firme resbaladizo y la estabilidad comprometida.

Se supone que hoy es un día en que te saludan y te felicitan por ser hombre, para compensar de una manera bastante pálida lo que fatalmente sucederá el 8 de marzo. Estrictamente, no siempre es así. Recuerdo hace unos años, tal día como hoy, en que tuve una reunión con un señor bastante anciano, o quizá más castigado que anciano. Yo, muy cumplido, y con el respeto debido a las canas que peinaba mi interlocutor, le dije:

- Antes que nada, le felicito por la fiesta de hoy.

El otro me miró y dijo:

- Pues yo no le felicito a usted.

Me quedé estupefacto. Abrí tanto los ojos que el otro debió haber notado que no esperaba un corte semejante, y menos en alguien que se suponía que venía a pedirme algo. Mi visitante continuó:

- No le felicito, porque no es su fiesta. Es la fiesta del Defensor de la Patria Soviética, y usted habrá defendido su patria, pero no la soviética. Yo sí que defendí la soviética. Usted no.

- Tiene usted razón - dije.

Sin duda, la tenía, pero no entendí ese deje chulesco totalmente gratuito. Yo no le había pedido ser felicitado. Hubiera bastado con dar las gracias por mi saludo, o incluso con no dar ni las gracias, agachar la cabeza y pasar a hablar de lo que le traía a verme, sin necesidad de pasarme por la cara lo que yo hubiera defendido o dejado de defender.

Y así, con esos comienzos, el hombre me pidió lo que me venía a pedir, yo puse una mirada torva, le respondí a la rusa (lo de "responder a la rusa" queda para otra entrada), cosa que he tenido tiempo sobrado de aprender, y el hombre acabó marchándose sin resultado.

Porque yo no defendería la patria soviética, vale, ni ganas, pero fanfarronerías, las justas, y en todo caso mías.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Caro Alfor,
es Usted un Soldado, feliz día, pues!


Saludos

Alfred Muñoz

Esther Hhhh dijo...

Jajaja... Bien hecho, Alfito, a ver de que va ese tipo...

Besitos

Anónimo dijo...

...no se cazan moscas con vinagre

Anónimo dijo...

(dices:
Sin duda, la tenía, pero no entendí ese deje chulesco totalmente gratuito. Yo no le había pedido ser felicitado.
)

¿Tanto se te nota lo tuyo, jejeje, que el hombre fue verte y zas, tajo a la yugular? ...

Quizá, tratando de buscar una explicación, suceda que ese buen hombre sea uno de esos que se sientan desencantados, estafados ... con los nuevos tiempos.

(dices:
Hubiera bastado con dar las gracias por mi saludo, o incluso con no dar ni las gracias, agachar la cabeza y pasar a hablar de lo que le traía a verme, sin necesidad de pasarme por la cara lo que yo hubiera defendido o dejado de defender.
)

¿Ya estamos sugeriendo de nuevo que es lo que tienen que hacer o dejar de hacer los demás? ... jejeje. Hombre, ya puestos, yo creo que tú deberías haberle preguntado que por qué razón te respondía así ... eso seguro te hubiera venido bien a ti, y a él explicártela.

Y es que hay felicitaciones que según quien te las diga ofenden, y no lo digo por ti ahora Alfor, pienso en otras gentes y en otras felicitaciones ...

(dices:
Y así, con esos comienzos, el hombre me pidió lo que me venía a pedir, yo puse una mirada torva, le respondí a la rusa (lo de "responder a la rusa" queda para otra entrada), cosa que he tenido tiempo sobrado de aprender, y el hombre acabó marchándose sin resultado.
)

Pues yo le hubiese dado lo que vino a pedir (y eso que no sé lo que era, pero por lo dicho se le veía buen tipo, un camarada).

No nos dejes con la espera, dila.

("despedirse a la francesa")

Gloria eterna a los caídos y a todos los hombres y MUJERES del RKKA.

p.s.- lo prometido es ...

Aquí pensaban seguir
ganando el ciento por cierto
con casas de apartamentos
y echar al pueblo a sufrir
y seguir de modo cruel
contra el pueblo conspirando
para seguirlo explotando
y en eso llegó Fidel.

Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.
Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.

Aquí pensaban seguir
tragando y tragando tierra
sin sospechar que en la sierra
se alumbraba el porvenir
y seguir de modo cruel
la costumbre del delito
hacer de Cuba un garito
y en eso llegó Fidel

Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.
Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.

Aquí pensaban seguir
diciendo que los cuatreros,
forajidos, bandoleros
asolaban al país
Y seguir de modo cruel
con la infamia por escudo
difamando a los barbudos,
y en eso llegó Fidel.

Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.
Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.

Aquí pensaban seguir
jugando a la democracia
y el pueblo que en su desgracia
se acabara de morir
Y seguir de modo cruel
sin cuidarse ni la forma,
con el robo como norma,
y en eso llegó Fidel.

Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.
Y se acabó la diversión,
llegó el comandante y mandó a parar.

Alfor dijo...

Alfred, ¡muchas gracias! Felicidades también a usted.

Esterita, es como un troll en la via real.

Anónimo, qué razón tiene usted.

Flamenquito, no todo el mundo quiere pensar como usted, asúmalo, como hacemos los demás.

Por hacerle feliz, como me pedía, le añado que hay varios pensadores políticos que me gustan, y en particular le citaré dos que vivieron casi al mismo tiempo: Diego de Saavedra Fajardo y Francisco de Quevedo.

Ah, desde luego puede usted seguir poniendo los enlaces que quiera, pero, visto lo que he visto hasta ahora, no le prometo seguirlos.

Quedaría como que usted me dice a mí lo que tengo que hacer, leer o visitar, y seguro que a usted mismo le molesta estar cayendo en lo mismo de que acusa a los demás. No seré yo quien le ponga en un brete semejante.