viernes, 29 de agosto de 2008

Buscando direcciones

Uno de los problemas más preocupantes para los que vivimos en Moscú consiste en tener que ir por primera vez a un sitio. En las ciudades españolas, por ejemplo, cuando tenemos que ir a un sitio, miramos la dirección, llegamos a la calle, buscamos el número del portal, que estará en el lugar esperado, llamamos a la puerta y ya estamos en el lugar al que queríamos ir.

Aquí, no.

Aquí, cuando tienes que ir a un sitio y tienes sólo una dirección, no te puedes confiar ni un pelo. Normalmente, para más seguridad, te dan las direcciones como quien te da el plano de un tesoro, con indicaciones minuciosas, paso por paso, de cómo llegar al destino desde la parada de metro más cercana.

Hay varias razones para ello, pero la principal es que, así como en España las calles son calles, las casas dan a las calles y los números de patio están perfectamente señalados encima de las puertas que dan acceso a ellos, aquí los números no son de patio, sino de edificio. Si uno va por la calle buscando, pongamos por caso, el número 6/2 de la calle Sivzhek Vrazhek, que se calce.

El otro día, precisamente, a Alfina le hicieron el encargo de conseguir un libro que sólo se vende en tres sitios. Uno pensaría que los libros se venden en las librerías, pero en Moscú hay más. En Moscú, además, se venden en cualquier sitio: en la calle, en kioscos, en museos, en iglesias, en pastelerías y supongo que también en funerarias, pero esto último no lo he comprobado y no tengo prisa por hacerlo. Sin embargo, este libro, precisamente este libro, sólo se vende en tres sitios y uno era el que estábamos buscando.

- Huy - me dijo, cuando ya estábamos llegando - se me ha olvidado la dirección en el trabajo. Sólo sé que era en la calle Sivzhek Vrazhek y que el número me parece que tenía un seis.
- Ufffff... - si ya con la dirección es difícil, con esa idea vaga de dónde están las cosas es prácticamente imposible encontrar nada.

La calle Sivzhek Vrazhek es relativamente corta, gracias a Dios. Estábamos buscando una galería de arte y uno podría pensar que las galerías de arte tienen cosas como letreros en los portales para que la gente que, pongamos por caso, quiere comprar cuadros sepa cómo llegar. Parece lógico.

Pues no.

Esta galería debe confiar en el boca a boca y en hacer pasar a sus clientes las de Caín, porque, tras trajinar de arriba a abajo la malhadada calle, la galería seguía jugando con nosotros al escondite, y además estaba ganando.

Al final, la encontramos gracias a las indicaciones de una señora que no tenía aspecto de saber dónde estaba una galería de pintura, pero que, a Dios gracias, sí que lo sabía. Es algo bastante insólito, porque lo normal es que en Moscú la gente nunca sepa nada, pero tuvimos mucha suerte. Así que ahora vamos a poder asistir al descubrimiento del escóndite que había escogido la pérfida galería de pintura.


"Cu, cu, galería de pintura, ¿dónde estás?"

Uno miraría los letreros de los comercios, lo que nos lleva a los dos comercios más populares de Rusia. A la derecha de la foto, tenemos la tienda llamada "AM", que es una conocida cadena de tiendas de bebidas alcohólicas, muy frecuentada por los hombres.

A la izquierda, tenemos una "кондитерская", o sea, una pastelería, también una tienda de éxito, si bien frecuentada casi exclusivamente por mujeres.

Lo del centro parece una casa de vecinos normal y corriente, ¿verdad? ¡Pues no! Oculta en ella, sin letrero que valga, se esconde la galería. Observemos con más atención.


¿Todavía no se ve nada? Bueno, pues acerquémonos un poco más todavía.


¿Aún nada? Aaaay, esa miopía.


¿Que todavía no? Pero si el cartelazo está ahí, a la vista de todos...


¡Por fin! Ahí lo tenemos. NB es el nombre de la galería. Fijaos como son, que no lo ponen en ruso, sino en inglés, para camuflarse más. Sin embargo, os aseguro que exponer y vender cuadros y libros es una actividad totalmente legal y que no está perseguida por la milicia.

Pero lo del inglés, la verdad, demuestra que la galería todavía no está a la altura de los acontecimientos. A ver si un día de éstos hablo con mi amigo Xabier y le pregunto cómo se dice "Para NB, pulse 002" en vasco.

Porque así, con el papelito en inglés, los va a encontrar cualquiera.

2 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Maaaaaadre del Amor Hermoso, Alf... Estos moscovitassss... Pero vete a saber, lo mismo trafican con arte de contrabando o algo, yo que sé. En cualquier filmoteca encontrarás mucha información al respecto, hay una laaaaaarga lista de películas que tratan el tema, jejeje...

En cualquier caso me alegra que la encontrárais ¿os asegurásteis de no dejar huellas? Espero que pagárais en metálico y no diérais ningún dato personal, buff.. Con la mafia hemos topado, jijiji...

Besitosssssssss

Alfor dijo...

Esther, es una galería de arte normal y corriente especializada en el realismo socialista, y no tiene ninguna mala pinta. A mí no me gusta mucho el realismo socialista, pero desde luego no está prohibido vender cuadros de esa época.

Supongo que estiman que su clientela potencial son extranjeros residentes en Moscú y utilizan bastante las onvicatorias mediante buzoneos de correo electrónico. Si estuvieran a pie de calle o con carteles indicando dónde están, supongo que creen que serían una tentación para posibles ladrones. No se me ocurre otra explicación.