miércoles, 8 de agosto de 2007

El retonno (II)

Como el rublo es el rublo, y los mil quinientos rublazos que nos iba a soplar el taxista aeroportuario y sanguijuelo serán mejor empleados en otros menesteres, decidí calzarme la mochila a la espalda y usar el transporte público de masas. Y ahí había tres opciones para llegar a mi curro en el centro, a unos treinta y pico kilómetros del aeropuerto:

1.- El autobús de línea. Seguro, pero parsimonioso hasta la exasperación. al cabo de hora y media, me dejaría en una estación de metro, y al cabo de media hora más podría fichar. Retraso monstruoso seguro.

2.- La combinación autobús-tren. A nadie se le ocurrió poner una estación de tren en Sheremetyevo, cuando lo inaguraron, más o menos hacia finales de los setenta. La más próxima está a unos diez kilómetros. Como los responsables de Sheremetyevo han visto que sus aeropuertos competidores, Domodiedovo y Vnukovo, sí que tienen tren, se han puesto las pilas y están montando una vía, pero la construcción va aún más lenta que el autobús del párrafo anterior. Entretanto, un autobús, que pasa cada hora, deja al pasajero en la estación de tren, desde donde en tren se accede a una estación cercana a una de metro y así se puede llegar al curro, pero este sistema igualmente es de dos horas en el mejor de los casos. Retraso monstruoso seguro.

3.- La marshrutka. Una fregoneta "Sobol" atestada de asientos encajados de manera inverosímil para que quepan quince pasajeros, preferiblemente delgados. Salen cuando se completa el pasaje, como en el puente aéreo (pero es el único parecido que tiene con él) y te dejan en la estación de metro más cercana al aeropuerto. Única posibilidad de llegar al curro sin un retraso de los de "qué morro tienes, chaval" o algo peor.

(No, el taxi no necesariamente es más rápido. Con la de atascos que se montan los lunes por la mañana de entrada a Moscú, podía llegar al curro a la hora de comer... y con la cartera vacía)

Como cumplo el requisito básico de la delgadez (sobre todo después de la convivencia diaria con Duralex y Sedlex, mucho mejores que una liposucción) y disponía de los cuarenta rublos que cuesta el pasaje, me lancé a la marshrutka. De momento, ahí va la foto que saqué. No se ve el otro codo del señor de espaldas con la camiseta de rayas horizontales porque lo tenía clavado en mis costillas. Pero no se lo reprocho, porque no había ningún otro lugar para meterlo en la fregoneta, y tampoco pretendía que se lo cortara.

5 comentarios:

BAR dijo...

Vaya desición difícil, aunque yo después de un vuelo como el que comentas, hubiera preferido pagar la comodidad del taxi...pero talvez es que no estoy midiendo l aproporción, cuanto serían 500 rublos en dólares?...

Y una pregunta más...que es un curro????

Un beso

Alfor dijo...

BAR, pues mira la siugiente entrada, pero 1.500 rublos son como sesenta dólares. No es barato.

"Curro" es "trabajo" y "currar" es "trabajar", coloquialmente. La Real Academia de la Lengua
ya lo aceptó hace tiempo.

Esther Hhhh dijo...

Aaaaaaaaaaainssss Madre del Amor Hermoso, difícil sin duda la decisión, peroooo, oye, para eso tienes ese tipito que Dios te ha dado (jejejeje, si se descuida ni te da tipito (a eso se llama envidia)).
La verdad es que ibais un pelin ajustadillos, si señor....

Besitosssss

Alfor dijo...

Esther, ya sabes, en lo del tipito, unos somos los elegidos... y otros sois los llamados.

Francisco dijo...

Recuerdo mi estupefacción al subir a una marshrutka por primera vez. Si es para un trayecto breve, pase, pero cuando vi que para ir a una ciudad a 300 km. también había que ir en ese vehículo, se me heló la sangre en las venas.

Un comentario que les hizo mucha gracia a los locales (no sé bien por qué) fue el de: en España tenemos los encierros, vosotros tenéis las marshrutkas. Y es que si alguien quiere sentir adrenalina ... que haga un recorrido así. Verá como se le queda el cuerpo.