miércoles, 20 de diciembre de 2006

Impostores contra auténticos

- Bé, anirem a una festa, i estaran Ded Moroz i Snegurochka.

Abi no parecía especialmente entusiasmada.

- I vos portaran regals.

Eso ya le gustó más, y sonrío. Ro, por una vez, estaba comiendo tranquilamente sin levantar la cabeza del plato.

- Molt bé, pero Ded Moroz no és de veritat -sentenció Abi.

Parecía que estaba llegando uno de los momentos más delicados que debe afrontar un padre.

- ¿Qué dius? - pregunté, haciéndome el sorprendido.
- No, no és de veritat. Es un senyor que porta una barba que no és de veres.
- ¿Aixina penses?
- Sí. I l'any passat, Ded Moroz era el pare de una amiga meua del colege que s'en havia disfraçat.
- ¡No em digues!
- Sí.

La situación se hacía delicada. A sus siete años, Abi ya estaba dudando de la autenticidad de los mitos más sagrados. Yo recuerdo con cierto rubor que no me enteré de que los Reyes Magos eran los padres hasta los diez años, y eso porque sorprendí en el autobús del colegio una conversación entre dos niños más pequeños que yo. Pues estas niñas me estaban sacando tres años de ventaja. Claro que Ded Moroz se expone a que le descubran mucho más que Papá Noel o los Reyes, porque va a pecho descubierto y a plena luz del día repartiendo regalos, mientras que los otros los reparten a deshora y a escondidas. Pero, aún así...

Mas hay una diferencia entre la infancia de Abi y Ro y la mía: que yo no tenía más que a los Reyes Magos, y ellas, multiculturales al fin, tienen toda una pléyade de proveedores de regalos en distintos momentos del período navideño. Ded Moroz es el proveedor ruso, en las fechas previas a la Navidad; luego, en Madrid, con la familia política de fuerte influencia francesa, el protagonismo pasa a Papá Noel.

- ¿I Papá Noel? ¿Tampoc és de veres?
- No, tampoc. També està disfraçat. La seua barba també és un postiç.
- ¿Un postiç? ¿Estas segura?
- Sí, estic segura.

Recordé que hace un par de años habían montado en Madrid una fiesta con aparición incluida de Papá Noel. Probablemente el familiar que, efectivamente, se disfrazó, fue igualmente reconocido, a pesar de que puso mucho cuidado en no decir ni pío. Así pues, tachado Papá Noel, ya sólo me quedaba el último cartucho: los proveedores valencianos, de la fase de vacaciones navideñas que pasamos en Valencia: los Reyes Magos. No nos perdemos una cabalgata desde hace cuatro o cinco años.

- ¿I els reis? ¡No em direu que tampoc són de veres!

Abi levantó la cabeza del plato y dijo con vehemencia.

- Nooooo... els reis són de veritat.
- Clar, els hem vist en la cavalcada -apunté.
- Sí, i eren ells -añadió Ro-. I tiren regals des de les carroces, i l'any passat un regal em va fer mal a l'ull.
- Sí, sí, els reis sí que existixen de veres - concluyó Abi.
- Papá, ¿enguany anirem a vore-los? -preguntó Ro.
- Si Deu vol, clar que sí.

Uffff... todavía queda margen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo perfectamente gaada la imagen de cuando yo era pequeña y me la pasaba discutiendo con mis amigas, taratandolas de convencer de que los reyes magos si existían y no eran los papás...

Me parece triste que un niño a tan corta edad no crea...es una ilución indescriptible el pensar que por arte de magia lleguen juguetes a tu casa, pero supongo que para las familias de escasos recursos, no queda más que desmentir esa idea a los pequeños...Creo que encontré la parte triste de la navidad :(

Un Beso.

Alfor dijo...

BAR, los Reyes Magos existen, ya lo creo que existen. O, si se quiere, los Reyes Magos existimos.

Y, créeme, no hace falta un juguete caro para demostrarlo.

Esther Hhhh dijo...

Ains Alf, me he reído agusto con este comentario... Que monos, Abi, Ro y Ame.
Pero tienen mucha razón... Yo no puedo creerme que ocho renos puedan arrastrar un peazo trineo, lleno hasta los topes de regalos, por el cielo de medio mundo ¡Y con ese pedazo de obeso que es el señor Sta Clauss! con todos mis respetos, pero una dieta le vendría bien... Claro que no me extrañan sus kilos de mas. Si cada vez que va a una casa roba el turrón de shuchard. O se lo ponen y se lo come... y vale que el turrón de chocolate está de vicio, pero señor Santa, que le sobran unos kilos. Y otra cosa ¿Como pasa por las chimeneas con ese "tipito"? Y no sólo eso, más difícil todavía: Si en los pisos de media Europa no hay chimeneas, sobretodo en las latitudes españolas... ¿cómo se las apaña para colarse por los orificios del aire acondicionado? O más difícil ¿cómo se mete por el cable de la halógena y sale por las lámparas sin quemarse y sin electrocutarse?
Al señor este que dices, el tal Don voz, no lo conozco, así que no me meto con él. (Va a ser por estas cosas que dicen por ahí que no sé nada de Rusia).
Pero los Reyes son otra cosa. Ya lo creo que existen. De todos es sabido la capacidad de los camellos para el contrabando. Para el tráfico en general. Así que no dudo en absoluto de su capacidad para transportar regalos por medio mundo, que tampoco es tanto medio, porque como el señor Sta se recorre más trozo, pues ellos tienen menos faena. Además son tres, esto soluciona mucho. Y desde que Gloria Fuertes nos advirtió de que existen las tres reinas magas, la cosa está más clara todavía: Son seis reyes (entre reyes y reinas) más doce pajes (uno por barba, y nunca mejor dicho), total, 18 tipos para hacer el reparto, todos ellos con poderes y además con mucho mejor físico. El problema va a ser la edad de Gaspar y Gaspara, que son sin duda los más mayores...
Y por si fuera poco, está la cavalgata, una muestra clara de que efectivamente los reyes existen.
Ains, que cosas tienes Alf, ¿cómo pudiste dudarlo? En cuanto al señor de rojo... Bueno, a mí que ahí hay gato encerrado.... (y mucho turron de chocolate en su tripita)
Besossss

PD: Que te traigan muchas cosas y a Abi, Ro y Ame más. ;-P