miércoles, 6 de diciembre de 2006

Cine extranjero sobre Rusia (II)

Como hace un mes que no se ve el sol, y la cosa está bastante calmada y abúlica, sigo con la serie de películas extranjeras sobre Rusia. En esta ocasión, para variar, una que me gustó: la película es de Woody Allen y se titula, en inglés, "Love & Death". Fue traducida al castellano con el sugestivo título de "La última noche de Borís Grushenko".

Es una farsa divertidísima sobre la literatura clásica rusa en la que Woody Allen utiliza la contaminatio, es decir, la mezcla de elementos de varias tramas en una sola, con la particularidad de que las obras originales son serias, mientras que el resultado obtenido por el director es una parodia con algunas escenas geniales. Así, entre otros, hay elementos de Tolstoy (Guerra y paz, que es el más evidente, Anna Karenina) y de Dostoyevsky (Stepanchikovo y sus habitantes, Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov), con un resultado desternillante. Se ríe de todo, sin quedar claro si es una burla o, lo más probable, un homenaje de un humorista de la mejor manera que puede hacerlo: riéndose del homenajeado. Alguna escena es de antología, por ejemplo:

Grushenko, que es más bien cobardica, se ve alistado en el ejército ruso para luchar contra Napoléon. Antes de entrar en campaña, se les concede un permiso de tres días, que Grushenko aprovecha para ir al teatro a San Petersburgo. Desde su palco, se pone a ligar con una noble del palco vecino, que está acompañada por su actual amante, un duelista temible. Al acabar la obra, entablan conversación. Grushenko se presenta, y el amante decide meter baza:

- Grushenko... ¿no será usted el joven cobarde del que habla todo San Petersburgo?
- No soy tan joven. Tengo treinta y cinco años.

Los diálogos pseudofilosóficos entre los personajes son la repanocha. La obra es, a veces, un poquito irreverente:

Grushenko: "¿Cómo que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios? ¿Tú crees que Dios tiene gafas?"
Sonia: "Con esa montura, no."

Y sexualmente bastante subida de tono. Así que no es de extrañar que sea no apta para menores de dieciocho años. También deberían haber escrito que es no apta para rusófilos sin sentido del humor (o sea, mucho me temo, para rusófilos), pero se les debió olvidar.

Algunos de los gags son, aún hoy, aplicables a algunas cosas que se ven por aquí. Pero eso queda para otro día.

3 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Hola Alf:
Me ha encantado este repaso tuyo a uno de los grandes del cine Woody Allen, y ya que los cocodrusofilos convienen que hablo sin saber de Rusia, pues hablaremos de cine, que de eso sí sé, y mucho, a fin de cuentas, forma parte de mi vida y de mi trabajo.
Woody Allen es uno de los grandes, sin duda. Un genio que se ha adaptado a los tiempos, ha recorrido todos los estilos, desde el musical al drama, pasando por la comedia (su gran género), el melodrama, el thriller, la acción... Creo que no se ha dejado nada, ni siquiera un guiño a las series B.
A lo largo de su carrera como CINEASTA y pongo esta palabra en mayúsculas porque se la ha ganado, ha demostrado su valía como director en todos los campos. Es sin duda un gran director de actores, tiene una sensibilidad especial a la hora de elegir la música (no en vano es un gran clarinetista de jazz) y utiliza como nadie la simbología en sus películas. Pone a su servicio la fotografía para darle un sentido a todo. NO puedo olvidar aquella escena de Alice, donde una gran tormenta precede al sexo entre dos personas casadas. Tras la relación sexual, primera infidelidad para ambos, llega la calma... Magnífico.
Es un gran guionista, busca la hilaridad inteligente, ahí está ese momento en Desmontando a Harry, donde hay un personaje cuyos problemas psicológico-depresivos, le llevan a verse desenfocado.
Ha sido un transgresor. Cuando el sexo estaba casi prohibido, él rodaba películas como "Todo lo que quiso saber sobre el sexo y nunca se atrevió a preguntar".
Se ha reído de sus defectos, de sus fobias y hasta de sus creencias y sus raíces judías. No ha dejado nada por decir y siempre de una forma inteligente.
Es una gozada saber que cada año nos va a sorprender con un regalo más, y espero que tarde en llegar el día que decida dejar de hacerlo. Pero sé que ese día no será elegido en vano. Será que ya no tiene nada que contar.
Sin duda un Cineasta, un artista, uno de los grandes maestros...
Un beso
PD: Y lo dejo aquí porque podría seguir escribiendo y escribiendo, jejeje...

Alfor dijo...

Esther, creo entrever indicios de que te gusta el cine de Woody Allen. :)

Esther Hhhh dijo...

Se me ha notado???? jejejejjeeje
Besitosss ;-P