jueves, 19 de octubre de 2006

Viejos rockeros

No, señor, los viejos rockeros nunca mueren. Es cierto que, si vienen a Moscú, puede decirse que están acabados, pero nunca muertos.

Hoy ha tocado nada menos que Deep Purple en Moscú. La verdad es que están bastante mayores (el más joven, Steve Morse, tiene 52 años), pero siguen siendo el colmo de los colmos del rock duro. Tocaron en un estadio deportivo, el Olimpiisky (sí, el Olímpico) y allí se plantarían unas quince mil personas, incluidos Carbuncho y yo, que esas cosas no hay que perdérselas.

Al principio, y después de las colas de rigor para entrar (leche, es que había gente), empezaron por algunos temas de sus nuevos discos, que yo no conocía; pero el cuarto ya fue "Strange Kind of Woman", y ahí llegó el primer sustillo. Los instrumentistas seguían siendo una pasada, pero Ian Gillan, aunque sigue cantando muy bien, ya no da los gritos enardecedores del "Made in Japan". Los 61 años comienzan a pesar.
Como son inteligentes y saben sus limitaciones, dieron cancha a los instrumentalistas. Evidentemente, Steve Morse es un guitarrista de primer orden; la base rítmica de Ian Paice y Roger Glover sigue funcionando como siempre, y el teclista Don Airey, aunque lleva con ellos tres años, es un agradable descubrimiento. Hombre, quizá se pasó al intentar interpretar él sólito la Obertura 1812, de Chaykovsky, pero bueno, estuvo simpático cuando intercaló Podmoskovskye Vechera y Я шагаю по Москве en sus solos. Al público le gustó.

Se sucedieron ya los éxitos de toda la vida. Se veía que Gillan se había estado reservando, pero ya estaba la cosa más a punto: "Perfect Strangers" fue un exitazo y ya les dejó entregado al público; "Highway Star" y... síiiiii "Smoke on the Water", claro que sí. Se fueron, pero todavía dieron dos bises, y qué dos: "Hush" y "Black Night". Y esta vez ya no hubo más y se fueron.

Se agradecen especialmente dos cosas: que son buenos músicos y que por ello no necesitan, como otros, hacer el payaso en escena para tener un buen directo. Nada de eso: tienen un buen directo a base de buena música sin pausas, con canciones perfectamente intercaladas. Y, en segundo lugar, precisamente por ser buenos músicos, no necesitan hacer idioteces (vaya, me ha venido a la cabeza Madonna) ni tonterías satánicas para llamar la atención. La llaman porque son buenos.

Mención aparte merece el público. Uno se esperaría, en un concierto heavy, greñas, camisetas negras (eh, yo llevaba una) y cazadoras con remaches. Algún pintillas había, pero ni mucho menos mayoría. Voy a destacar algunos hechos diferenciales.

1.- Había chicas. Sí, sí, en un concierto heavy, ¡había chicas! Y algunas (qué algunas, muchas) estaban cañón y todo. En lugar de la proporción 99:1 de los conciertos heavy españoles, la proporción sería de 60:40. Aunque parezca increíble.
2.- Había parejas. Que sí, que sí. Así, como de mediana edad, ellas muy bien vestidas, y ellos con jersey de marca.
3.- Había, ojo al dato, señores con traje y corbata ¡Y cómo botaban con el "Highway Star"!
4.- Había jubilados. Que sí, de verdad. Y alguno casi llora con el "Smoke on the Water".
5.- Y el colmo: había madres con sus niñas, y abuelos con coleta con sus nietos y nietas. Había niñas más pequeñas que Abi. Si quizá debí llevarla...

Y había, en general, quince mil personas entusiasmadas.

Esta entrada se la dedico a Rafa, que hizo un intento de ver a Deep Purple en Zaragoza y se quedó con las ganas, por la suspensión del concierto, y con una nochecita toledana en la estación de autobuses mañica. Ánimo, Rafa, que estos tíos aún harán otra gira mundial y podrás verlos. Vente a Moscú, que seguro que vuelven; es más, deben tener visado múltiple, porque, ¿cómo no van a venir, si hay quince mil personas que les esperan?

Jo, y eso que están acabados.

5 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Deep Purple, aainnnnsss que recuerdos más buenos... oye, y el nuevo teclista ¿tambien luce un hamond?¿o es mas modernillo? lo que siento decirte, el guitarra que mencionas, Steve Morse, será muy bueno, pero que quiers que te diga, no es Richie Blackmore. Personalmente echaría de menos esa pareja, Lord-Blacmore en el escenario.... Supongo que este buen señor, que dices es gran guitarrista (y digo dices porque no le he escuchado) haría las delicias del público en los solos de strange kind of woman o como no, el mega archi conocido smoke on the water, llámame nostálgica si quieres, pero su creador fue el Richie y no puede ser lo mismo...
En fin, bien por tu camiseta negra. Que sepas que yo aquí he asistido a varios conciertos de heavy (ahora que nadie me lee) entre ellos el de Manowar y yo no era la única chica, es más, había bastantes... y Barricada creo que he visto lo menos 5 veces a Barricada en directo.
En fin, que yo chicas en los conciertos heavy si he visto, pero será la edad, como soy más joven... ;-P jejejeje
Bueno, besotes y ya sabes, entonando a Baron Rojo: El rock nunca muere, ni los rockeros... (como era la canción esa??) pues eso, que a relucir nuestras greñas (las tuyas nunca fueron excesivas) y a mover la cabeza..
Besitossss
PD: ¿qué tal las agujetas de cervicales?
B

Alfor dijo...

Esther, Blackmore está en otra onda a estas alturas. Y Jon Lord, que era el mayor de todos, se jubiló hace tres años. Merecido lo tenía. El actual era el teclista de Rainbow, conque a Blackmore también lo conocía.

Quizá no he escrito que el concierto era con asiento, así que, de agujetas, nada. Nos levantábamos en los momentos álgidos.

Esther Hhhh dijo...

¿Un concierto de Deep Purple con asiento? A donde hemos ido a parar... Ahora si que voy a empezar a pensar que realmente están acabados...
Besitos

Anónimo dijo...

Es lo que pasa con las cosas de calidad, que ganan valor y profundidad con el tiempo aunque tengan algunas magulladuras y muchos arañazos. Cuando se mueran estos tíos, ya no habrá espectáculos de esta calidad intrínseca. Yo me siento un afortunado de poder asistir a sus últimos reflejos.

Anónimo dijo...

Por cierto, Esther, Steve Morse es un guitarrista que no tiene nada que envidiarle a Blackmore en ningún aspecto, a no ser por el carisma. Tiene su grupo propio a la guisa de Steve Vai o Joe Satriani, gente de su nivel.