sábado, 21 de octubre de 2006

Adopciones

Hoy continúo con las historias de aeropuerto, de lo que cualquiera que lea esto puede deducir -correctamente- que estoy de viaje.

Una de las cosas más llamativas en los vuelos de Moscú a Madrid, naturalmente de Aeroflot, que se lleva la palma en esto, y con gran frecuencia fuera de temporada, es la cantidad de adultos españoles (ya sea en solitario, ya sea en pareja) acompañados de niños que son sus hijos, pero que no les entienden.

Estaba en la tienda del aeropuerto comprando provisiones para el largo viaje que me esperaba hasta llegar a Valencia.

- ¡Sasha! -sonó una voz a mi lado, en castallano- ¡Quédate ahí, agarrado al carro!

Ni caso.

- ¡Ahí, ahí, agarrado!

Al final, Sasha, un niño de unos cuatro años con una cara de travieso que tira de espaldas, se agarra al carro y le pone cara de picaruelo a su nueva madre.

- Muy bien, Sasha, ahora espera ahí y no te muevas.

La señora entra en la tienda, pero no le pierde ojo al carro. Sasha, haciendo honor a su cara de travieso, se esconde detrás del carro y su madre sale cada dos por tres para ver si todo va bien. Al final, compra tres cajas de bombones y sale.

- Mira, Sasha, ya tenemos bombones.

Yo miro al carro y me pregunto cómo hará la buena mujer para acarrear al niño, el maletón y los por lo menos seis bultos entre bolsas, mochilas y maletillas que atestan el carro.

Al final, y antes de que le dé un ataque de nervios, me presento como español, me ofrezco para ayudarla y ella acepta mi ofrecimiento ¿Que variedad de cosas llevará la buena mujer en tanta maleta?

A la hora de facturar, sólo factura la maleta grande.

- ¿Sólo? -pregunta la azafata- ¿Y todo eso?
- Me lo llevo en la cabina.

La azafata sacude la cabeza con resignación, pero le deja pasar.

- Es que, en principio, sólo se puede pasar uno por persona -le digo a la señora.
- ¿Sí? Anda, no lo sabía. Es que llevo comida en esa bolsa, matrioshkas en esa otra, otras cosas frágiles en esa otra... y, claro, no lo puedo facturar.

Me callo. Sólo puedo añadir que, si hay alguien que está metido en el proceloso intento de adoptar en Rusia, está desesperado, ha caído por aquí, no se aclara y su agencia no le hace caso, quizá debería pinchar en este enlace.

Después del show, me pongo a charlar con Sasha, que está encantado de que haya un español que hable ruso. El chaval, con algo de problemas de pronunciación, pero nada serio, está, evidentemente, muy contento de tener una mamá.

En este vuelo, hay unos cuatro o cinco niños adoptados, con sus padres (que se han encontrado de sopetón con un niño, así, sin libro de instrucciones) dándoles indicaciones en un idioma que desconocen. Pero bueno, en España faltan niños, y en Rusia más todavía, pero sobran huérfanos. Y eso que, aquí, el número de abortos duplica al de nacimientos: pasa claramente del millón al año, sí, con eme de masacre.

Pero eso es otra historia. En ésta, los padres adoptantes, tras los eternos trámites que tienen que sufrir hasta salirse con la suya, tienen la percepción de las cosas ligeramente desenfocada. Y, así, en otro viaje, Abi y Ro venían también y estaban jugando con otros niños del grupo de los adoptados, en ruso. Luego se acercaron a nosotros y nos hablaron en castellano. Una madre adoptante, con los ojos como platos, nos dijo acto seguido, completamente en serio:

- Oye, ¿en que orfanato les habéis adoptado, que ya salen hablando español?

4 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Madre del amor hermoso:
Bueno, creo que siempre hay niños abandonados, y gente dispuesta a adoptar, pero es obvio que estaría muy bien que a los adoptantes les enseñaran un par de cosas...
Supongo que el estress, las horas sin dormir, los nervios y yo que sé cuantas cosas más le jugarían una mala pasada a esta buena mujer, porque si no no me explico su pregunta...
En fin, a veces me da escalofríos pensar que la gente se toma la adopción como la compra de un producto. Que son niños, hombre, ¿qué pasa?¿vamos a mirar que sean de tal color o cual, o que en este orfanato me los den mejor equipados?
Francamente, muchas veces he pensado que en un futuro tal vez adopte. Y siempre he pensado que lo realmente importante es lo que yo le pueda aportar a el o ella y lo que ella o el me pueda aportar a mi... Y supongo que eso lo veré al mirarle a los ojos.. NO sé
Besitos

Esther Hhhh dijo...

Por cierto ¿vas a estar mucho por aquí? en mi blog hay un correo, si eso, dime algo en privi, a ver si te veo...
Besitos

Redmond Barry dijo...

Evidentemente los padres que van a Rusia a adoptar, saben muy bien a lo que se deben enfrentar. Lo del orfanato hispanolingüe muy probablemente era una broma. Por mi experiencia como papa adoptante, y como conocedor no de la Rusia actual, pero sí de la antigua Unión Soviética (estuve un año trabajando allí) descarté de inmediato la adopción en Rusia. Sería muy largo de explicar, pero seguro que tú, sí lo entenderás.

Saludos

Anónimo dijo...

JAJAJA...YA ME IMAGINO LA CARA QUE PUSIERON TUS HIJOS....A MI TAMBIEN ME PARECE UNA IDEA GENIAL ESO DE ADOPTAR,Y ME ENCANTARÍA AÚN MÁS HACERLO EN UN PAÍS EXTRANJERO AUNQUE SUPONGO LOS TRÁMITES SON MUCHÍSIMOS, PERO ESO YA LO AVERIGUARÉ...LA CIFRA DE LOS ABORTOS ES SORPRENDENTE, AUNQUE CREO QUE EN MÉXICO POR AHÍ VA TAMBIÉN...

SALUDOS