sábado, 1 de julio de 2006

La ciudad más cara del mundo (II)


Siguiendo con las meditaciones del otro día sobre por qué esta bendita ciudad se ha convertido en la más cara del mundo, según Mercer, cabría plantearse algunas cuestiones que el señor Tsoy pasa por alto:

1.- ¿Es culpa de los extranjeros que Moscú sea la ciudad más cara del mundo? Si nos referimos a los precios del alquiler de viviendas, la respuesta es que en parte sí. Las empresas extranjeras pagan la vivienda a sus directivos desplazados, y pagan muy bien, pero que muy bien. El resultado es que la vivienda digna se dispara de precio: no hay ningún estímulo para el directivo expatriado en negociar precios mejores (total, paga la empresa), ni, por supuesto, para el casero en rebajarlo.

2.- Curiosamente, los caseros prefieren a los extranjeros como inquilinos, antes que a los rusos. Se ve muy a menudo, y es muy chocante, sobre todo si lo comparamos con Europa Occidental (a mí me costó muchísimo encontrar alojamiento en Alemania, precisamente por ser extranjero). Los "nuevos rusos", como se conoce a los nuevos ricos rusos, muchas veces tienen más dinero que el extranjero expatriado medio, y puede pagar mayores alquileres, pero su fortuna es muy inconstante y pueden acabar desplumado de repente, con lo que deja de pagar. En cambio, los extranjeros somos buenos pagadores (y los directivos mucho más: paga la empresa).

3.- El número de extranjeros en busca de vivienda en Moscú no hace sino aumentar. Rusia está podrida de dinero, de petróleo y de gas, y Moscú se ha convertido en un centro financiero de primer orden, con lo que no hay empresa de cierta importancia que no tenga aquí su delegación, ni país, por birrioso que sea, que no tenga una nutrida embajada. En consecuencia, la demanda de vivienda en alquiler es alta, y no precisamente de cuchitriles.

4.- El señor Tsoy tiene la desfachatez de mencionar, en su entrevista, que la calidad de vida de Moscú es mucho mayor que en otras ciudades. Y lo dice sin sonrojarse, el tío. En cambio, un estudio de la mismísima Mercer, de marzo de este año, sitúa a Moscú en los últimos puestos del mundo de ciudades con mayor calidad de vida, a la altura de agujeros insondables como Abidján o Delhi. Entre Tsoy y Mercer, parece que se acerca más a la verdad la segunda. Un directivo extranjero, al que le ofrecen Moscú y que conoce el estudio de Mercer (y la temperatura que nos gastamos por aquí: estamos a 1 de julio y nos hemos pasado el día a 12º, después de unos días de calor pegajoso e insoportable), pide una pasta gansísima por venir. Y claro, la gente que cobra una pasta gansísima suele estar dispuesto a gastársela, con lo que las cosas se encarecen.

Se me ocurren muchas cosas más, pero la más importante, que es algo así como "¿Y por qué la calidad de vida en Moscú es tan detestable?", la dejaré para otra entrada, que ésta se hace larga.

3 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Pues sí, estaría bien que nos cuentes por qué la calidad de vida allí es tan detestable.
Curioso el fresquito del que hablas, lo que daría yo estas dos últimas noches por esa temperatura de envidia... aaaaaainssssss, porque aquí en plena noche estuvimos el domingo (noche del domingo al lunes) con 30 graditos, vamos una joya.
En cuanto al tema alquileres, bueno, no hay que irse a moscú para encontrar otro vestido de ese color. En Gandía mismo esto ocurre constantemente. En verano los precios de los alquileres se disparan. Llegan a pedir por un apartamento con una habitación y cocina americana, entre 600 y 1000 euros por 15 días. La gente lo paga, entre otras cosas, porque se meten igual 10 personas (no me preguntes como) a vivir y así pues no les preocupa ese precio, si haces cuentas, en la escala más alta se les queda incluso más barato que esos 15 días en un hotel, pero de buen trozo. Pero esta especulación y disfrute de los bolsillos de los veraneantes (que por otro lado me parece lógico) crece en el invierno. En invierno la playa de gandia está ocupada por los universitarios. A estos se les llega a cobrar alquileres casi semejantes a los turistas, con la excusa que comparten el apartamento. Suelen estar encima en los apartamentos más lejanos a la playa, que son los más cercanos a la universidad, osea, que en verano son los que menos dinero sacan en principio, pero ojo, porque estos caseros, no se conforman con este saqueo estudiantil, si no que además exigen a los pobres estudiantes, en plena época de exámenes, que abandonen la casa, para así poder aprovechar al máximo la temporada de verano y saquear a los turistas sin piedad. Y esto no se queda aquí. Las inmobiliarias son todavía peor. Colocan a los estudiantes en invierno en buenos apartamentos, pero en la última quincena de junio y primera de julio, con la llegada de los exámenes y los primeros turistas, les hacen cambiarse de apartamento, a verdaderos cuchitriles, para así poder dejar a los turistas los apartamentos de mejor calidad, que además gozan de pistas de tenis, paddel o piscina...
Ya ves como está el patio...
Besos

Alfor dijo...

Veo que por Gandía están las cosas chungas, pero, francamente, en cuestión de precios no le llega a la ciudad más cara del mundo ni a atarle las sandalias, por mucho que saqueen a los turistas (¡duro con ellos! :) ).

Esther Hhhh dijo...

No, si a mi lo de los turistas me parece perfecto, lo que ya me parece un poco de juzgado de guardia es la especulación con los pobres estudiantes, que ya sabes que normalmente no gozan de una gran salud monetaria.
Besos