lunes, 23 de mayo de 2011

Ese derecho de reunión

Siguen siendo simpáticos, pero igual se les está yendo un poco la olla con alguna de las ponencias. La verdad es que limitarse a pedir el cambio en el sistema electoral (cosa que realmente es importante) no debe dar para la semana larga que lleva la gente en la plaza, y además sería muy aburrido a la larga; lo que pasa es que, a medida que te vas dispersando, comienzas a hablar de más cosas y hay menos puntos en los que se puede poner de acuerdo a toda la peña.

Cuando llegué por allí esta tarde, por ejemplo, había un nota en el megáfono chillando en valenciano (o en algo parecido al valenciano), y protestando por la postergación de la nostra llengua en la administración, cosa que, francamente, a mí me parece mucho menos importante que otras peticiones que se hacían, y eso que yo entiendo y hablo el valenciano, que, de hecho, es mi lengua materna. No me quiero ni imaginar lo que pensaría de la postergación del valenciano el siguiente orador, una chica con marcado acento peruano y algo entrada en kilos que probablemente apenas entendió lo que había dicho el nota anterior, y que insistía en lo caro y malo que se estaba poniendo el transporte público. Lógico.

Sin embargo, estoy seguro que la mayoría de los que estábamos por allí también nos daba un poco igual eso, ya que íbamos en bicicleta (es imposible aparcar una bicicleta en la plaza estos días; están ocupadas todas las farolas)y el transporte público lo usamos sólo en ocasiones excepcionales. Yo, por ejemplo, en todo el año he tomado el metro dos veces, fue para ir del aeropuerto a mi casa, y no espero tomarlo más que una o dos veces más este año. Así que yo, sin ir más lejos, ni siquiera era consciente del supuesto deterioro del transporte público valenciano. De lo que sí me enteré fue del precio, jo. 1,90 euros para un viaje. Más barato que el taxi, pero, así y todo...

Hoy había menos gente. Y menos policía. Mientras atendía a los oradores, iba pensando que esto en Moscú sería totalmente imposible. Todos los días 31, por ejemplo, la oposición (o lo más parecido a una oposición que hay) ha convocado una manifestación para pedir el respeto al derecho de reunión (que está recogido en el artículo 31 de la Constitución rusa, de ahí la fecha elegida). Sistemáticamente, el permiso para manifestarse en la plaza Pushkinskaya es denegado, alegando que provocaría problemas de tráfico. Y, también sistemáticamente, los convocantes pasan de la prohibición y mantienen la convocatoria. Y, por tanto, todos los días 31, la plaza Pushkinskaya aparece tomada por una legión de omones (fuerzas especiales), de militares y de policía. Los manifestantes, obviamente, no aparecen, salvo alguno muy significado como Limónov, al que los policías ya le llaman de tú cuando lo detienen por enésima vez; pero tanto policía acaba por obstruir igualmente el tráfico por la Tverskaya y la Pushkinskaya, que era precisamente lo que se suponía que se pretendía evitar al prohibir la manifestación. Guay.

Un amigo mío, que si no está en la plaza es porque está de exámenes y es un profesional de aprobarlos, me acaba de pasar el último manifiesto de DRY. Es un intento de centrar las cosas, en el que los acampados se consideran mayoría y se muestran convencidos de la victoria, además de meter una serie de reformas.

¿Mayoría? Desde luego es discutible. Uno sale de la plaza, comienza a ver la gente que pasa por la calle, y descubre que Valencia está llena de gente con polo rosa y pantalones de pinza, que es evidente que el domingo no votaron precisamente al Partido Comunista de los Pueblos de España.

Ya veremos. De momento, y recién terminadas las elecciones, ni jartos vino van a conseguir nada en Valencia, con Paco y Rita cuatro años más casi sin oposición. Supongo que los del 15-M estarán pensando en atacar al sistema por su parte mas débil desde ayer, que es un señor de ojos azules que vive en Madrid y necesita desesperadamente votos si no quiere pasar a la historia como el presidente tras cuyo mandato los sociatas sacaron el peor resultado de su historia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"eso que yo entiendo y hablo el valenciano, que, de hecho, es mi lengua materna" POST DE HOY

" porque el idioma en que está escrito su comentario es catalán y yo no lo hablo ni escribo" COMENTARIO A UN POST DEL DIA 30 DE MARZO DE 2.011

Conclusión : ????

Alfor dijo...

Jordi, a (vore) veure.

Jo ho (intente()intento, pero no (m'ix) em surt. No és (lo) el mateix, son (dos) dues coses (paregudes) semblants, i cal (tindre) tenir molta paciéncia per a escriure, finalmente, un texte prou (roïn) dolent.

(Aixina) Així que a (vore) veure si tenim per (aci) aqui (un poquet) una mica de (trellat) seny.

Conclusio: la que (vullgues) vullguis. O la que (vullgueres) vulguessis.

Jordi dijo...

Com a meva conclusió :

La teva llengua materna és la mateixa que la meva. Tot i que jo l'hi dic català i tu l'hi dius valencià. Sóm una mateixa llengua, un mateix tronc comú, però amb una
diferent variant dialectal.

Que vagi bé !