miércoles, 14 de julio de 2010

El cumple de Ame (y V): Final de fiesta

Nos estábamos divirtiendo mucho. Mi papá se había puesto a jugar con nosotros, pero era mi cumpleaños y, claro, tenía que venir una tarta de cumpleaños. Cuando llegó el momento, mi mamá dijo que nos sentáramos todos alrededor de la mesa. Yasha seguía jugando con su PSP, pero, cuando se enteró de que iba a comer tarta, la dejó y se fue a la mesa enseguida. A Timofei le dijo su mamá, que seguía sentada en el sofá, que fuera también a la mesa, así que Timofei obedeció. Qué suerte que mis papás nunca van a las fiestas de cumpleaños cuando me invitan. Mirón y Hans, que es muy pequeñito, también se sentaron. A Jun-Zhe costó un poco más sentarlo, pero, cuando nos hubimos sentado todos, se dio cuenta de que no había nadie con quien pelearse y se sentó también. A Jun-Zhe no le gusta estar sentado. Sentado, es difícil pelearse y sólo puedes hacerlo con tus vecinos de mesa. Pero si estás de pie puedes elegir a quien pegar.

Con las niñas fue más difícil. Estaban jugando con mi papá, Abi y Ro al escondite inglés y parecía que se lo estaban pasando muy bien. Pero al final también se sentaron. El que no se sentó fue mi papá, que era quien tenía que traer la tarta, pero no había bastante sitio en la mesa para todos, así que tuvo que quedarse de pie. No es justo. Yo también quería quedarme de pie, porque es mucho más entretenido comer mientras te paseas, pero tenía que quedarme sentado.

La tarta era muy chula. No era una tarta comprada como las demás, sino que la habíamos hecho en casa. Bueno, yo no la había hecho, porque soy pequeñito y no llego a la mesa de la cocina. La había hecho mi niñera y le había puesto mucha mantequilla, anisitos y muchas cosas ricas. Todos los niños nos pusimos a comer, igual que papá. Yo pensaba que la mamá de Timofei también comería, porque la tarta tenía mucha mantequilla y nueces y porque la mamá de Timofei la estaba mirando con muchas ganas, pero dijo que no le apetecía. Qué raro. Yo creo que era para que los niños pudiéramos comer más, porque luego dijo que le gustaban mucho los dulces, pero que tenía que controlarse. Eso debe ser que en casa de Timofei son pobres.

Al final comenzaron a llegar los papás de los niños, para recoger a mis amigos y llevárselos a sus casas. Al final, no habíamos roto la casa ni nada, ni siquiera Jun-Zhe, y eso que Jun-Zhe es muy fuerte. Su mamá fue de las últimas en venir a recogerlo. "Claro", decía mi papá, "en su lugar yo haría lo mismo." Pero al final llegaron todos los papás y los niños se fueron a casa. El último en irse fue Yasha, que seguía jugando con la PSP. Los papás que iban llegando decían a mis papás que eran unos héroes y les preguntaban si habían aguantado bien toda la tarde, y mis papás decían que sí, que se lo habían pasado muy bien y que los niños se habían portado bien y que no habían dado problemas. Lo que no sé es por qué Abi y Ro se reían cuando mis papás decían eso.

Total, nosotros casi nunca damos problemas.

3 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Maaaaaaadre del Amor Hermoso, Alfito, lo que pasa es que esos papás no conocen tu pasado turbio en el frente (cuando lidiabas con "criaturas" más fieras, pero mucho más fieras que las que describes, jajajaja) Yo creo, a ratos, que sientes hasta nostalgia de aquella época y por eso te metes en estos "fregaos" jajaja.... Pero bueno, sobreviviste incluso a Jun Zhe, que tiene telita el "nene"...

Besitos

PD: mira que gracia de palabra verificadora, teniendo en cuenta que hablamos de niños: "patin"

Bejemoote dijo...

jajaja Te deberían convalidar algún título de domador, que crack,

Alfor dijo...

Esterita, bueno, algo de nostalgia sí que queda, la verdad. Qué tiempos. Y eso que yo era de los buenos y la peña me tenía un respeto.

Bejemote, psss, el de monitor de campamento, que es lo mismo, ya lo saqué en su día. Lo tengo apollidado en un armario, pero lo tengo.