lunes, 22 de junio de 2009

Rencillas religiosas (III)

La diferencia más llamativa entre las Iglesias Católica y Ortodoxa es posiblemente el celibato sacerdotal. Simplificando las cosas, y simplificándolas demasiado, ello quiere decir que los curas católicos no se casan y los ortodoxos sí, ¿verdad?

Pues no exactamente. Es lo malo que tiene simplificar. Porque de hecho hay curas católicos casados y hay sacerdotes ortodoxos solteros. Eso sin hablar de los religiosos (los monjes, vamos), en los que hay coincidencia completa: ni los católicos ni los ortodoxos se casan. Y sin hablar de los sacerdotes católicos que se casan después de ser ordenados y que salvo casos excepcionales no pueden ejercer su ministerio, pero que siguen siendo sacerdotes para siempre. Aunque ya en los magníficos comentarios a la entrada anterior salió el asunto, voy a dejarlo escrito en el cuerpo de una entrada.

Primer punto: los sacerdotes católicos de rito latino no están casados nunca, vale, pero entre los de rito oriental, esas famosas iglesias uniatas externamente tan parecidas a los ortodoxos, pero cuyos miembros son tan católicos como Benedicto XVI, sí que los hay casados, y hasta he leído que hay alguno por España ejerciendo la cura de almas como si tal cosa.

Segundo punto: no todos los sacerdotes ortodoxos están casados (siempre antes de ordenarse, en todo caso). Si van destinados al episcopado (useáse, a ser obispos y quién sabe si algo más), también tienen vedado el matrimonio.

Ahora ya la diferencia enorme y llamativa se ha quedado en mucho menos, ¿a que sí? De hecho, San Pedro, que evidentemente era católico, evidentemente estuvo casado (tenía suegra), y el tío llegó bastante alto en la Iglesia. Vamos, que la Iglesia Católica podría quitar la norma en cualquier momento (al igual que no la aplica en el caso de los sacerdotes católicos de rito oriental), y no habría forma de decir "ah, pues no, que eso no lo pone en ningún sitio".

Dicho esto, yo, cuando era un jovencito imberbe e inexperto, era partidario de que los sacerdotes se casaran si les parecía. Ahora, que ya no soy jovencito, ni mucho menos imberbe y que además soy padre de familia numerosa, creo que los sacerdotes están muy bien solteros. Como son gente que ligaría mucho, así los que nunca nos hemos comido un rosco nos quitaríamos rivales de enmedio; para mí ya es tarde, pero me solidarizo con quienes están en situación distinta a la mía. Pero es que, además, y eso es lo más importante, los churumbeles dan un trabajo del quince, así que al presbítero casado y con hijos no le quedará más remedio que elegir entre sacar adelante a los críos o preocuparse por su parroquia, porque no hay tiempo para todo. El día tiene 24 horas y no parece que vayan a aumentar próximamente.

Vamos, cuando llego a casa y me tengo que ocupar de los tres bichejos dando guerra (son muy buenos, pero algún pronto ya tienen, ya), con Ame dando patadas a todo lo que se mueve, Abi ignorando olímpicamente al mundo que le rodea después de haber hecho una trastada, y Ro berreando a grito pelado que el mundo no es justo y que se han portado mal con ella, mientras les tengo que dar clase y no doy abasto a todo lo que hay que hacer, me pregunto, superado: ¿Cómo narices lo hacen los curas ortodoxos para, además, llevar una parroquia a tiempo completo? Yo no podría...

(Y ya sólo queda una entrada de la serie, que, además, es bastante más importante de lo que parece, aunque también es bastante desconocida)

7 comentarios:

Fernando Pio Galán dijo...

Estimado Alfor:

Te agradezco la respuesta a mi comentario en el post anterior; respondiendo a la invitación, comento también este (pero no para corregir nada, ya que no hay materia para ello)

Una diferencia muy grande entre el cuerpo clerical de la iglesia ortodoxa y la Católica es la dedicación de los correspondientes presbíteros (como, por otro lado, no podría dejar de ser, debido a la necesidad de sostener una familia)

Aclaro que mi experiencia con la iglesia ortodoxa se reduce a un periodo reducido en que residí en Rumania, a parte de mis estudios.

La primera cosa a considerar es la diferencia de porcentaje de asistencia a misa; si en España nos parece escasa, en general en la iglesia ortodoxa los porcentajes son del 2-3%.

Y considerando además que un sacerdote ortodoxo sólo celebrará una misa, el domingo, y nada más en toda la semana.

Otro punto a considerar es que ya podéis buscar el catecismo ortodoxo en Internet: en la iglesia ortodoxa no existe ni catecismo ni la instrucción de éste: la formación religiosa a los fieles se reduce a la explicación de los ritos y tradiciones, con lo que la formación religiosa (siempre estoy hablando a niveles generales) de los fieles ortodoxos es muy "aproximativa".

Esto, junto con otros detalles de la vida parroquial, hace que el presbítero ortodoxo pueda dedicar el tiempo necesario a su familia.

En los ritos orientales católicos las cosas, en este sentido son distintas, la organización de las parroquias es más parecida a lo que estamos acostumbrados en Occidente.

Pero bueno, en este tema nos podríamos pasar hablando tiempo y tiempo...

Alfina dijo...

"creo que los sacerdotes están muy bien solteros"

?

Alfina dijo...

"para mí ya es tarde"

???

Te estás haciendo el graciosillo, ¿No?

hmmmm

Ya veremos cuando vuelvas...

Albert el papú dijo...

Muy interesante todo esto que cuentas. A parte, creo que también hay diferencias gordas en los Sacramentos que usan una y otra confesión. Supongo que en la siguiente lo contarás.

Por cierto, los diáconos católicos sí pueden casarse, y dan misa, bautizan y de todo. No tienen tantas responsabilidades como un sacerdote (no pueden confesar, por ejemplo), pero prestan un grandísimo servicio a los fieles, están totalmente organizados, se hacen cargo de muchas parroquias, etc... Es curioso, en España mucha gente no lo sabe...

Nemesis dijo...

Gran explicación, ya era hora de saber que diferencias habían respecto a nuestros "primos" orientales... En cuanto al matrimonio -o no- de los miembros de la Iglesia, supongo que solteros atienden mucho mejor a su labor, pero si pudieran casarse tal vez habría más gente dispuesta a dedicarse a ello. Es, en todo caso, algo que no creo que cambie pronto, y menos propiciado por Roma.

¡Saludos!

Dornil Tackerton dijo...

Que un sacerdote tenga que ser soltero para poder atender a sus necesidades "laborables" podría hacerse extensivo a otras areas, ¿no? ¿Por qué no exigir el celibato a los policias o a los políticos? ¿Por qué no exigir el celibato a aquellos que buscan el bien de la sociedad (no el espiritual sino el "otro") para que puedan hacerlo mejor? No entiendo ni comparto ese planteamiento tan absorbedor.
Creo más en el libre albedrio y no lo digo en plan juerguista, pero formar una familia debería ser compatible con cualquier otra actividad. Y si no lo es, no lo es con muchas, no solo con ser sacerdote.
Por otro lado yo solo tengo una hija (que el sábado hizo doce meses) y la verdad, Alfor, me parece que tienes mucho mérito. Aunque seguro que tu mujer tiene más ;)
Un abrazo.

Alfor dijo...

Fernando Pio Galán, pues muchas gracias por la aportación, siempre tan interesante. Yo diría que en la Iglesia Ortodoxa rusa la dedicación del clero a la parroquia es algo mayor. Al menos, los domingos no hay una, sino dos misas (y cada una de ellas dura como tres horas).

Efectivamente, un catecismo unificado no existe, supongo porque son demasiados "miembros del colegio" para ponerse de acuerdo; pero creo que en los últimos tiempos se está prestando más atención a la formación en las escuelas dominicales. Ciertamente se enseñan más que nada ritos y tradiciones, pero todo es despertar el interés para quien quiera profundizar en la doctrina.

Y sí, la asistencia a misa es muy baja, mucho más que en España, pero, por ejemplo, acabo de llegar de Bélgica y en misa éramos cuatro gatos. Y en varias iglesias por las que pasé no había más que una misa en todo el domingo, así que yo diría que tampoco es que las diferencias sean entre católicos ortodoxos, sino quizá entre católicos españoles (o italianos) y ortodoxos.

Y sí, nos podríamos pasar hablando muchísimo rato... en suma, lo que quería escribir es que en este punto, aunque llamativo, las diferencias no son fundamentales.

Alfina, yo siempre me hago el graciosillo. Pues no faltaría más.

Al'bert, efectivamente, a ver si mañana puede salir una entrada sobre el espinoso asunto de un sacramento en que sí creo que hay diferencias muy importantes. Los otros seis entiendo que no presentan diferencias de consideración.

Ah, atento a la forma de expresarse: los diáconos católicos sí pueden casarse. Creo que es el mismo error que cometí el otro día yo. Pueden casarse, pero antes de ser ordenados. Hizo bien Fernando en corregirlo.

Por otra parte, sí pueden celebrar una liturgia de la palabra, pero no una Eucaristía, porque no pueden consagrar. Bautizar sí que pueden. Y sí es cierto que, en los tiempos que corren, se está intentando potenciar la figura.

Némesis, ¡pero si ya no se casa casi nadie! :) Con lo desprestigiado que está el matrimonio, ¿de verdad habría más vocaciones si se aboliera el celibato? No lo veo muy claro.

Obocelibel, entiendo que la razón de exigir el celibato a los presbíteros es una cuestión disciplinaria, pero no de fe. En cualquier caso, se trata de una vocación que exige una entrega completa al servicio de Dios y a tiempo completo, además por un salario que difícilmente permite mantener una familia más o menos nutrida. Con los policías no creo que exista una entrega absoluta al orden público por encima de todo.

En cualquier caso, el sacramento del Orden podemos idealmente desdoblarlo en tres: diaconado, presbiterado y episcopado, cada cual con una exigencia mayor. Los diáconos, tanto en la Iglesia Católica como en la Ortodoxa, pueden ser casados; los presbíteros, salvo excepciones, sólo en la Ortodoxa, que de todas formas les exige algo menos que la Católica a los suyos, como bien ha dicho Fernando; y, por último, a los obispos, que son los que más se lo curran, les está vedado el matrimonio en ambas confesiones (porfa, no vengáis ahora con Milingo o Fernando Lugo, vaya par de bichos).

De todas formas, el celibato es cuestión perfectamente opinable. Ahora existe esta norma, pero no es una verdad de fe. Podría cambiar, y se puede propugnar su cambio tranquilamente incluso desde dentro de la Iglesia.

En cualquier caso, felicidades por el cumpleaños de tu hija y ten claro que, efectivamente, Alfina tiene mucho más mérito que yo. :)