viernes, 5 de junio de 2009

Heroísmo

En Rusia hay bastantes ciudades que son héroes. Uno piensa que no tiene mucho sentido considerar héroe a toda una ciudad, y que los que serán héroes o cobardicas son los que viven en ella, pero eso debió parecer poco a las autoridades estalinistas que sobrevivieron a las purgas y a la Segunda Guerra Mundial, que concedieron la denominación de héroe a las ciudades en las que hubo más jarana en la Gran Guerra Patria.

Moscú es una de esas ciudades-héroe. Es probable que muchos del millón largo de habitantes que Moscú tenía en la época del nombramiento tuvieran un miedo cerval cuando los alemanes lanzaron la ofensiva que les llevó a treinta kilómetros del Kremlin, pero lo que es seguro es que, en miedo acumulado, las purgas fueron algo más aterrador. Porque los alemanes fueron rechazados por las fuerzas que mandaba Zhukov y en todo el resto de la guerra no sólo no volvieron a acercarse a Moscú, sino que, muy al contrario, se fueron alejando más y más hasta perderse.

Otras ciudades tuvieron menos suerte. Leningrado, que ya no se llama así, es la más destacada, al tener que soportar un asedio cruel de cerca de tres años; Murmansk, que es una ciudad que está allí arriba, dentro del Círculo Polar, también tuvo sus más y sus menos con los alemanes y sus entonces aliados finlandeses que querían evitar que llegasen a la Unión Soviética suministros de los aliados occidentales; Minsk, que fue minada y destruida a conciencia por las fuerzas alemanas antes de que los soviéticos la recuperaran. Brest, que igualmente fue destrozada.

Y luego está Novorrossiysk. Novorrossiysk probablemente fue el punto a partir del cual la denominación de ciudad-héroe comenzó a devaluarse. Porque si tú eres el único que tiene un título, ese título vale la pera, pero si también le dan el título al enchufado de turno, tu título comienza a ser sospechoso. Algo de eso pasó con el título de ciudad-héroe, y una de las causas de ello fue Novorrossiysk. Pero hoy la cosa corre prisa, así que lo dejo para la siguiente entrada.

2 comentarios:

Fernando dijo...

Hola Alfor, lo que devaluó la categoría de ciudad-héroe fue la designación de Kiev por parte de Jruschov. Según cuenta Alexander Werth en su magnífico libro "Rusia en la Guerra", las ciudades-héroe designadas durante la época de Stalin fueron cuatro: Moscú, Leningrado, Stalingrado y Sebastopol (en mi opinión con pleno derecho sobre todo la segunda y la tercera). Cuando Jruschhov llegó al poder reparó en dos cosas: todas eran rusas (Sebastopol está en Crimea, ahora ucraniana pero rusa por entonces) y, por consiguiente, ninguna era ucraniana, así que declaró como tal a Kiev sin ningún merecimiento; luego transfirió Crimea de Rusia a Ucrania por lo que se niveló más la estadística de ciudades-héroe.
No tengo noticia de lo que ocurrió después con las designaciones de ciudades-héroe y desconocía que lo fuera Novorossisk. En esta ciudad hubo un desembarco a la espalda del XVII Ejército alemán, que se retiraba del Cáucaso, para cortarle la retirada e impedir que llegara a Rostov. Al desembarco le siguió una dura lucha en las cabezas de playa y en la ciudad que duró semanas, supongo que de ahí vendrá que sea ciudad-héroe. Por cierto, uno de los oficiales que se tragaron el desembarco, la lucha en la cabeza de playa y luego la lucha callejera fue un joven teniente de infantería de marina llamado Leonid Brezhnev, ¿te suena?
Saludos
PS: perdona el rollo pero es que el frente ruso de la segunda guerra mundial es una de mis debilidades.

Alfor dijo...

Fernando, ¡que me pisas la siguiente entrada! :)

Efectivamente, Kíev ya fue algo vergonzoso. Y Novorossisk fue algo parecido: cuando Brezhnev llegó al mando, en realidad creo que fue en 1974, le dieron junto con otras varias ciudades la consideración de ciudad-héroe. Ahora Putin-Medvedev, en su propia legislación de memoria histórica (en Rusia también cuecen habas), están reinventando el término, aunque se habla de "lugares de significación bélica" o algo así.

Sobre Brezhnev podemos hablar, si quieres, a partir de la siguiente entrada (estoy en ella), porque mis lecturas son un poco distintas que las tuyas, y parece que divergiremos en alguna cosilla. Por ejemplo, en el papel del propio Brezhnev en el Ejército Rojo.

Un placer leer unos comentarios tan documentados. :)