Esta entrada va de economía. Hasta ahora, la economía ha aparecido por esta bitácora muy a regañadientes, de refilón y de manera muy superficial. Ha aparecido para mofarme de los economistas y para hablar de divisas cuando se veían ya las orejas al lobo. Entretanto, el lobo no es que haya llegado: es que se está comiendo todo lo que pilla por delante, comenzando por las cada vez más magras reservas de divisas del BCR, otrora orgullo del país.
Y es que voy a tener que reconocerlo: a pesar de haberme mofado de los economistas, yo mismo soy economista y, lo que es seguramente peor, soy un economista converso, porque ni nací ni me crié economista. Y, si he mantenido la economía ausente de esta bitácora era porque se trataba de mi profesión y no creía yo que fuera bueno mezclar lo que me da de comer con este entretenimiento.
Pero, entre que ahora la economía está muy de actualidad y que ya mis quehaceres laborales se han separado de las grandes cifras y las echo de menos, voy a animarme a escribir alguna cosilla, eso sí, sin demasiado rigor técnico, porque ni es cosa de aburrirme yo ni de aburrir al personal.
La evolución más reciente de la economía rusa muestra un batacazo brutal del tipo de cambio del rublo, que en poco más de dos meses ha perdido la cuarta parte de su valor, a pesar de que el Banco Central de Rusia se ha dejado en el camino un porrón de millones defendiendo su cotización. El rublo vuelve a ser lo que había sido prácticamente siempre a lo largo de los últimos veinte años: hablando crudo, una divisa de chichinabo de la que todo quisqui intenta desprenderse cuanto antes para comprar euros, dólares, francos suizos, libras o yenes. Vamos, para no quedarse en pelotas.
¿Por qué ha pasado esto? Pues hay causas objetivas, la principal de las cuales es la tremenda caída del precio del petróleo, que rozó los 150 dólares por barril en verano y ahora supera por poco los 40. Frente a los que defendían que en realidad Rusia no dependía tanto del precio del petróleo, los hechos cantan. En realidad, el petróleo puro y duro es algo así como el 9% del PIB ruso, pero si le añadimos los servicios conexos y sobre todo los bienes y servicios que dependen directa o indirectamente de las petrolera, la actual situación es bestial. Hay quien calcula que, en realidad, el petróleo ronda el 25% del PIB ruso. Y que se te hunda el 25% es durillo.
Pero, frente a las causas objetivas, también las hay subjetivas, y es que la propia población rusa no tiene ninguna confianza en su propia moneda. Como les han guindao dos veces en los últimos veinte años hasta la camisa, el ruso de a pie, y no digamos el ruso potentado, se fía de su Gobierno en esto tanto como un soldado israelí de Bin Laden.
Y, aún así, hasta algo así como octubre, las cosas iban razonablemente bien. Parecía que era imposible lanzar un ataque especulativo contra el rublo, porque tras años de precios elevadísimos del petróleo, las reservas de divisas rusas eran las terceras del mundo. Parecía que el Banco Central no tendría problema alguno en controlar cualquier ataque y en mantener el tipo de cambio al nivel que mejor le pareciera. En octubre estaba tranquilamente a 34-35 rublos por euro y sobrado, que era el nivel de principio de año.
Entonces llegó la famosa intervención del presidente del Banco Central de Rusia, que es un señor normalmente bastante discreto que se llama Sergey Ignatiev y que tenéis en la foto de arriba junto a su colega Trichet, del nuestro conocido BCE. Le preguntaron qué le parecía el tipo de cambio del rublo y él respondió que, en su opinión, se iría deslizando lentamente, sin pasarse, hacia abajo.
Vamos, que el hombre que controla él solito el tipo de cambio del rublo dice que él cree que va a bajar gradualmente. Yo creía que en Primer Curso de Presidente de Banco Central te enseñaban que nunca, nunca, nunca tienes que decir lo que va a pasar con las variables que controlas y que debes desmentir las devaluaciones hasta el mismísimo momento de hacerlas. Pues Ignatiev va y suelta esa perla.
¿Qué pasó después? Pues lo que hubiera pasado en cualquier sitio. Que, al grito de "tonto el último", todo el que tenía ahorrillos o cualquier tipo de activo en rublos se apresuró a cambiarlos a lo que fuera, con lo que la presión sobre el tipo del rublo fue de órdago. El Banco Central, enfrentado a una devaluación de golpe y porrazo muy lejana a la pérdida gradual que había prometido Ignatiev, tragó quina y tuvo que ir poniendo dólares y euros encima de la mesa para defender un tipo cada vez más indefendible, hasta el punto de que la cuarta parte de las reservas exteriores ha volado en un par de meses.
Y ahora, la pregunta definitiva: ¿Ignatiev es tonto del culo y se ha ido de la lengua o bien estaba pensando en algo cuando dijo lo de la devaluación gradual? O bien: ¿a quién ha beneficiado esta sangría de reservas, en lugar de haber devaluado de golpe y de un día para otro sin avisar, como hace todo quisqui?
La respuesta es que probablemente Ignatiev no es tonto del culo. Pero el resultado de sus palabritas y de la defensa gradual del rublo es que ha dado tiempo a los rusos (y, ejem, a algún que otro extranjero) de cambiar sus ahorros en rublos por las reservas de divisas del Banco Central, cosa que no hubiera pasado si de un día para otro el rublo se hubiera devaluado. Es decir, que el Banco Central ha subvencionado a saco paco a los rusos... pero no a todos, sino sólo, y sobre todo, a los más ricachones, que son los que tienen ahorros y que ni de lejos son la mayoría, ni siquiera la mitad, de la población.
Los rusos pobretones, que son la gran mayoría, no sólo no se han visto beneficiados con la medida, sino que les han tomado el pelo una vez más: las reservas de divisas, de las que en parte se podría decir que son dueños, han caído a saco y, debido a la devaluación, gradual o no, las presiones inflacionistas van a dejarles el bolsillo más vacío de lo que pudiera estar de por sí. La inflación del 2008 ha sido del 13,3% y el Gobierno dice que la del 2009 estará por el 12-13%: apuesto lo que quiera cualquier lector a que supera holgadamente el 15%, y que los salarios, en el mejor de los casos, se van a estar quietecitos.
En fin, la diferencia con las tomaduras de pelo de 1993 y de 1998 es que entonces prácticamente todo el mundo se quedó sin blanca, mientras que esta vez el Banco Central ha dado tiempo para que los que tuvieran dinero lo cambien y ahora tengan más todavía, porque se han quedado, además, con un buen tajo de las reservas de divisas.
Toma política social del Gobierno que preside el señor Putin. A todo esto, ¿alguien ha oído a los comunistas o a los de Rusia Justa, que se supone que son de izquierdas, decir algo? Yo no.
Conflicto Rusia-Ucrania. Actualización mes de octubre
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"Cuánta gente apoya la guerra, y cuántos están en contra? Si bien existen
investigaciones de opinión pública no son confiables porque mucha gente
teme re...
Hace 1 mes
8 comentarios:
Alfor te envié,el 17/1 texto de la entrevista del diario Izvestia al decano de Relaciones Internacionales de la Academia Diplomática Rusia,Igor Panarín, en el que éste pronosticaba para USA una división de sus estdos debido a la hipotética reforma monetaria y convenencia de relaciones ruso-chinas, cuestión que ahora(al cabo de diez años)parece vislumbrarse como algo mas que un pronóstico.(Creo que Canada,México y Usa pretenden desplazar el dolar, en vista de su enorme depreciación y presuntas falsificaciones del dolar)
Estimado Alfor,
esta entrada en nada le envidiaría a las columnas de los diarios especializados. Pero la cuestión "rublo" y la cuestión "dólar", qué le parece, no serán dos caras de la misma moneda?
La verdad es que el artículo que seguidamente recomiendo me parece que refleja muy fielmente la realidad política rusa.
http://www.project-syndicate.org/commentary/piontkovsky5/Spanish
¡Hombre!, Alfor, el partido comunista ruso, creo que, hace lo que puede. He visto su página web, la traducción que hace google, pues la verdad yo el ruso como que no, y al menos dicen que no están de acuerdo con las medidas económicas del gobierno Putin.
salud.
Miguel, no recibí tu envío, pero sí me enteré de la entrevista. Supongo que es una broma y que nadie lo ha tomado muy en serio. De todas maneras, hace no tanto años había supuestos informes de la CIA en donde auguraban que Rusia se partiría en varios cachos, cosa que, entonces, nadie tomó tampoco muy en serio.
Alfred, bueno, con el dólar hay algunas diferencias, la más importante de las cuales es que los estadounidenses tienen confianza en él, y no sólo los estadounidenses, sino también los gobiernos extranjeros, que tienen sus reservas en esta moneda.
Yo supongo que el dólar, con el endeudamiento que se avecina en EEUU, va a bajar bastante, pero como va a haber endeudamiento en bastantes sitios, no estoy tampoco muy seguro de con respecto a qué va a bajar. Si lo supiera, le estaría escribiendo esto desde las Seychelles mientras tomaba un zumo de coco.
Flamenquito, gracias por el enlace. Pero le advierto que Piontkovsky no es precisamente de su cuerda. No soy kremlinólogo y no sé si lo que dice es cierto, pero en todo caso es una forma interesante de analizar la situación.
Lo del PC ruso es otro cantar. Usted dirá que hacen lo que pueden, pero a mí me da que están muy cómodos calentando el sillón en la Duma mientras a sus votantes les roban la cartera (literalmente). Yo diría que hacen lo mínimo que pueden, que es escribir que no están de acuerdo con las medidas económicas, pero ni mucho menos todo que podrían.
Lo sé, lo sé. Son libegales, perdón, liberales (lo de la 'g', ¿sabe usted por qué lo digo?, pista: pequeño periodista episcopal, antes maoista o trotskista). Lo de cleptócratas globales y locales, creo que se ajusta, como dije, muy bien al panorama ruso, en el caso español sería cleptocratas a secas... (en el enlace que conduce mi nombre ya lo advertía yo, lo de que no eran de mi filiación política, pero cuando alguien dice algo que lleva razón se la doy -en la cuestión concreta que sea claro; vamos que no es un "salvoconducto"; que muy bien en otra ocasión puedo acordarme de todo su arbol genealógico...) salvo dos o tres excepciones, sigo hablando del caso español (congreso de di-hijos-putados) . El caso ruso (duma; aquí no me viene el juego de palabra) lo desconozco, no se si hay algun mirlo blanco (o, mejor, rojo). Si conoce alguno ... politico de los de servir y no servirse.
En la segunda cuestión, seguramente lleve toda la razón ... pero hace tanto frío lejos del poder ... pero comparado con el PCE e IU estos parecen de la vieja guardía (bolchevique, por supuesto).
salud.
flamenquito
Flamenquito, le honra dar la razón a quien no piense como usted. En cuanto al peguiodista libegal, no estoy tan desconectado de España como para no saber quién es, y hasta para haber escuchado en alguna ocasión sus soflamas. Será ahora muy libegal, pero se nota en algo de su estilo que viene de la zona de usted. Yo creo que Gramsci estaría orgulloso de él. Lo malo es que quien tendría que estar orgulloso de él soy yo, que soy de misa semanal, y no sólo no lo estoy, sino que el día que deje esa cadena de radio daré un enorme suspiro de alivio.
Porque yo seré lo que seré, pero libegal nunca.
Y usted siga duro con lo suyo, que esos usurpadores de la izquierda que son el PCE e IU tienen que acabar por temerles a ustedes. El día que manden los suyos me tendré que exiliar, y el día que manden los míos seguramente el que tendrá que exiliarse será usted, pero entretanto tiene usted todas mis simpatías.
¿Has leído el artículo del handelsblatt?
Anónimo, no lo había leído, pero, como me ha avisado usted, pues ya lo he hecho. Muchas gracias. :)
Mañana escribiré algo más sobre la crisis con esos dos artículos de base.
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