lunes, 23 de agosto de 2010

El hotel "Turist"


Os aseguro que en mi vida he estado en hoteles indecentes como pocos, pero el Hotel Turist, de Tver, se lleva la palma de la indecencia.

Uno de los del grupo, en vista del calor que estaba haciendo, preguntó si en el hotel había aire acondicionado. Almas de cántaro...

La guía sonrió nerviosamente y dijo que no, que no había aire acondicionado.

- Cuando lleguemos al hotel, yo estaré abajo y, si no les gusta la habitación, podemos ver si se puede cambiar. Miren si hay agua caliente, si las sábanas y las toallas están limpias.

Y, efectivamente, no había que darlo por hecho.



Llegué a la habitación y me sentí rejuvenecido. El olor a calor pegajoso y el aspecto general de aquel sitio, que en España no valdría para celda de castigo, me quitó quince años de encima, porque era el tipo de tugurios por los que me movía cuando me iba los fines de semana a conocer Rusia por mi cuenta... hace quince años. Después, los viajes de trabajo ya eran a hoteles decentes. No de cinco estrellas, pero sí decentes.




El agua caliente, tras bajar a recepción medio grupo a ver qué pasaba con ella, resultó que sólo salía después de dejar correr el agua un cuarto de hora.



Las sábanas y las toallas parecía que no estaban mal del todo, a diferencia de las manchas de la pared, que supongo que eran de la grasa sudorosa de anteriores huéspedes. Así que dije que bueno, que vale. Es verdad que al abrir el armario había salido una polilla enfadadísima, pero, bueno, siendo sólo para una noche, por una polilla tampoco iba a armar un jaleo.

Por la noche la cosa empeoró cuando descubrí que alguno de los anteriores inquilinos había pegado chicle en el respaldo de una de las sillas. Menos mal que había dos sillas.



Luego vi que quienquiera que hubiese arreglado la habitación no consideró necesario cambiar el vaso del cuarto de baño, donde el anterior huésped había tenido el detalle de tirar un sobre de pasta de dientes, posiblemente ignorante de que había una papelera estupenda. Tuve que lavarme los dientes bebiendo directamente de una botella que había comprado. Porque del agua local y de su olor metálico no me fiaba nada.

En un rinconcito, uno o varios de los huéspedes que me precedieron en el uso y disfrute de la habitación habían creado un pequeño cementerio de las moscas y mosquitos que tuvieron la osadía de pretender compartir su estancia con ellos. Es reconfortante ver que la afición por la caza menor no se extingue.



El desayuno era potente: dos salchichas con arroz y una taza de té. Empezando el día con energía.

Cuando ya salía, no pude contenerme y tuve que preguntar a la recepcionista, como si fuera a volver por mi cuenta, cuánto costaba una habitación.

- Mil doscientos rublos, la individual; mil ochocientos, la doble.
- Gracias - respondí, conteniendo la risa.

Pues eso, la individual anda por el equivalente a treinta euros, y por el equivalente a cuarenta y cinco la doble. Para lo que es el hotel, un timo, porque el precio justo sería que te pagaran por dormir en esa habitación. Y, aun así, conmigo que no contaran.

- ¿Qué tal la habitación? - me preguntó la guía al día siguiente.
- Es admirable. Jamás había visto esto en mi país.

6 comentarios:

Albert el papú dijo...

Te quejas de vicio!!! jaja!!! El viejo hotel Rossiya de en frente de la plaza roja, ya demolido, no tenía nada que envidiar al que describes aquí... Capitalist!!! :)

Esther Hhhh dijo...

Maaaaaaaadre del amor hermoso... En Tver lo de la Q de calidad y esas cosas... Que horror de habitación, ¿y dormiste y todo? porque yo dudo que pudiera si quiera pegar ojo...

Por cierto, el viernes y el sábado me acordé mucho de ti, pero sobretodo el sábado... Valencia se volvió heavy y clásica además: El viernes, Baron Rojo, Tierra Santa, Ovus (finalmente no tocaron)...
Pero el plato fuerte vino el sábado: Iron Maiden!!! Lo malo es la razón por la que me acordé de ti... Estuve dándole vueltas y recordando minuciosamente tus entradas sobre grupos que tocaron ya en Moscú, es decir, que se pueden considerar muertos... Me entristece que Eddie y sus amigos llegaran a nuestra ciudad después de pasar por el cementerio de la música... Aunque bien pensado, y teniendo en cuenta que Eddie es toda una momia, quizá eso les rejuveneció en vez de enterrarlos, jajajaja....

Besitos

PD: Lamentablemente no fui a ninguno de los dos conciertos. Al del viernes por enterarme tarde, porque la entrada era asequible, 25 euros, pero la cosa empezaba a las 5h30 y yo lo supe después... El sábado la cosa empezó con otros grupos, claro, a las 18h30, pero el precio de la entrada ya era prohibitivo para mi bolsillo: 60 euros... No obstante estuve a las puertas, que conste, jajajaja...

Anónimo dijo...

En Moscú me tocó vivir en la residencia de la Lomonósov, de eso hace casi quince años y la única pega era el par de cucarachas diarias que había que pisar en el baño (bueno, la horrorosa cocina comunal no entra en este rubro de hostelería). Perdona Alfor, pero deduzco que tu has pedido una gira a Tver SOLO PARA RUSOS y pasó lo que pasó. El dormitorio que me has descrito es igualico a los puticlubs baratos del norte del Perú, pero ahí no van los turistas internacionales.... ¿No sospechas que el hotelito de Tver también era para, como se dice, una buena "trájaltsa"? (perdón por las faltas fono-ortográficas).

Javier

Alfor dijo...

Al'bert, el hotel Rossiya era decentillo. El Inturist del comienzo de Tverskaya sí que era un nido de ratas hasta tal punto que hubo que derruirlo.

Esther, Iron Maiden están acabados fatalmente. Precisamente el domingo tras el concierto viajaba de Valencia a Madrid y el tren estaba lleno de madrileños ya no muy jóvenes que venían del concierto. Debió estar bien, pero apuesto a que Bruce Dickinson ya no llega a la mitad de decibelios que hace veinticinco años.

Javier, vale, es cierto que el viaje era para rusos cien por cien. Es cierto que el hotel estaba frente a la estación de tren.

Sobre si era para una buena, eso, trájatsa, me entró la sospecha en cuanto vi la habitación, pero no lo creo. Y no lo creo porque no había teléfono en la habitación, y el teléfono es indispensable para que la dezhurnaya te avise de la posibilidad de, como dicen, "descansar", cinco minutos después de verte entrar por la puerta. Además, la gran mayoría de las participantes en el viaje eran mujeres, algunos con niños, y ese tipo de huésped no casa bien con el "descanso" que se ofrece.

El hotel era indecente, sucio e impresentable. Simplemente. En mi anterior viaje a Tver, hace muchos años, estuve en un hotel cutre y sencillo, pero estaba razonablemente limpio.

danferesp dijo...

Perdon por la ausencia....

"Es admirable. Jamás había visto esto en mi país!" Eres un príncipe!!

Anónimo dijo...

A estas alturas no se si leerás esto, pero te comprendo. Yo estuve alojado en el afamado y nunca suficientemente ponderado Belomorie hotel en Kandalaksha (Murmansk)y era acojonante, por decirlo finamente. Que baño, que teléfono,que camas. Como nos decía nuestra traductora, todo producto nacional.
Con todo, yo amo Rusia y todo lo que de allí venga