sábado, 27 de febrero de 2010

Seguimos con las relaciones de pareja

Bueno, pues la serie continúa. En la entrada anterior creo que ha habido aportaciones muy interesantes (y seguimos generalizando mucho, pero es que, si no, ¿qué hacemos?), pero la que se lleva la palma es el enlace de Inmi que, por desgracia, está en ruso, pero el que lo pueda leer que lo haga, porque es buenísimo.

Es buenísimo, sobre todo, porque explica muchas cosas. En Rusia, la mujer vive bajo una permanente presión de que el marido la deje y se vaya con otra (cosa que, por desgracia, ocurre con cierta frecuencia), por lo que el marido, básicamente, puede hacer lo que le dé la puñetera gana, incluso zurrarla de vez en cuando. Que la mujer denuncie al marido es totalmente insólito, y no porque el marido no lo merezca (¡claro que lo merece!), sino porque las mujeres rusas, en general, no están programadas para estar solas. Y hay otro factor: las mujeres en Rusia abundan y los hombres casaderos escasean muchísimo ¿Por qué? Porque su mortalidad es elevadísima: el alcohol, los accidentes de coches, los accidentes laborales, el servicio militar... son un montón de causas de muertes (o de impotencia, o de... mmm... indeseabilidad absoluta) que a las mujeres les pillan muy de refilón. Como consecuencia, hay más mujeres que hombres y a éstos, a poco que no seamos repugnantes, les resulta bastante sencillo encontrar pareja, mientras que las mujeres afrontan una competencia feroz y tienen que destacar cuidándose más que nadie y tratando de ser más encantadoras, guapas y atractivas que las demás. De verdad, debe ser un sinvivir. Yo no podría con eso.

El caso es que esta situación no viene de ahora. La mortalidad masculina en Rusia siempre ha sido más elevada que la femenina, pero el colmo debió alcanzarse al final de la Segunda Guerra Mundial, después de que entre las purgas, el frío, los ocupantes alemanes, los campos de concentración nazis y los comisarios populares lanzando a los miembros del Ejército Rojo en plan carne de cañón, las bajas, en gran medida masculinas, superaran a la población de España en aquella época.

Todavía hoy, y ya ha llovido bastante, estremece contemplar la pirámide de población rusa (que está en la imagen de arriba), y contemplar el estrechamiento correspondiente a las bajas de aquellos años. No es de extrañar que, tras la guerra, una de las principales preocupaciones de las mujeres seguramente consistía en encontrar con quién reproducirse, y que esta preocupación se haya incrustado tan fuertemente en su imaginario que la conserven eternamente y, es más, la transmitan a sus sucesores.

Así que nos encontramos con una situación en que los hombres, a pesar de que la generalidad de las mujeres rusas nos considera bastante inútiles, o inútiles del todo, estamos cotizadísimos por nuestra escasez. En España, en cambio, las mujeres puede que tengan una opinión algo mejor de los hombres, pero carecen de esa presión atávica por encontrar pareja. O, al menos, la disimulan divinamente, así que la relación está algo más equilibrada... hasta que llegaron las políticas feminazis a ahogar su frustración tratando de que todo el mundo estuviera tan frustrado como ellas.

Pero eso queda para la próxima entrada.

3 comentarios:

Fernando dijo...

Buf, con esta entrada me podría alargar demasiado, trabajé en estadísticas demográficas y has tocado uno de mis temas.
Antes que nada un inciso, lo de "comisarios populares lanzando a los miembros del Ejército Rojo en plan carne de cañón" es más un tópico de la guerra fría que un hecho real. No es que no se produjera, es que los militares alemanes las exageraban en sus memorias y la propaganda de la guerra fría hacía el resto. Es como las "cargas de caballería al estilo del siglo XIX", cuando lo cierto es que las unidades de caballería del Ejército Rojo sólo lanzaron DOS cargas de caballería en toda la guerra y además las dos le salieron bien.
Bueno, ahora la pirámide de población. En toda guerra hay un estrechamiento de la pirámide de población (en la pirámide española puedes observarla en los años de la guerra civil), en parte por la mortalidad de jóvenes, muy especialmente masculina, en parte por la separación forzosa de las parejas. El caso de la URSS fue peculiar dado que un porcentaje muy alto de los muertos fueron civiles lo que probablemente equilibró algo el número de muertos entre hombres y mujeres. En las zonas que sufrieron la ocupación alemana no creo que hubiera déficit de varones, sí pudo haberlo en el resto.
A mí lo que sí me ha llamado la atención de la pirámide son las edades bajas. Parece que hay un rejuvenecimiento, como preveían algunos a comienzos de la década.
Saludos
PS: sé que tú no escribiste lo de la cultura asiática, pero es que es algo que no comprendo, ¿qué es la cultura asiática?, ¿la civilización china?, ¿la del subcontinente indio?, ¿la islámica?, ¿la judeooriental?, ¿las culturas de los pueblos esteparios?, ¿otras?. Europa ha tenido una cultura muy homogénea, pero Asia no.

Anónimo dijo...

No podías reunir más topicazos en menos espacio.

Y anda que el otro defendiendo al "ejército" soviético...

Alfor dijo...

Fernando, por partes:

Hombre, al parecer lo de lanzar a la gente con poca consideración por las vidas humanas sí que pasaba, aunque puede que menos de lo que se piensa. En el frente ruso hubo muchísima mas mortandad que en el Occidental, y algo tendría que ver la forma de llevar la guerra de ambos bandos.

Otro día hablamos de la caballería y del famoso enfrentamiento de Tujachevsky contra Budyonny, que por cierto le costó la vida al primero. :)

Sobre la pirámide de población, el experto eres tú. De todas maneras, de manera intuitiva, y eso no lo recoge la pirámide de población, me da la impresión de que un alto porcentaje de la población masculina llega cascadísima a edades en que las mujeres todavía están en estado de revista. No la han palmado, vale, pero están en lo que en la entrada, con expresión poco clara, he dado en llamar "indeseabilidad absoluta", y aquí entran invalidez, alcoholismo, enfermedades crónicas y otras razones que nos hacen a los hombres tirando a poco atractivos. La seguridad laboral en Rusia está en mantillas, la seguridad vial no mucho mejor, y la atención médica es bastante mejorable.

Efectivamente, en los últimos años es posible que haya un rejuvenecimiento, supongo que porque entran en edad de concebir las mujeres de las cohortes más numerosas, pero me da a mí que, pese a todo, Rusia tiene un problema demográfico muy serio. Cierto es que el nuestro no es menor.

Anónimo, claro que podía. Es cosa de proponérselo.