viernes, 12 de junio de 2009

Más sobre bodas

El otro día nos invitaron a una boda. Se casaba una de las profesoras de Abi y lo hizo en dos tiempos, que es lo más habitual en Rusia últimamente. Primero pasan por el Registro y luego, un par de semanas después, tiene lugar la boda religiosa en la iglesia. En España, como sabéis, no es necesario casarse por duplicado, porque las autoridades civiles reconocen las bodas religiosas; pero en Rusia no es así, de manera que, si quieres estar casado, has de pasar por el Registro, y si además eres partidario del sacramento del matrimonio, lo suyo es dirigirse a la iglesia, pero ni el Estado hace caso de la boda religiosa, ni la iglesia de la boda civil.

La invitación fue a presenciar la boda religiosa, que es lo chulo. La boda civil es para funcionatas, geste descreída, tipos que se casan por los papeles y otros bichos de pelaje similar, así que no es de extrañar que el que tenga interés en el asunto obvie los festejos y las invitaciones en la boda civil y los reserve para la religiosa, la fetén.

Pero eso, claro, nos da pie para fijarnos en las diferencias entre las ceremonias nupciales católicas, que todos los españoles conocemos, y ortodoxas. Veamos:

1.- Comenzamos por una semejanza: el traje blanco de la novia. Muy chulo. Ya sabemos que el blanco simboliza la pureza, y eso es así en oriente y en occidente. El novio estaba al lado, vestido de traje oscuro. Prefiero pensar que eso no es ningún signo.

2.- Ahora una diferencia: en el caso católico, la boda se celebra conjuntamente con una Eucaristía. Vamos, que es una misa en la que además hay un ceremonia incrustada de celebración del matrimonio. No es así en el caso ortodoxo: a pesar de que la ceremonia tenía lugar un domingo por la mañana, día de precepto como el que más, el pope passó de Eucaristía y se limitó a casar a los contrayentes. Con eso, la duración de la ceremonia pasó de las tres horas de costumbre a alrededor de una hora escasita. Ya se sabe, brevedad ante todo.

3.- Otro parecido: la lectura. En el caso católico, la lectura es la de las bodas de Caná. En el caso ortodoxo ocurre exactamente lo mismo o, al menos, eso es lo que creí entender, porque esa costumbre de conservar el eslavo antiguo en la liturgia pone las cosas un pelín complicadas a los que tenemos ese idioma un tanto descuidadillo.

Sin embargo, la primera lectura en el caso católico es una lectura que escogen los novios, aunque siempre es la misma, porque los curas siempre sugieren el fragmento de la carta a los Corintios en que San Pablo lo borda escribiendo sobre el amor (no tanto amor, sino caritas, pero bueno, ésa es otra guerra). En el caso ortodoxo no aprecié que hubiera primera lectura alguna, pero claro, es que no era una misa.

4.- Otra diferencia: los gorritos que se ponen los novios. En España, en la cabeza no te ponen nada; en la ortodoxia, sí, te ponen unos gorros un tanto rarillos que no tengo ni idea de qué simbología encierran. A ver si encuentro a alguien que lo sepa... Entre los católicos, tenemos otras cosas simbólicas como las arras o los anillos. Ah, otra semejanza, aquí también hay anillos.

5.- Semejanza que te crio: hay coro. Claro que ésa es la única semejanza: el coro medio ortodoxo le da cincuenta patadas al coro medio católico. Leche, esto es calidad de canto, y lo demás cuentos.

6.- Diferencia curiosa. Entre los católicos, el sacerdote, que al fin y al cabo está celebrando una misa, pronuncia su homilía a todo quisqui y todo el que esté en el templo puede escuchar una predicación que, en sí, está destinada a los novios. Yo, por ejemplo, me acuerdo de lo que me dijo el cura en mi boda, pero apuesto a que mi memoria es bastante mejor del común de los casados españoles.

Aquí, no.

Una vez casados los novios, el cura les besó y, mientras el coro cantaba un poco más alto, acercó a los novios y les dirigió unas breves frases exclusivamente a ellos, que los demás no pudimos escuchar.

Luego nos pusimos en una cola enorme para felicitar a los novios, les dejamos un regalito (una señora se encargaba de recogerlos) y ya nos fuimos a casa, aunque creo que el resto de la concurrencia se quedó a tomar un té. Nosotros no conocíamos a casi nadie y teníamos prisa... como casi siempre.

Pero bueno, en general, las semejanzas son grandes, al menos en el aspecto externo. Otra cosa quizá podría decirse del contenido, pero eso es asunto de otra entrada. Y seguro que me sale un pelín más sarcástica que de costumbre.

2 comentarios:

Anthonio dijo...

Muy interesante tu artículo. Me fascinan esas diferencias y similitudes entre los ritos católico y ortodoxo. Mi novia es de Nizhny Novgorod, es medianamente religiosa y me llevó a visitar varias iglesias de la ciudad. La sensación que experimenté es de retroceder varios siglos en el tiempo. Realmente, la iglesia ortodoxa es conservadora a ultranza, hace que la iglesia católica parezca una secta protestante evángelica :)) Sé que exagero pero es mi impresión. Rusia es tan contradictoria, tan ecléctica. Desde luego, a cualquier español que siga pensando que "Spain is different" le recomendaría un viaje a Rusia...

Alfor dijo...

Anthonio, en primer lugar, felicidades por tu santo. En segundo, que yo creo que la iglesia ortodoxa mola (las sectas protestantes evangélicas no), y que en muchos aspectos no es tan severa como la católica, a pesar de las apariencias. Pero eso le toca a las siguientes entradas.

Y ya te respondo allá, en el otro lugar...