jueves, 8 de febrero de 2007

El peregrino en su patria (III)

Muchas veces, me dicen lo siguiente los españoles que pasan por Rusia y que se enteran del tiempo que llevo por allí.

- Jo, habrás visto cambiar esto un montón.

Y yo me quedo confuso, porque la verdad es que sí, pero no tengo muy claro qué se podría destacar.

- Sí... ya... pero claro, como yo vivo aquí, pues la verdad es que no es lo mismo, porque los cambios no son de sopetón. Yo creo que me daría mejor cuenta si estuviera un par de añitos fuera y luego volviera.
- Ya veo... -pero no se quedan muy convencidos, no.

Dando la vuelta al calcetín, lo que sí debería percibir nítidamente son los cambios que se han producido en España, país por el que paso de uvas a peras, pero que es el mío y en que estoy ahora mismo. Y, ciertamente, hoy ando liado, pero en la siguiente entrada voy a tratar de los cambios que percibe en España (y más concretamente en Valencia) un español que ha pasado fuera los últimos años: yo mismo.

1 comentario:

Esther Hhhh dijo...

Pues esperaremos a esa entrada si señor.. Tengo curiosidad de saber como percibes esos cambios...

Besitosssssss