lunes, 21 de mayo de 2012

Maniobras (II)

Habíamos dejado a las alegres fuerzas de seguridad rusas ocupando lugares en primera fila, para ver bien lo que se estaba mascando, desde muy temprano. Ahora vamos a ver el desarrollo de los acontecimientos posteriores y de cómo esos chicos tan traviesos celebraron el domingo que les había tocado vivir en Moscú, en lugar de irse a la dacha, como todo el mundo.

Cada vez se añade más gente a la fiesta.

Los de Tulipán tampoco se lo quieren perder.

Ni los ciclistas de antes... bueno, quizá sean otros, ¡como todos somos iguales!

Por fin, empieza el espectáculo y comienzan a llegar los primeros manifestantes, que tratan de pasar por el espacio que les han dejado para llegar a la plaza Bolotnaya. Esto me recuerda cuando en el Tour de Francia los espectadores sólo dejan un pasillito para que pasen los ciclistas, en su afán de no perderse una y de verlo todo muy bien.

Huy, va viniendo más gente. Y con banderitas y todo.

Y también se han traído a un profesor de yoga.

Pero tendrá que limitarse a dar una clase teórica, a esos alumnos que le siguen.

Mientras tanto, los de los cascos se les han colado a los que llevaban allí desde la mañana, y ahora son ellos los que están en primera fila. Los pobres de atrás no van a ver nada...

Y es una pena, porque cada vez hay más gente. A ver si se desbordan...


Ay, ay, ay... que aquí ya empieza a haber mucha gente... que esto se sale. Esto ya me recuerda cuando los ciclistas del Tour se enfadan en las etapas de montaña, porque casi no pueden pasar.


Pues sí, se desbordó la cosa.


Ahora es cuando toca jugar a pillar. En un bando, los que van vestidos de gris; en el otro, los demás. La llevan los de gris, que empiezan a perseguir a los demás.


Ahora la lleva el chico ese de la bandera. Le han pillado.


Un pasillo a los campeones, sí, señor.


Ahí, ahí, a hacer compañía al profesor de yoga de antes.


El juego continúa con gran alborozo de todos los participantes.


Pero los de gris parece que llevan ventaja. La clase de yoga va a estar muy concurrida.


Los de gris con casco también quieren jugar un poquito y hacen una carrera. El único que seguro se va de rositas es el ciclista, a quien nadie parece hacer mucho caso.

Y así acabó la manifa del 6 de mayo. También son ganas, con lo vacía que estaba la ciudad, querer juntarse tanta gente en el mismo punto. Entretanto, la cosa parece que sigue y ahora están intentando acampar, como unos vagabundos cualquiera; ahí la policía seguro que tendrá algunas dudas, porque es notorio que en Moscú hay gente que (muy a su pesar) tiene que buscarse todos los días un lugar para dormir (y, casi todos, para dormirla). La poli tendrá que aguzar la vista para distinguirlos de los opositores.

Pero eso es otra historia, y será cosa de contarla en otro momento.

2 comentarios:

Miguel dijo...

Anda que te quejarás Alfor,

No todos los días puede uno ver una representación en vivo de gladiator desde la terraza.

Alfor dijo...

Ya me gustaría a mí vivir en ese edificio, pero no. Las fotos no las he hecho yo, sino una persona asediada ese día en su casa.