Algunos comentaristas de esta bitácora (Fernando y Sergio, por ejemplo) se quejan de la tendenciosidad de la prensa española (y eso es ampliable a la prensa internacional) a la hora de comentar la actualidad política rusa.
Los ejemplos se están multiplicando tras las elecciones parlamentarias del pasado 4 de diciembre. Para regocijo de los medios occidentales, las elecciones rusas no sólo fueron una mentira de cabo a rabo, cosa que ya se suponía, sino que además los encargados de maquillar un poquito las cosas han sido tan sumamente torpes que se notan las trampas por todos los sitios. Es lo que le faltaba a la prensa occidental para lanzarse a degüello.
Además, ha habido manifestaciones populares relativamente numerosas. "Relativamente" quiere decir que no son los cuatro gatos de costumbre, sino que en esta ocasión eran varios miles de personas. Quizá decenas de miles, pero en todo caso muchos más que de ordinario.
Recordemos las últimas elecciones municipales de Moscú. También fueron falsificadas, y la lista de Rusia Unida, encabezada por Luzhkov (quién lo diría ahora), se llevó más del 70% de los votos y del 90% de los concejales municipales (32 de 35, exactamente), una exageración tan obvia que debía haber sonrojado a cualquiera que no tuviese la cara de cemento, pero parece que no los había. Los partidos perjudicados renegaron un poco un par de días, y acto seguido se callaron, y a seguir jugando a oposición mientras desayunan caviar.
Esta vez ha pasado exactamente lo mismo. Pucherazo chapucero de libro, gritos de la oposición, en este caso extraparlamentaria, un par de manifas y a casa, que en la calle llueve. Y se acabó.
Esto, lógicamente, desespera a la prensa occidental, que quiere informar de una rebelión en Rusia, a ser posible con guerra civil incluida, y se encuentra con que no hay absolutamente nada. Moscú políticamente es una ciudad tranquilísima, y las masas revolucionarias que debían estar asaltando la Duma o sacando a Putin y Medvedev de sus guaridas simplemente no existen o no han conseguido llegar a su destino (seguramente por los atascos, que ésa es otra, jolines: dos días llevo metido en embotellamientos).
Como hay que poner noticias sobre Rusia, la prensa española, por ejemplo, ha escrito ésta cretinez, que se opone a todo lo que debería ser el concepto de noticia. Veamos el titular: Un líder de las protestas contra el 'fraude electoral' en Rusia anuncia su candidatura. Ese líder es nada menos que Eduard Limónov.
Noticia debería ser algo relevante, leches. Que se presente Limónov es bastante irrelevante. De momento, para presentarse tiene que lograr dos millones de firmas, cosa que no está en disposición de lograr así consiguiera multiplicar por mil el centenar escaso de seguidores activos que como mucho debe tener. Lo que ha dicho es que se presenta así, a las bravas. Para comparar con otra noticia posible, eso es como si "Izvestia" resumiera las elecciones parlamentarias españolas titulando que "Toni Cantó sale diputado por Valencia", pasando de todo lo demás que ha ocurrido. Además, que Limónov sea uno de los líderes de las protestas de estos días es por lo menos discutible, y estoy por pensar que la la mayoría de los que protestaban no lo consideran como tal. En cambio, por lo menos, Toni Cantó sí ha sido elegido diputado.
Otra acepción posible de "noticia" es que lo sucedido sea reciente. Y es que ni eso. Limónov había presentado su candidatura a la presidencia por primera vez en una rueda de prensa que tuvo lugar el lejano 4 de marzo de 2009. Que lo haya repetido ahora sólo es relevante en la calenturienta imaginación de los redactores jefes de internacional de la prensa occidental más putrefacta. Es que ni The Moscow Times cae tan bajo, tú.
Conflicto Rusia-Ucrania. Actualización mes de octubre
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"Cuánta gente apoya la guerra, y cuántos están en contra? Si bien existen
investigaciones de opinión pública no son confiables porque mucha gente
teme re...
Hace 2 semanas
2 comentarios:
te transcribo un fragmento q tu escribiste....
Lo chocante del caso es que Rusia Unida va a recurrir (está recurriendo de hecho) a todo tipo de martingalas con tal de sacar una mayoría gorda, pero gorda de verdad. Y la verdad es que no lo necesita, o al menos no da esa impresión. Si no hiciera ninguna martingala, sacaría con casi total seguridad más del 50% de los votos, pero aquí, para alguien de Rusia Unida, todo lo que no llegue al 66% es poco menos que motivo de expulsión del gobernador regional que no haya sacado un porcentaje superior a ése. Por eso hacen todo tipo de trucos que en cualquier país occidental serían vetados poco menos que automáticamente por la junta electoral que tocara.
Anónimo, parece que Rusia Unida necesitaba recurrir a las martingalas mucho más de lo que lo parecía. Leyéndolo ahora, yo diría que me pasé en los porcentajes. Si se sustituye el 50% por el 35%, más o menos, y el 66% por el 50%, la cosa parece más adecuada.
En todo caso, siempre nos quedará gente como Ramzán Kadírov, el ínclito presidente de Chechenia, para quien el 100% de los votos es un resultado regularcillo. Aspira a más, el chico.
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