viernes, 12 de noviembre de 2010

Gestión empresarial

La revista "Generalny Direktor" no ceja en su empeño de ganarme como suscriptor y de que les pague catorce mil rublos al año para recibir, una vez al mes, una revista con consejos para exprimir más a mis empleados y bandearme en el proceloso camino de la gestión empresarial rusa. Y, como consecuencia de todo eso, obtener más y más y más beneficios.

En Rusia, una revista así, que parte de la base de que los empleados de la empresa son unos impresentables que sólo piensan en vaguear, no sólo es imaginable, sino que existe y por lo visto tiene éxito. Supongo que es la reacción a todos esos años en que el sector privado ruso era tan inexistente que hasta, en la práctica, estaba prohibido. En España, una revista así sería saboteada por piquetes sindicales y por liberados poco menos que a diario. Aquí, con algunas excepciones en política, todo el mundo puede decir lo que quiera, en el tono que quiera, y es muy difícil que pase algo; estamos, pues, muy lejos del lenguaje políticamente correcto de España, que poquito a poco me empieza a dar náuseas. Y estar lejos de eso me parece bien.

Vamos, no tan bien como para apoquinar catorce mil rublos al año a "Generalny Director", pero se agradecen títulos de artículos como los que voy a enumerar.

Cuántos clientes puede manejar un sólo vendedor (Probablemente uno y eso de mala gana. Si habéis estado en una tienda rusa seguro que sabéis a qué me refiero).

Cómo determinar la estructura organizativa óptima (Cualquier decisión se consulta con el jefe y éste hace lo que le sale de la entrepierna. Normalmente, a su vez, consultar con su propio jefe, y así sucesivamente hasta que ya no quedan jefes por encima).

Cómo hacer subir la página de internet de la empresa hasta las primeras posiciones de los sistemas de búsqueda (Pagando, hijo, pagando... y un pastón).

Cómo entablar relaciones comerciales con las personas necesarias y capitalizar esos contactos (La famiglia... la famiglia...)

Cómo justificar a los inspectores de Hacienda la existencia de distintos precios para distintos clientes (Por ejemplo, fíjese, para usted, señor inspector, ¡es gratis! Mire si el precio es diferente).

Cómo atraer a los trabajadores de otra compañía (Te voy a hacer una oferta... jjj... que NO PUEDES rechazar... jjj...).

Cómo activar el rendimiento de los trabajadores que antes de la crisis se habían acostumbrado a que el dinero y los cllientes llegaran solos a la empresa, y no quieren cambiar su forma de trabajar (Un poco de látigo hace milagros).

Por qué no hay que creer a los vendedores de uno, cuando insisten en que son los que mejor conocen al cliente de la compañía (Sí, y saben exactamente hasta qué punto pueden ignorarlos, basurearlos, cabrearlos y despreciarlos... Clientes, ¡bah! ¡Qué gentuza!)

Cómo organizar la producción con trabajadores chinos (Jo ¡Si allí el latigo es legal y todo!).

Cuáles los los errores de gestión típicos de los directivos rusos y cómo evitarlos (La leche. Ahí no tienen para un artículo: tienen para una enciclopedia).

Y finalmente:

Cómo descubrir quién recibe "empujoncitos" en la empresa de uno (En ruso, "empujoncito" se dice откат).

Esto de los empujoncitos es la característica más extendida de la empresa rusa y la que más trae de cabeza a todo el que se las tiene que ver con ella. Y como tal requiere una atención especial, que habrá que dedicarle en otra ocasión.

En ésta, me basta con alabar el lenguaje claro y sin medias tintas de "Generalny Direktor", una revista de la que se podrán decir muchas cosas, pero no que tiene pelos en la lengua. Algo que, por cierto, se echa mucho de menos últimamente en España, donde todo el mundo (bueno, casi todo, que ahí tenemos a Pérez Reverte) busca parecer una pacífica ovejita, no molestar a nadie y eludir palabras que puedan remotamente llamar la atención de los comisarios de lo políticamente correcto. "Generalny Director" no es así y, auqnnue sólo sea por eso, mola.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

retroceso!!!!!!!!!

caramba...parece que los contratistas de esta ciudad son todos rusos... por algo cuando trabajas en construccion (siendo por ejemplo, albañil u otro obrero de construccion) te llaman "ruso" , y trabajar en ello es "estar en la rusa".

saludos a la family!!!

Fernando dijo...

Hola Alfor, te cito literalmente aunque me salga del tema:
"Aquí, con algunas excepciones en política, todo el mundo puede decir lo que quiera, en el tono que quiera, y es muy difícil que pase algo"
¿cuáles son esas excepciones en la política? Y ahora te hago una pregunta malévola, ¿consideras que Rusia es un país libre comparado con España por ejemplo?
Saludos

Alfor dijo...

Kozure, es lo que tiene la globalización...

Fernando, las excepciones en política, por ejemplo, las puede citar Jodorkovsky, que no es un angelito, pero que desde luego no es peor que otros muchos que las han hecho como él o peores y que, como no han entrado en política, siguen de rositas.

Uf, si Rusia es un país libre comparado con España... eso es materia de otra entrada, pero primero, ¿en qué sentido? Porque "libertad" es una de las palabras más gastadas que existen.