miércoles, 19 de noviembre de 2008

Divisas

El cartel de la fotografía, que intenta sacar petróleo de la crisis financiera (y, por tanto, económica) que no sólo existe en España, sino también en Rusia, reza aproximadamente en castellano: ¡Devolvamos al rublo su pasada gloria! ¡Tiremos los dólares a la cuneta!

Antes de apostarnos en las cunetas rusas para recoger lo que tiren los patriotas rusos, consideremos que habla en sentido figurado, y que lo que intenta el banco ruso es atraer depositantes a sus cuentas en rublos. El rublo, tradicionalmente (es decir, en los últimos más o menos cuatro lustros) ha sido una divisa bastante cochambrosa, propensa a las devaluaciones, protegida en una cuna cambiaria por el Banco Central de Rusia y, en general, castigada con una prima de riesgo considerable, sobre todo si la comparamos con lo que el cartel llama "у.е", o sea, "условные единицы" o, en castellano, "unidades de cuenta".

Las unidades de cuenta aparecieron por ahorrarse trabajo. En los tiempos de la inflación galopante de los primeros noventa, en que los precios de las cosas cambiaban prácticamente todos los días, los vendedores no daban abasto a cambiar los cartelitos que señalaban los precios y por eso fijaban los precios en dólares. Como el tipo de cambio rublo-dólar también se hundía a diario más o menos al mismo ritmo de la inflación, los precios en dólares no cambiaban tan a menudo y se podían mantener. En aquel tiempo, la moneda de Moscú se podía decir que era el rublo, pero no, en realidad era el dólar, que corría tranquilamente de mano en mano.

El 1 de enero de 1994, el Gobierno ruso prohibió el dólar como medio de pago en el comercio minorista. Los precios seguían fijados en dólares, pero en una etiqueta cerca de la caja el comerciante escribía que sólo aceptaba rublos (en realidad, por lo bajinis, también aceptaba dólares) y anunciaba el tipo de cambio que aplicaba ese día, que era el oficial del día con un diferencial más o menos abusivo.

Más adelante, el Gobierno se puso un poco más serio y comenzó a perseguir a quienes ponían los precios en dólares, cosa que obviamente no jugaba en favor de dar confianza al rublo. Aunque, claro, si tu inflación es del 300%, menuda confianza que te va a inspirar el puñetero rublo. En tan apurado trance, a alguien se le ocurrió una idea de relumbrón: si al Gobierno le molestaban los dólares, y a ellos les molestaban los rublos, entonces iban a inventarse algo distinto, de manera que ni pa ti ni pa mí.

El invento se llamó "unidad de cuenta" (u.e.). Los precios pasaron a denominarse en esas unidades de cuenta, y en la caja, o en la carta del restaurante, lo que ponía era a cuántos rublos equivalía la unidad de cuenta. Curiosamente, la unidad de cuenta equivalía a prácticamente los mismos rublos que un dólar. Sospechoso, pero coló.

A partir de más o menos 2003, la mayoría de los rusos pudientes vieron cómo pasaban cosas muy raras: el dólar, que había ganado valor rutinariamente a lo largo de la década anterior, estaba comenzando a perder valor con respecto al rublo y, para colmo de males, aparecía una nueva cosa, llamada euro, que no estaba antes y que parecía sólida. Los muñidores de la unidad de cuenta se dieron cuenta de que la inflación ya "sólo" era del 15% anual y que en esas condiciones bastaba con cambiar los precios únicamente una vez al mes, no todos los días, como antes. Como lo de mantener la unidad de cuenta ligada al dólar no parecía una buena idea, tal y como estaba el dólar, se les ocurrió una idea. A lo largo de un par de meses, el tipo de cambio de las unidades de cuenta dejó de ser muy parecido al del dólar, y pasó a ser muy parecido al del euro, ante las maldiciones de los consumidores, que veíamos como nos clavaban un 10% de aumento de precios de buenas a primeras. Así que los que en España os quejabais del efecto euro y de la puñetera subida de precios tras la llegada de la moneda ésa, sabed que el redondeo nos hizo la puñeta, también, a quienes ni sospechábamos tener algo que ver con eso.

Con el tiempo, los orondos precios del petróleo y el aumento brutal de las reservas de divisas rusas, el rublo ha pasado a ser una divisa estable, que en los últimos cinco años no ha sufrido oscilaciones notables con respecto a las grandes. Cada vez más gente pasa de los dólares que tiene debajo del colchón (y que han perdido valor a saco), e incluso de los euros (que llevan unos últimos meses negros), y tímidamente se va atreviendo a ahorrar en rublos. Tímidamente, porque ahorrar en rublos en un país en que hubo un repudio de la propia moneda en 1992, y una inflación de casi el 200% en una fecha tan reciente como 1998-1999, había sido de insensatos, y la gente se acuerda.

El otro día se supo que las salidas de capitales de Rusia estaban siendo por primera vez en algún tiempo mayores que las entradas, y el Banco Central Ruso, al revés que todos sus colegas, tuvo que subir el tipo de refinanciación al 12%. Doce, con D de depresión. No está muy claro si ahorrar en rublos vuelve a ser propio de insensatos.

3 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Menudo lío, Alf... Creo que todas las monedas andan muy revueltas, las monedas y los bancos. Pero en resumidas cuentas ¿es mejor ahorrar en euros, dólares o rublos? En cualquier caso, y dado que yo no puedo ni pensar en ahorrar, tampoco me preocupa mucho.

Besitos

Alfor dijo...

Esther, a mí la lógica me dice que los precios del petróleo acabarán volviendo a subir, que eso provocará un superávit comercial ruso como el que ha estado habiendo y que eso debería jugar a favor de una revalorización del rublo. Pero el Banco Central ruso lleva varios años oponiéndose tenazmente a esa revalorización, y con éxito, así que no parece una buena idea confiar en ello. En las actuales circunstancias, por un efecto en gran medida psicológico y con el enorme endeudamiento de las empresas, las salidas de capitales son muy importantes, y eso juega a corto plazo en contra del rublo.

Entre euros y dólares, yo me quedaría con los euros a largo plazo, aunque a corto parezca que está perdiendo, porque lo lógico es que haya una importante emisión de deuda en EEUU para financiar sus medidas de impacto, y eso, con su déficit comercial crónico, debería jugar contra el dólar a largo plazo.

Pero bueno, es mejor que estas cosas te las aconsejese Soros o gente así, que pueden provocar ellos solitos la caída o el auge de una divisa. A nosotros, con llegar a fin de mes ya nos vale...

Esther Hhhh dijo...

Pues sí. Con llegar a fin de mes, vale.

En cualquier caso, estoy deacuerdo contigo con respecto al Euro. De hecho, le ha presentado buena batalla al Dólar desde el principio, y creo que puede seguir presentándosela.

Besitos