En primer lugar, una rápida explicación a una ausencia tan prolongada: estamos sufriendo en nuestras carnes la eficacia belga y hace tres semanas largas que no tenemos teléfono ni Internet, lo cual dificulta enormemente actualizar la bitácora. No, no es una retirada. Al menos, no pretende serlo.
De hecho, si escribo ahora es porque estoy en el aeropuerto camino de un viaje de trabajo (durante el que supongo que no tendré tiempo para nada, pero, si no fuera el caso, tengo historias de sobra para actualizar). Y ahora, corto, que me llaman para embarcar y los amigos de Aeroflot (sí, hijos, sí, de vuelta a Rusia) son bastante más puntuales que los prestadores de servicios en Bruselas. Pero de eso ya me pondré a escribir, si Dios y Belgacom quieren, porque ahora, de verdad, se hace muy tarde.
Conflicto Rusia-Ucrania. Actualización mes de octubre
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"Cuánta gente apoya la guerra, y cuántos están en contra? Si bien existen
investigaciones de opinión pública no son confiables porque mucha gente
teme re...
Hace 2 semanas
5 comentarios:
Vuelve que se te viene echando en falta. Por cierto, ¿siguen en Aeroflot con esas tazas naranjas para el café?. Como añoro Rusia.
Maybe Kandalaksha, eso de las tazas naranjas ya pasó. Todo es muy azul ahora. Se ve que el color tranquiliza.
Anda que menudo susto nos has dado jodío...
al principio pensé que era temporal, luego se fue alargado y bueno, casi brindo a tu salud pero como estamos en temporada de Oktoberfest y la cerveza escasea porque se la han llevado toda a Munich al final lo terminé dejando para otro día...
Estaría bien que nos ilustrara con más datos acerca de esa ·eficacia belga". En cuanto a Dios, sus designios son inescrutables, pero en lo referente a Belgacom, deben de ir distraidillos con el tema de los espías...
Belgacom, digo, Dios, proveerá.
Miguel, la Oktoberfest es lo primero. Perezca de sed el resto de Alemania si es necesario.
Ieau, hay un montón de entradas posibles sobre Bruselas y su eficacia, pero ahora estoy en Sochi y debo reconocer que Rusia da para muchísimo más que Bélgica. Ni punto de comparación. Pero, como dentro de unos días vuelvo a Europa Occidental, cuando haya digerido esto de aquí me pongo con Bélgica, de verdad.
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