domingo, 11 de diciembre de 2011

La soledad del corredor de fondo (y VII): You will never walk alone

Las grandes ventajas de haber entrenado a varios grados bajo cero se veían en la salida de la prueba, concurrida como pocas. Ya lo creo que no iba a caminar solo. Dos mil quinientos participantes. Nada menos. Y la mayoría tiritando, y soltando perlas como "Fa fred" (Hace frío). Si no fuera porque eran corredores de maratón pensaría que eran nenas. Ocho grados sobre cero a las nueve de la mañana no es frío, leches.

Durante la carrera, vi de todo. Los que sabían de esto iban en camiseta y pantalón corto. Yo, aunque de esto no sabía mucho (algo he aprendido entretanto), también llevaba la misma ropa. En cambio, había bastante gente con camiseta de manga larga, o con dos camisetas, muchos con mallas largas, alguno con chándal, muchos con guantes y el más friki iba vestido de Santa Claus y con barba postiza. Lo adelanté en el kilómetro 35 y, para que yo adelantara a alguien en el kilómetro 35, tal y como iba de muerto a esas alturas, ese alguien tenía que estar realmente muy mal. En meta no lo vi, supongo que se impondría la cordura y se quitaría el disfraz antes de la lipotimia.

Claro, a las nueve de la mañana puede que hiciera ocho grados, pero a las doce ya íbamos por los dieciocho, y eso duele bastante cuando te has abrigado como si estuvieras corriendo por el Aconcagua. Alguno directamente se quitaba la ropa y la abandonaba.

En fin, que la carrera ya ha tenido lugar y, por tanto, los entrenamientos por Moscú al aire libre y bajo el punto de congelación se han terminado de momento. Bien está lo que bien termina, y ahora toca pulir defectillos (el diminutivo es muy indulgente: en la preparación he cometido errores de bulto) para la próxima vez.

2 comentarios:

Ernestin dijo...

Amigo Alfor: espero que todo bien y que hayas hecho un buen tiempo en tu maratón. Gracias por compartir tu experiencia del training pràcticamente el dìa de la carrera, eso habla de tu excelente condición física. Hoy fui a jugar fútbol y tiré la pelota por un risco... solo subir el risco me dejó jadeante y con la lengua de fuera...deplorable. Por otra parte: ¿Qué dice Fadrique del clásico del sábado?

Alfor dijo...

Ernestín, un par de masajistas en la llegada y a correr otra vez, si hubiera hecho falta. Y casi, casi, porque había dejado el coche a cuatro kilómetros de la meta. Cosas de cortar las calles con motivo, precisamente, de la carrera. Pero, ¡qué cuatro kilómetros más largos!

Lo del clásico es otra historia. Fadrique, obviamente, ha desaparecido, y yo no es que lo vaya buscando mucho, la verdad...