Hace un par de semanas, en un periódico español, leí una carta al director en que un lector (o lectora, no recuerdo bien) daba rienda suelta a su indignación, provocada por una campaña publicitaria que se estaba desarrollando en España. La campaña era de ropa interior femenina y mostraba a mujeres en paños menores y actitud provocativa que invitaba a la excitación sexual del género masculino. A juicio de la lectora, semejante campaña implicaba la consideración de la mujer como mero objeto sexual con la consiguiente humillación, denigración y menoscabo de la condición femenina.
Lo más probable es que la autora de la carta fuera una mujer dispuesta a prohibir los anuncios de ropa interior femenina de talla inferior a la 54, con tal de salvaguardar la condición femenina de su lamentable reducción a curvas sensuales, carnes firmes y rostros atractivos, y de su explotación con perversos fines publicitarios y capitalistas.
Angelitos.
En Rusia, apenas puede encontrarse un anuncio en que que la mujer ligera (o totalmente privada) de ropa no tenga un papel protagonista. Y no son de sujetadores ni braguitas. Vamos, yo diría que una mujer en sujetador y braguitas en un anuncio de sujetadores y braguitas tiene cierta lógica. Aquí, en Rusia, ni autocontrol ni leches, vamos a saco. He visto anuncios de tornillos con mecánicas en braguitas y, eso sí, con casco protector y una caja de herramientas; incluso en internet son frecuentes los anuncios subidos de tono (y hasta vimos uno de tóner para impresoras, hace algún tiempo), pero lo que está rugiendo por la ciudad son los anuncios reproducidos ahí al lado, que están poco menos que en cada esquina.
Los que leéis ruso ya sabéis qué están anunciando. Para los que no lo leéis, sabed que se trata de un banco que anuncia una especie de supercuentas de alto rendimiento y que, por si fuera poco, publica una revista trimestral para sus clientes. Si no sabéis ruso, apuesto a que no os figuráis que la revista es de un banco, sino una especie de "Macho" o "XXL". Vamos, igualito que la revista de la Caja de Ahorros de la Inmaculada.
Pero eso no es todo. Como ya quedó mencionado en un comentario anterior, la semana pasada estuve en la feria de coches y componentes de coches, en Moscú.
Ahí me hubiera gustado ver a la caterva de feministas exaltadas que tenemos por España, ahí, protestando contra la exposición del género femenino a las necesariamente lascivas miradas de los hombres, esos seres despreciables cuya extinción mejoraría indudablemente en género humano. Y hasta creo que hay alguna comentarista que, si son españoles esos hombres, poco menos que se queda sin adjetivos descalificativos lo suficientemente denigrantes para describirlos.
Pero sobre la feria de coches toca escribir en la próxima entrada. Que ahora me llaman para embarcar... :-)
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Hace 2 semanas
5 comentarios:
Muy buenas Alfor! yo sólo estuve una vez en la feria del automóvil de Moscú, y doy fe que no me olvidaré nunca de ese día ... eso sí, la verdad es que no recuerdo haber visto ni un sólo coche ... por qué será que los recuerdos que me vienen son otros! jjjejejejej
Que gran reportaje del Killo ...
Lo que es imperdonable es el montaje barato de las fotografías de abajo. La chica de la derecha tiene la cabeza desencajada, jeje.
Por otra parte, magníficas coles o lechugas o lo que sean las de la chica del primer cartel.
Si ponen esos anuncios es porque funcionan, así que la culpa es del cliente y no tanto de la agencia.
Despues de un largo, cálido y atareado verano recupero su intersante blog con muchas entradas pendientes de leer.
saludos!
Andriey
Kinoforov, con el reportaje del Killo no se puede rivalizar dignamente, pero yo también hice alguna foto, lo reconozco. Mañana sale una selección, con texto, por supuesto.
José, son coles, que son de color verde, como los dólares. Es una especie de juego de palabras, pero en realidad el objetivo es que la chica enseñe el escote.
Behemoth, bueno, hasta cierto punto. Si el caso es que funcione, vamos a acabar justificando cualquier barbaridad. El día menos pensado tenemos un espectáculo de porno duro en los anuncios, pero yo no diría que la culpa será de los clientes.
Andriey, pues bienvenido de vuelta.
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