lunes, 7 de junio de 2010

Matrículas

En los últimos tiempos, en Rusia, hay peña que está como que cabreadilla y algo enfurruñada, como si les doliera una muela o fueran funcionarios españoles. Es uno de esos cabreos sordos, aparentemente inmotivados, pero que terminan por hacer saltar chispas del lugar menos pensado.

¿Y es que acaso no hay motivo para estar cabreado? ¡Cómo no va a haberlo! En una ciudad como Moscú, donde residen nueve millones de personas y otros tres vienen a diario a ganarse el sustento, y donde todo está concentrado en el mismísimo centro, el que pasa por aquí no puede sino agobiarse por la falta de espacio y por toda la prisa que lleva la gente para llegar, fatalmente, tarde a todos los sitios.

Este agobio, concentrado en los pocos kilómetros cuadrados que comprende el centro de Moscú, lleva a los ciudadanos a iniciativas cuanto menos curiosas, como el caso de los cubos azules, que comentaba Ricardo el otro día. Pero, antes de llegar a los cubos azules, creo que procede un cursillo sobre matrículas rusas, y a eso es a lo que se dedica la presente entrada, y alguna que seguirá.

Las matrículas en Rusia, en el momento presente, constan de seis signos, tres letras y tres números, seguidos de una barra y, tras la misma, un código de dos o tres cifras. Un ejemplo podría ser éste:


Sólo se usan las letras que también existen en el alfabeto latino, aunque en éste tengan otro valor. Eso nos deja con un total de doce letras, que son A, B, E, O, M, P, C, T, X, K, H y además la Y, aunque se usa la versión cirílica (У), que es "casi" igual. Antes, cuando la URSS, se usaban las letras del alfabeto cirílico ruso sin ninguna limitación de que existieran o no en otros alfabetos, pero, con los años, las matrículas rusas se nos han globalizado y ya no son lo que eran.

Los dos números del final son el código de la región. A Moscú, por ejemplo, le corresponde el 77, como el del ejemplo, pero la verdad es que se ven muy pocos coches por la calle que lleven el 77 y los pocos que lo llevan son una antigualla. Como en Moscú, otra cosa no, pero coches hay todos los que quieras y los moscovitas los cambian en cuanto se cansan mínimamente de ellos, las posibilidades de numeración con el 77 se terminaron, y los coches comenzaron a llevar el 99, que también se terminó, y luego el 177, y alguno que otro.

Qué simple, ¿no? Noooo, si fuera tan simple no sería Rusia, hay más cosas. Las matrículas rusas normales son como las de la foto, en negro sobre fondo blanco, pero luego tenemos las matrículas de colorines. Tenemos varios colorines, como los cuadernos de las chicas de colegios de monjas. Vamos a verlos:


El amarillo, que son las matrículas de ciertos vehículos de transporte público. Antes el amarillo lo llevaban los coches de empresas de capital extranjero, y era una cantada brutal, porque, en el imaginario colectivo ruso de los primeros años noventa, extranjero era igual a vaca lechera forrada de dólares para ordeñar cuanto antes, y el resultado es que los milicianos tenían una preferencia desusada para ir a por ellos. Obviamente, los propietarios de los coches estaban hasta la coronilla de que los detuviesen con cualquier pretexto para sacarles un soborno, así que usaban cualquier subterfugio para no llevar la matrícula amarilla, como poner los coches a nombres de rusos y hacerse con un poder para conducir el coche. Afortunadamente, un buen día el gobierno ruso abolió la matrícula extranjera para los guiris, que respiramos aliviados, y la reservó al transporte público.


El azul son los propios coches de la milicia y, en general, del Ministerio del Interior. Como sabéis, son bastante impopulares y la gente trata de rehuirlos, con lo que el hecho de tener una matrícula tan cantosa viene muy bien para distinguirlos y poder alejarse de sus inmediaciones.


Luego está el negro, que son los coches del Ejército y que también tienen que hacer pirulas tremendas para que los detengan. Además, el Ejército tiene su propia policía de tráfico, con lo que gozan de impunidad absoluta, aunque, en honor a la verdad, no son ni mucho menos los que más abusan de sus privilegios.


Y, para completar la gama de matrículas de colores, están las rojas, que no son las del Ejército Rojo, sino las de los diplomáticos, técnicos, embajadores, cónsules y demás guiris al servicio de las potencias extranjeras y que gozan de eso que se llama inmunidad. Eso les viene muy bien, porque no pueden ser multados, los milicianos lo saben y, por lo tanto, no les detienen salvo cuando han hecho algo realmente muy gordo, y aun en ese caso de mala gana, porque no están las cosas como perder tiempo echando a una bronca a unos señores que la mayoría de las veces ni te entienden, cuando hay tantos pardillos a los que sisarles algo de lo que llevan en la cartera. Las matrículas rojas, por supuesto, son un fenómeno típicamente moscovita, que es donde se agolpan las embajadas, y en mucha menor medida peterburgués. En otras ciudades como Novosibirsk o Ekaterimburgo es meramente residual.

Con esto hemos completado la gama de colores de las matrículas, pero hasta ahora no hemos visto nada especialmente escandaloso que pueda provocar la ira de los conductores y provocar sucesos como el caso de los cubos azules.

Pero eso es porque no lo hemos visto todo. Y es que en Rusia, como en su día dijo Orwell, todos son iguales, pero hay algunos más iguales que otros. Pero eso será a la próxima, que me caigo de sueño.

8 comentarios:

Soviet Яussia dijo...

En otras ciudades como Novosibirsk o Ekaterimburgo es meramente residual.

Mira que no acordarte de Omsk y su flamante consulado de Kazajstán :-D

Soviet Яussia dijo...

Por cierto, a ver si en posts futuros comentas el significado de las letritas en las matrículas. Como las AA u OO, que también sus buenas dosis de impunidad.

Aquí en Omsk, hay incluso un par de calles en que uno de los sentidos de la marcha está reservado para los que tienen matrículas de la administración.

Kinoforov dijo...

Sentido de la marcha reservado!!! vaya nivel.

Yo por Ekaterimburgo lo máximo que he visto es que la salida de la casa/oficina del gobernador tiene prefencia sobre la via a la que se incorpora (que es el doble de grande).

Pues Alfor, you por aquí ya he visto más de una y de dos matrículas rojas! ojo!

Esther Hhhh dijo...

Uffffffff... Que lio de matrículassssssss.... Pero no sé que relación pueden tener con el tipo del cubo azul... Claro que de unos tipos que dan vodka positivo en sangre, me lo espero casi todo.

Besitos

Bejemote dijo...

O sea, que si pinto una matrícula de negro o de azul, no se atreverán a pararme. Además, tampoco creo que se molesten en comprobarla, simplemente, con no hacer pirulas que cante mucho...

¡Qué ideas das!

Alfor dijo...

Soviet Яussia, jo, claro, y también está Vladivostok con sus consulados gringo y japonés, Murmansk con su consulado noruego, y creo que Samara y Kalinigrado tienen consulado alemán, y alguno más hay, ¡pero es que todo no me cabe!

Y sí, efectivamente en la siguiente entrada le toca a las letras de las matrículas, ese arcano incomprensible para el gran público.

Kinoforov, es que en la capital de los Urales estáis que os salís.

Esther, el misterio del cubo azul (que para Soviet Яussia y Kinoforov, como ves, no es tal misterio) se resuelve en las siguientes entradas, salvo que tengamos algún comentarista spoiler.

Bejemote, lo de pintar la matrícula yo no lo haría. Si te fijas un poco, verás que la estructura de la matrícula es distinta, y además no es fácil hacerse con el tono de azul miliciano exacto. Por no decir que la matrícula azul la llevan casi siempre verdaderos coches de policía. Con la negra puede haber algo más de suerte, pero lo mejor es, directamente, no hacer pirulas, cosa difícil, eso sí, en una ciudad como ésta, en la que muchas veces estás vendido si vas de legal.

danferesp dijo...

Eres "O Rei" de la pausa dramática... nos dejas en ascuas maestro!

Mi sobrino llevaba uno amarillo en la playa, pero va a a ser que no tiene nada que ver.

Alfor dijo...

Danferesp, no, no. El cubo amarillo no sirve para estas cosas. Tiene que ser azul.