miércoles, 2 de junio de 2010

Baloncesto (IV)

El otro día falleció uno de los jugadores de baloncesto más conocidos de la época soviética, además de ser uno de los campeones olímpicos de Seúl 1988, tras derrotar en semifinales a los EEUU (campeones en 1984), esta vez sin la polémica de Munich 1972, y en la final a los campeones de 1980, Yugoslavia. Se trata de Alexander Belostenny, pívot ucraniano que normalmente reemplazaba a los habituales titulares en la selección (Sabonis y Goborov en Seúl, y antes Tkachenko o incluso Pankrashkin), pero que invariablemente mantenía el nivel de los anteriores, cuando no lo mejoraba. Tras Seúl, obtuvo permiso para abandonar su equipo, el Stroitel de Kíev (sí, ya sé que en ucraniano no se llama así) y emigrar a Europa Occidental a ganarse los garbanzos. Fue a parar nada menos que a Zaragoza, donde jugó con el CAI e incluso consiguió ganar una Copa, y luego terminó su carrera en Alemania, en Tréveris (sí, ya sé que en alemán no se llama así).

Tréveris tuvo que gustarle a Belostenny, que jugó allí entre 1991 y 1995, creo. Yo visité la ciudad en varias ocasiones de paso a Luxemburgo, por motivos de estudio, más o menos en aquellas fechas, y no me extraña ni un poquito que Belostenny pasara de volver a Kíev y se quedara por allí. Con lo que ahorró y el apoyo del presidente del club local, abrió un restaurante tras su retirada y estuvo viviendo de sus rentas hasta la semana pasada, en que un cáncer de pulmón pudo con él a sus 51 años. Sí, cuidar la salud no es una característica de muchos deportistas retirados y, aunque no todos los cánceres de pulmón se producen por lo mismo y no tengo referencias de qué vida llevaba Belostenny en su retiro alemán, puedo imaginarme (no sé si con fundamento o sin él) que se abandonó bastante, como antes de él el otro caso especialmente lamentable de aquella selección de Seúl, Víktor Pankrashkin.

Pankrashkin es una caso especial para esta bitácora. Hace un par de años redacté una pequeña serie de entradas sobre baloncesto, basándome en mi memoria y en fuentes en ruso no demasiado complicadas de encontrar, pero inaccesibles para el lector hispano medio. Por alguna misteriosa razón, a pesar de que, aparte de mí, hay muchos admiradores de la selección soviética de aquel entonces, parece que nadie había escrito algo razonablemente sistemático sobre el destino actual de aquella gente, hasta que se me ocurrió a mí. La serie está aquí, sigue aquí y terminaba aquí.

La sorpresa me llegó cuando me encontré en el contador de visitas con un subidón exponencial durante dos días, con destino precisamente a aquellas páginas sobre baloncesto, y más en concreto a la última, en que hacía una especie de "¿Qué fue de...?" centrado especialmente en los jugadores rusos del CSKA. Ya sabéis que esta bitácora es tremendamente rusocéntrica, e incluso moscucéntrica, e ignora bastante lo que no suceda dentro de un radio razonable desde el Kremlin (¿Pasa algo? :) ).

Bueno, pues resulta que la muerte de Belostenny ha despertado del letargo a tanto aficionado nostálgico y se han puesto a investigar, no sólo sobre él, sino sobre alguno de sus compañeros de equipo de su época más gloriosa. Y resulta que, si metes el nombre de Pankrashkin en Google, la primera entrada le corresponde nada menos que a esta bitácora y la primera imagen (y una de las poquísimas que existen en internet) también le corresponden a la misma. Y os aseguro que me costó una barbaridad sacarla e insertarla. Así que esta bitácora se ha llenado en los últimos días de visitantes peregrinantes en busca de uno de los jugadores más particulares que han pisado una cancha de baloncesto. Y mira que los hay particulares. Un saludo a los que pasen por esta primera página, aunque entiendo que la práctica totalidad no están pensando en rusadas, sino en ba-lon-ces-to, cuando pasan por aquí.

Pero esto debería dar pie para analizar un poco lo que ha estado pasando en el deporte ruso desde los días gloriosos en que no había quien les tosiera, hasta la manifiestamente mejorable situación actual, en que ocupan un puesto calamitoso en los últimos juegos olímpicos y le cortan la cabeza al presidente del Comité Olímpico Ruso, dando una imagen más depresiva que escuchar enterita la discografía de Pink Floyd. Pero eso será a partir de las próximas entradas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un pequeño aporte de su epoca en el CAI Zaragoza: era una chimenea y tenia un Talbot Horizon para uso diario. Verlo salir del coche despues de aparcar en Doctor Cerrada, era impresionante.

Alfor dijo...

Anónimo, la verdad es que Belostenny no pasaba por ser el más viciosillo de los jugadores de la selección soviética, pero ya veo que también tenía sus malas costumbres, que no es más que la ocnfirmación de lo que suponía viendo la causa y la edad de su fallecimiento. En cuanto a vicios supuestamente incompatibles con el alto rendimiento deportivo, Pankrashkin se llevaba la palma, y Valters y Tijonenko creo que también se hicieron famosos. Otro ejemplo, algo posterior, es Fetissov, un enorme talento destrozado por el alcohol. Igual me da por una entrada sobre ese tipo de historias.