viernes, 7 de diciembre de 2007

Poniéndose flamenco

Lovaina, en un día feo, más lluvioso que húmedo y desagradable como él solo. Salgo de la estación de tren y me pongo a caminar bajo el impermeable por la ciudad, en busca de la oficina de turismo. El tiempo es tan malo que, y más en las fechas que estamos, me acuerdo del milagro de Empel. Se ve que el clima tampoco ha cambiado tanto en los últimos cuatrocientos y pico años. Ya bastante calado, consigo encontrar la oficina de turismo y entro en ella con decisión. Hay una mujer hablando por teléfono y una joven trajinando en su ordenador, con lo que me dirijo a ella:

- Bonjour, je voudrais acheter un plan de la ville avec quelques renseignements généraux sur les lieux d'interêt.

La joven me mira, sonríe y gira la cabeza de un lado a otro. La otra sigue hablando por teléfono.

"Bueno, igual sale en alemán, que es idioma oficial en una parte de Bélgica."

- Guten Morgen, ich wollte einen Stadtplan von Löwen kaufen, und zwar mit einigen Hinweisen über Sehenswürdigkeiten und so weiter...

La joven me mira, sonríe y gira la cabeza de un lado a otro. La otra sigue hablando por teléfono.

- Good morning, I would like to buy a plan of the city with some hints about monuments and so on.

La joven me mira, sonríe y gira la cabeza de un lado a otro. La otra sigue hablando por teléfono.

- A ver, lo que yo quería era un plano, un plano de la ciudad, a ver qué c*** hay que ver aquí.

La joven me sigue mirando fijamente. Al final, me obligó a desenterrar lo que aprendí en las poquísimas clases de holandés que se me ocurrió recibir. Lo malo es que estaba muy bien enterrado.

- Alstublieft, ik wil een stadplan hebben - alcancé a balbucir. Aún no sé ni si era correcto.

Al final conseguí el mapa, e incluso lo conseguí en castellano, y pasé un día mojado, pero excelente (la ciudad es preciosa). Eso sí, tiene narices que en una oficina de turismo de la ciudad universitaria por excelencia de Bélgica tengas que expresarte en flamenco para sacar algo en claro. Luego se quejan del Duque de Alba, pero, entre el tiempo que hace y cosas como ésta, ya lo voy comprendiendo mejor: el Duque estaba hasta las narices.

2 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Ainsssss, Madre del Amor Hermoso... Alf. Me has dejado boquiabierta y alucinando pepinillos. ¿Cómo puede ser que en una oficina de turismo no sepan ni inglés? Y ya no es eso, es que te expresaste en dos de las tres lenguas oficiales de Bélgica. Increíble. A mí, en la diplomatura de Turismo, me obligan a estudiar dos idiomas, inglés (obligatorísimo) y uno a elegir entre tres: alemán, italiano y frances. Yo ya sé algo de francés y muy poquito alemán, así que si eligiera italiano o alemán (que apenas lo recuerdo) acabaría la carrera sabiendo y haciénodme entender en una cantidad importante de idiomas. Y sin la carrera no me dejan trabajar en una oficina de turismo española, que es a donde yo iba.
Lo grave es que yo hablo perfectamente castellano y valenciano, las dos lenguas oficiales de la Comunidad Valenciana y vamos, si alguien me viniera hablando en cualquiera de ellas, aún suponiendo que su castellano o valenciano fuera de menor calidad que tu alemán o tu francés, sabría que me está pidiendo... Increible.

Una cosa si me dijeron hace tiempo, que los belgas llevan mal que les hablen en francés, prefieren el alemán, pero no sé hasta donde esto es verdad.

Besitossssssss

Alfor dijo...

Esther, cosas veredes. Se ve que las dos primeras lenguas oficiales de Bélgica no valieron y hubo que emplear la poca tercera que tenía.

La mayoría de los belgas, y no digamos los valones, yo creo que no tienen el menor problema con el francés. Pero a mí me toco la torpe.