miércoles, 21 de noviembre de 2007

Sectas

¿Qué harías si sólo te quedasen seis meses de vida? Podríamos responder un montón de cosas. Muchos se lanzarían de juerga constante a quemarlo todo, viva la Virgen y ancha es Castilla. Yo, seguramente, me dedicaria a poner en orden mis cosas y a asegurar un traspaso ordenado a mis sucesores, pero claro, yo es que me eduqué en Alemania.

¿Y si te quedasen seis meses de vida no sólo a ti, sino a todo el mundo? ¿A que eso ya es más complejo? Pues supongo que mucha gente insistiría especialmente en lo del jolgorio, y a otros nos entrarían ganas de pasar a la otra vida lo mejor preparados posible y nos dedicaríamos a prácticas ascéticas y cosas de ésas conducentes a ganarse el Cielo.

Aquí, las cosas son algo más radicales.

A saber cómo, el líder de una congegación religiosa, ortodoxa a su manera, que responde al nombre de Pyotr Kuznetsov, o padre Pyotr, ha calculado que el fin del mundo llegará en mayo del año que viene. Además de esas cualidades proféticas, el padre Pyotr tiene el suficiente carisma como para convencer a sus seguidores de que se pongan a cavar, y así se han puesto manos a la obra desde hace varios meses, en un oscuro lugar de región de Penza, hasta conseguir un pedazo de gruta impresionante, que, según algunos, llega a medir hasta cuatro kilómetros de longitud. Para mí que en la región de Penza han devaluado el kilómetro, porque parece mucho, pero enjundiosa seguro que es un rato.

Pues bien, hace algunas semanas, treinta seguidores del padre Pyotr se metieron en la gruta y la tapiaron concienzudamente, excepto algún que otro orificio de ventilación, encerrándose dentro con bombonas de gas, grano en abundancia y media tonelada de miel. No una jarrita, como Caperucita Roja, sino media tonelada, a saco paco. Y allí están los fieles, algunos con títulos universitarios, hombres, mujeres y niños, a cosa de doce grados escasitos, esperando a que llegue mayo y con él el fin del mundo. Y que no hay quien los saque de allí.

Las enseñanzas del padre Pyotr, aparte del atrincheramiento en cuevas, no se crea que son tan malas. Su doctrina incluye no ver la televisión (cosa aconsejable, sobre todo en España), no escuchar la radio (cosa nada desdeñable tampoco), quemar los pasaportes y los documentos de identidad (los negretes de las pateras también lo hacen) y no tocar el dinero con las manos (la verdad es que, habiendo tarjetas de crédito, casi es mejor). Ahora el padre Pyotr está, al parecer, en tratamiento psiquiátrico, y no es la primera vez que le ocurre, pero no está tan chiflado como parece. De hecho, mientras sus seguidores tapiaban la entrada de la cueva y se disponían a ponerse morados de miel bajo tierra durante los próximos seis meses, él se quedó en la superficie, porque "alguien tenía que mantener el contacto con Dios y limpiar de nieve los conductos de ventilación por donde la gente respira". Está en todo.

6 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Madre del Amor Hermoso.. Como dicen por aquí "n'hi ha gent per a tot" o su versión en castellano pueblerino, que mola mas "hay gente pa tó".
Hay que ver lo que pueden hacer las creencias y el fanatismo. Y yo me pregunto: si el mundo se acaba, y se acaba del todo ¿para que leches sirve esconderse bajo tierra los últimos seis meses que le quedan? No sé, lo veo un poco Avestruzniano (nuevo palabro). Yo que sé, vete de juerga, estudia, cásate, practica sexo de forma compulsiva, juega a la play station, súbete al everest, gástate la pasta que te queda en probar un hotel de siete estrellas, viaja al Amazonas, visita el polo norte, nada con ballenas, yo que sé, si hay mil cosas que hacer ¿qué leches se hace bajo tierra, aparte de comer miel? Eso sí, la garganta la tendrán sanísima oyes.
Ainsssssss... Que manera de desaprovechar la vida. Te quede lo que te quede, sean 20 años o sea uno, hay que vivir como si hoy fuera el último día, y saborear cada minuto, aprovecharlo, disfrutar de los tuyos, hacer aquello que te gusta y sobretodo intentar ser feliz. Si yo supiera que me quedan seis meses, te aseguro que haría mil cosas, y ninguna de ellas sería perder los seis meses que me quedaran escondiendo la cabeza a ver si así a mi la muerte no me encuentra..

Besitos

Ginebra dijo...

Ay, madre! cuántisimo majara suelto!

Alfor dijo...

Esther, tengo la ligerísima sospecha de que tú no perteneces al grupo de quienes se preocuparían por la otra vida, ganarse el Cielo y esas cosillas. Por nada, ¿eh?, sólo indicios que me han parecido percibir ;).

Ginebra, debo confesar que yo tampoco veo la tele, ni escucho la radio... pero no me daré por aludido :).

Esther Hhhh dijo...

Mi querido Alf. Mi concepto sobre la otra vida probablemente difiere del tuyo, ya que a nivel teológico me he desviado un poco hacia las creencias budistas, por muchas razones, pero básicamente porque me parece, de entre todas las religiones, la más razonable. Aunque realmente no creo "en nada". Tampoco es exacto esto. Lo que pasa es que hoy por hoy no podría definirme en ninguna religión concreta, pero mis creencias, mi querido amigo, son hoy por hoy demasiado complejas como para explicarlas aquí. En cualquier caso mi pensamiento va por dos vertientes, en caso de un fin próximo del mundo o de m vida: Por un lado asegurarme de que los míos estén bien, fundamentalmente (en caso de que fuera sólo mi vida la que estuviera finiquitándose) en el aspecto de la fortaleza, intentar que, aunque sea inevitable que me echen de menos, que el sufrimiento sea lo más leve posible.
Por otro lado disfrutaría de mis últimos días en este mundo como si fueran justo eso, los últimos. Procuraría hacer todas aquellas cosas que siempre he querido hacer, o por lo menos una gran parte de ellas, no perdería el tiempo tumbada en la cama lamentándome por mi mala suerte. Ni me quedaría encerrada en casa. Una vez habiéndome asegurado que todos los míos estuvieran bien y el futuro de mis dos bichitos (que son los unicos seres que hoy por hoy hay a mi cargo) me dedicaría a disfrutar al máximo del resto de mi vida.
Pero en cualquier caso, siempre tendría en cuenta lo que durante toda mi vida he procurado: No hacer daño a nadie y evitar hacer aquello que a mí no me gusta que me hagan. Es decir, que en todas esas cosas no entraría nada del tipo "pues mira, como nunca he disparado un arma, voy a subirme a un rascacielos y cargarme a todo el que pase" Eso no, ni de coña.
¿Ganarme el cielo? pues no es una preocupación que tenga, la verdad. Para mí el concepto de "cielo" es muy diferente al que enseña el cristianismo. Como lo es el concepto de "Dios". Como te dije en un principio, hoy por hoy yo creo en otras cosas, tengo mis propias creencias y si se aproximan a alguna religión oficial, ésta es, sin duda, el budismo.
Ah, y hay un pequeño asunto que no soporto: la hipocresía. Y me temo que en el cristianismo hay mucho hipócrita suelto, de esos que van a misa todos los domingos, ponen cara de buenos, se confiesan una vez a la semana y dejan propinas de 20 euros en la cestilla.. Y cuando salen a la calle y se encuentran con el emigrante sin papeles intentando conseguir algo para llevarse a la boca, le miran con cara de desdeño y sueltan frases del tipo "vete a tu casa, negro de mierda". Estos personajillos se deben tener muy ganado el cielo, en lo que a la iglesia se refiere, pero para mí son peores que los virus. (y por supuesto y como siempre, bien sabes que esto no va ni por ti ni por nadie en concreto).

Besitos

Alfor dijo...

Esther, no deja de tener su interés ese budismo hedonista. Eso sí, no conozco a ningún católico que deje en la bandeja veinte euros (y no es una propina), y tampoco que a la salida de misa llamen "negro de mierda" a nadie. Y tú tampoco los conoces, porque no los hay. Otra cosa es que uno trate de justificarse echando mierda y llamando hipócritas a los demás, lo cual no parece muy budista ni consecuente con "evitar hacer aquello que a mí no me gusta que me hagan" (y, por supuesto y como siempre, bien sabes que esto no va por ti ni por nadie en concreto).

Esther Hhhh dijo...

Me alegra que no vaya por mí, porque desdeluego no me justifico. Evidentemente he exagerado con la frase y los euros, pero hay mucha hipocresía en la iglesia.
Mis razones para dejar de lado, más que el catolicismo, la insitución de la iglesia, van mucho más allá de la hipocresía y desde luego no necesito justificarme. Son mis ideas, lo que pienso. A quien le guste bien y a quien no, también. "Vive y deja vivir".

Besitos