martes, 31 de julio de 2007

Anapa

Anapa es un lugar mucho mayor que Gelendzhik, y con muchos más turistas. Es una ciudad que saluda al visitante con un ripio monumental: a la entrada hay un cartel con una niña y la leyenda

Спасибо маме и папе,
что я в Анапе


que traducido y con los acentos recolocados, de forma que en castellano también sea un ripio, viene a ser:

Gracias a máma y pápa
porque estoy en Anápa


Entrañable.

Lo que es playa y agua, Anapa se enorgullece de sus barros curativos, que adornan sus playas más céntricas. Serán curativos, sí, pero ¡menudo pestazo, Dios mío! Olía a kilómetros a alga podrida y, la verdad, para los que preferimos aguas más limpias, la cosa se las trae, porque nos tocó el hotel más cercano a la playa más "sucia". Lo de bañarse allí como que quedó para otro año. En su lugar hubo que dedicarse a los paseos por la playa y por el paseo marítimo, pero éstos sí que estaban bien.

En Anapa, igual que en Gelendzhik, no hay un solo extranjero (así que, "perduts", no hay competencia). Todo quisque es ruso hasta la médula, la gente se volvía cuando me oían hablar en castellano y los niños se me quedaban mirando con la boca abierta.

- Sí, niño, soy guiri ¿Pasa algo? - dije mirando fijamente a más de uno, en castellano, para que se vaya acostumbrando a oírlo.

Uno de los posibles motivos de que no haya extranjeros es que lo más parecido a la "Riviera" auténtica son los precios de los hoteles. Qué clavo nos metieron, tú. Total, para padecer en una habitación sin insonorización alguna, porque hay una cosa que tienen en común Anapa y Gelendzhik, dos ciudades, por cierto, que están entre sí como el perro y el gato: que por la noche todos los sitios ponen la música a toda viroya y no hay cristiano que duerma. Tan es así que aquí estoy escribiendo mientras escucho la tralla que vomitan los equipos de sonido de los garitos que se dedican a solazar a una parte del personal y a atormentar al resto. Y aún dicen que es una playa familiar. Será de la familia Addams.

El personal, aquí, no es precisamente de la familia Addams: aquí ha habido "operación bikini" de manera concienzuda ¡Vaya mozas! Y también ha habido "operación bañador" ¡Vaya bichos! Apenas se veían las típicas barrigas paelleras de las playas de Valencia. Una, allá a las mil, pero, en general, yo parecía un individuo esquelético y desnutrido, al lado de aquella panda de culturistas. Serán los barros curativos...

Y, así y todo, es un lugar bonito y, el que no lo crea, ahí está la foto de la puesta de sol en el Mar Negro. Y simpático, con sus chiringuitos playeros, en los que, en lugar de paellas, venden shashliki. Eso sí, en plena temporada alta, hubo que hacer un buen rato de cola (en Rusia, si no hay cola, es que te has equivocado de sitio), con lo que la gusa, al final, ya era de las de rugido y mordisco compulsivo.

Y con esto acaba la serie del Mar Negro, con algo de pena, porque la cosa no estuvo nada mal, y eso que ni siquiera me bañé (ya sabéis, los barros curativos me echaron atrás). Pero claro, las posibilidades de que el próximo viaje interno sea a algún sitio peor (vamos, un agujero más o menos profundo) son bastante altas. De todas formas, yo sigo con mis plegarias.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo estuve en la costa búlgara. Estupendo excepto por el pequeño detalle de que a las 9.30 más o menos cortaban la luz por restricciones.

Alfor dijo...

Gin, y que lo diga. De hecho, lo de la escasez de electricidad, curiosa en un país tan rico en fuentes de energía como Rusia, era lo que me llevaba por allí. Pero eso es otra historia, parece que no tan aguda como en Bulgaria, porque en apariencia cortes no había.

BAR dijo...

No resulto lo mismo, el no bañarse? digo, no se cuantos dias fueron pero los olores del ser humano, no son tan bonitos que digamos, además, hubieras rejuvenecido la piel...jejeje

Un beso

Anónimo dijo...

Hombre, yo estuve por allí hace 20 años, alfor, supongo que la situación habrá cambiado. Me resultó algo patético porque a pesar de que no podían usarlos a causa de los cortes de energía, los frigoríficos eran un símbolo de status social y cuando ibas a casa de algún amigo que lo tenía te lo mostraba orgullosamente exhibido en medio del comedor (por supuesto con el consabido tapetito de ganchillo y un macetón o un retrato en lo alto.

Esther Hhhh dijo...

Ains Alf, Madre del Amor Hermoso... Si es que como las playas de tu costa natal no hay nada, bueno, vale, si lo hay, pero oye que no están nada mal ¿eh?
En fin, veo que te dio para hacer una bonita foto de puesta de sol, pues oye ya es algo, el sol si se bañó, a pesar de los olores y los barros y las algas, jejejejjee.. Será por eso que está tan lozano, con la de años que ya lleva en el cuerpo.. ;-P

Besitosssssss

Anónimo dijo...

Esta serie del Negro, debería de completarse con algún capítulo sobre Sochi, que además, va a ser la engalanada sede de las Olimpiadas del 2014.
Este "namek" quizás se deba a ese viaje demoledor por el sur del que te mantuve informado puntualmente, creo que puedo pasarte algún material de interés al respecto, la playa de Sochi, una vorágine de canto rodados, espigones de cemento armado y rompeolas, atrae a miles de turistas - de manera cuasi imcomprensible - aunque, estando en Rusia, todo es posible (como en Granada)

Roberto

Alfor dijo...

BAR, mi piel, gracias a Dios, está en orden. No vale la pena el chapoteo por el barro, de verdad.

Gin, dicen que veinte años no es nada, pero, en este caso, seguramente estamos ante la excepción.

Esther, la puesta de sol merecía la pena, y la foto no quedó mal.

Roberto, es verdad, falta Sochi. Ya sabes que eres bienvenido en cualquier momento. Además, eso me dará pie a comentar cierto informe, hace unos años, sobre las posibilidades olímpicas de Sochi y las carcajadas que me eché a su costa. Qué vergüenza... ;)