viernes, 6 de julio de 2007

Reventas

Las colas rusas han sido repetidamente denostadas en esta bitácora, y no siempre de manera totalmente justa, porque lo que es indudable es que proporcionan oportunidades de negocio al avispado pequeño empresario local, que no duda en aprovecharlas.

Tras el vuelo nocturno, Alfina y yo tomamos el tren desde el aeropuerto de Domodiédovo, pasamos los cuarenta minutos de tren hasta la estación de Paveletskaya y pasamos al metro para llegar a casa y ducharnos antes de ir a trabajar. Nuestros últimos billetes de metro los habíamos agotado a la ida, luego nos tocaba comprar otros nuevos.

Abrimos la puerta, y vimos unas colas kilométricas en todas las ventanillas, y dos hombres repitiendo cada vez que entraba alguien:

- Не стоите в очереди. Поездки на метро. Две поездки за пятдесять рублей. (No hagan cola. Billetes de metro. Dos viajes por cincuenta rublos)

Fenomenal. Unos reventas de billetes de metro. Lo que ellos vendían cuesta treinta rublos en la ventanilla, con lo que por cada venta se sacan limpios veinte. Y doy fe de que, en el casi cuarto de hora que pasé en la cola de la ventanilla, no vendieron menos de diez billetes.

En fin, ya se sabe. Las colas como creación de riqueza.

5 comentarios:

BAR dijo...

No dudo ni tantito que las cajeras de las ventanillas estén coludidas con l os revendedores, vaya negocio...jejeje

Un beso

Jobove - Reus dijo...

que buen rato hemos pasado con tu blog, felicidades desde Reus Catalunya

saludos

Esther Hhhh dijo...

Así que optaste por comprar los billetes en ventanilla, jeje... A pesar del tiempo justillo. Madre del Amor Hermoso, yo creí que las reventas sólo se daban en los toros, en los conciertos y en los partidos de fútbol.. Pero oye, es una buena forma de sacarse un poco de pasta.. ¿y nadie les decía nada?

Besitossssss

Galo dijo...

Mal, Alfor. No podes irte de aca sin pasajes de subte para la vuelta.

Alfor dijo...

BAR, me parece que no. Vamos a defender la buena fe de las vendedoras de billetes de metro.

Té la mà María - Reus, pues bienvenidos y me alegro de que os lo hayáis pasado bien.

Esther, por supuesto que compramos los billetes en ventanilla, tampoco íbamos tan mal de tiempo.

Galo, compré un billete de cinco viajes. Cualquiera se chupa la cola ésa otra vez.