martes, 10 de abril de 2007

Tres bicicletas

- ¿Y esto es el ghetto de los rusos?
- Sí, hay gente que dice que no viviría aquí, pero a mí me parece un barrio tranquilo de las afueras.

Era más que eso, pero no era exactamente lo de la foto, que es una iglesia cercana. Era un conjunto de casitas estupendas con jardín y un parque cerca. Uno de nuestros anfitriones, al que llamaremos Herbert (a todos los más o menos alemanes que aparecen en esta bitácora les hemos llamado Herbert, y no es cosa de variar) nos guiaba a Alfina y al autor de estas líneas, todos en bicicleta, por los arrabales de su ciudad, no sé bien si ciudad pequeña o pueblo grande, en plena Westfalia.

- ¡Pero si esto es estupendo!
- Sí, eso digo yo.
- No, no, es que los rusos que viven aquí no han estado en un sitio mejor en Rusia en toda su vida. No hay sitios mejores que éste. Lo único comparable en Moscú son los "compounds" donde viven los extranjeros más ricos y cuyo alquiler va por las nubes.
- Y los demás los miramos con envidia.
- No sé... Pokrovsky, Setún... y yo creo que esto es mejor todavía.
- ¿Sí?

Rusos, lo que es rusos, no eran todos los habitantes del barrio, pero sí que había más de uno y más de dos. Antes de llegar al parque donde acabó el paseo vimos una abuelilla arrugada con delantal y un pañuelo en la cabeza que, indudablemente, no había nacido por allí; y un poco más adelante vimos a un hombre echando un pis frente a unos matorrales. No diré sin lugar a dudas que fuera ruso (la verdad es que podría ser español, aunque éste no lo era), pero apostaría lo que fuera a que, alemán, no era. Y, puesto que estábamos en el ghetto ruso...

Nos paramos en el parque a echarnos por una tirolina y luego dimos la vuelta. Pasamos por una tienda de productos ecológicos (claro) y por la oficina de empleo. La ciudad recibe ingresos federales por los rusos de origen alemán que acoge, y parece que los acoge en cantidades importantes, aunque el destino de muchos sea esa oficina de empleo de su barrio o cursos de idioma más o menos aprovechados.

- Si da ganas de hacerse ruso, para que te den una casa aquí...

Lo único malo son esas bicicletas de piñón fijo con freno de pedal. No entiendo cómo una lacra así persiste en un país materialmente tan avanzado como Alemania.

- ¿Y la gente que opina de que haya tanto ruso?
- Bueno, el profesor de autoescuela dice que no está mal, pero que hablan raro, y eso no lo ve bien.
- Y tanto. Duro con ellos.

2 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Madre del Amor Hermoso. Os veo viviendo pronto en Alemania, jejeje. Por cierto ¿Y dónde estaban Ame, Ro y Abi?
Sin lugar a dudas imperdonable que en Alemania no haya bicis de varios piñones... Pero ese profesor debería leerte ¿acaso no sabe que el ruso es la madre de todas las lenguas? jejejjeejeje

Besitosssssss

Alfor dijo...

Esther, ya sabes que hay gente para todo.