viernes, 10 de noviembre de 2006

Revolución

El 7 de noviembre fue el aniversario de la revolución de octubre. En aquel entonces el calendario que regía en Rusia era el juliano, que difiere en trece días de nuestro gregoriano (que se adoptó el 1918 por la autoridad civil, aunque no por la Iglesia Ortodoxa). Así que no falta quien diga que en esa revolución estuvo mal incluso el nombre. En su día había sido, por supuesto, día festivo, con manifestaciones tremendas a lo largo y ancho del país.

El primer golpe se lo dio Yeltsin, que cambió el nombre del día: del rimbombante "Aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre" pasó a "Día de Reconciliación y Concordia", pero, al menos, seguía siendo festivo.

El segundo golpe se lo dio Putin, al eliminar la festividad y pasarla al 4 de noviembre, con el nombre de "Día de la Unidad Popular", celebrando al parecer la liberación de Rusia de la invasión polaco-lituana, en 1612. De aquello ya no se acordaba nadie, pero los blancos aprovecharon el hecho para organizar sus marchas nacionalistas y, alguno, para desempolvar sus esvásticas y desahogarse por la calle con sus gritos de "Rusia para los rusos". Lo han llamado "Marcha rusa". El día 7 de noviembre, horror de los horrores, pasó a ser día laborable, pero las manifestaciones seguían siendo imponentes.

Y el tercer golpe se lo ha dado Luzhkov, alcalde de Moscú, que les ha dado permiso a los comunistas para manifestarse por la calle Tverskaya, pero sin interrumpir el tráfico rodado. Sólo podían ocupar la acera. Y allí que estaban el 7, con la nevada que estaba cayendo, frente al antiguo museo de la revolución, las banderas rojas y los comunistas prácticamente en fila india, porque, además de ellos, por la acera íbamos los peatones habituales, buscando cómo pasar entre tanto rojo añejo, y los OMON (el equivalente ruso a los GEO), que estaban ocupando también la acera, cada dos metros, no sé si para impedir a los manifestantes que se bajaran a la calzada o para impedir a los coches que aparcaran encima de la acera (como hacen siempre) y ocurriera alguna desgracia con algún rojo provecto que pasara por allí poco atento al tráfico.

En fin. Lo curioso es que los tres individuos que han reducido la fiesta del 7 de noviembre a una reunión de amiguetes con banderitas han tenido, y hasta bien talluditos, carnés del Partido Comunista de la Unión Soviética. Cosas veredes.

5 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Madre del amor hermoso, que manera de cargarse un día festivo, eso debe ser anticonstitucional. No importa que se celebre, no importa si religioso o pagano, no importa nada, lo único que verdaderamente importa es NO CURRAAAARRRRRR. Sobretodo cuando es puente. Y ahora que hablamos de festivos, Alf, ¿y tú que días tienes festivos, los que aparecen como tales en el calendario español, o los que aparecen en el moscovita?
Ya ves que cosas se me ocurre preguntar...
Besitos con viruss (ains... ya llegaron los constipados que rollooooo)

Anónimo dijo...

me gustan los día festivos...sobre todo por eso de no ir al trabajo...pero lo cierto es qu son día spara quedarse en casita...mientras la gente atrofia las calles con sus marchas...
y para los que no lo han notado ODIO LAS MANIFESTACIONES!!!mismas que porcierto ya se es´tán haciendo el pan de cada día en México..

Un beso

Alfor dijo...

Esther, mis días festivos son una mezcla de todo, pero te aseguro que no son más de los que tienes tú. Trabajé el 1, trabajé el 4 (el nuevo día festivo), y también trabajé el 7. Y puentes, ni uno.

Anda, cuídate, que los constipados no son buena cosa.

BAR, ¿AMLO sigue haciendo difícil la circunlación por allí? Tranquila, que todo pasará. No me extraña que odies las manifestaciones (creo que, en España, los madrileños también las odian, y lo entiendo).

Consuélate, yo tampoco he ido a Cancún. No eres la única.

Galo dijo...

Alfor, quienes son esos espectros que se deslizan en la foto???
Y ya volveran las gloriosas, multitudinarias y ruidosas marchas desde Oktyabrskaya hasta el monumento de Marx.

Alfor dijo...

Galo, yo también me quedé perplejo al verlo. Cuando saqué la foto, de verdad que no estaban. Sospecho que se trata de Lenin y Dzherzhinsky, por lo menos, que debieron venir de ultratumba a tomar el fresco (donde seguramente están ahora debe hacer mucho calor).