viernes, 11 de abril de 2008

Corresponsales (I)

Rusia en general, y Moscú en particular, son una importante fuente de noticias, de manera que no hay medio de comunicación que se precie que no disponga de representante, antena, corresponsal o cazador de noticias en esta bendita ciudad. Su tarea, como todo lo que tiene que ver con Rusia, es controvertida, y así no es extraño que haya gente que no los pueda ver, mientras por otro lado los hay que los tienen por la quintaesencia de la mesura y la sabiduría. De éstos últimos los hay, de verdad.

Hoy se trata de los cuatro españoles con los que he coincidido (los conozco de vista y prácticamente nada más), limitándonos a la prensa escrita y obviando la agencia de noticias pública, que también tiene su equipo por aquí. Se trata de los corresponsales de ABC, El Mundo, El País y La Vanguardia. Como veis, los he citado por riguroso orden alfabético, porque, en estos tiempos de "dime qué medios sigues y te diré de qué pie cojeas", basta con decantarte por uno para que te lapiden por fascista o por rojo. O por las dos cosas. O por ninguna. Y, lo que es yo, hasta que "El Siglo Futuro" no abra corresponsalía en Moscú (y entonces me lapiden por blanco), no pienso decantarme por ninguno.

De momento, los cuatro corresponsales dichos tienen una cosa en común, y es que no se les puede acusar de ignorantes sobre Rusia. Todos llevan, no una temporadilla, sino casi una eternidad por estos pagos, y los hombres están casados con rusas, lo cual les proporciona, en el peor de los casos, una familia política, que no es poca cosa, además de un notable dominio del idioma. Me refiero al idioma ruso. La prosa que utilizan en castellano es tema aparte.

En cuanto a la mujer que hay entre ellos, no está casada, que yo sepa, pero eso no le impide tener un dominio del ruso que ya quisiera gente que lleva más años rondando por aquí. Y eso que ella lleva varios lustros.

Pero bueno, sirvan estos párrafos de introducción a la serie. Como sé que hay algún lector especialmente sensibilizado con el tema, y alguno que ha tenido o tiene trato personal con alguno de los corresponsales, vamos a tratar de evitar lapidaciones. Después de todo, pensemos en qué podríamos hacer en el lugar de estas personas, presionadas por sus editores y que muchas veces están bastante lejos de poder publicar lo que les gustaría escribir.

1 comentario:

Esther Hhhh dijo...

Trabajar en medios de comunicación suele ser complicado sobretodo en lo que a los informativos se refiere, pero si además realizas la tarea en el extranjero o en lugares conflictivos, la cosa se encrudece...

Besitos