lunes, 19 de junio de 2006

En el Cáucaso


El director ejecutivo de la Agencia Internacional de la *** envió una invitación para una conferencia en Tiflis, capital de Georgia, al director general de la empresa *** . Éste recordó oportunamente, después de mirar en el mapa, probablemente, dónde estaba Georgia, un compromiso anterior que tenía y excusó su asistencia, asegurando que acudiría el jefe de la delegación de Moscú. Éste, recibido el recado, recordó, no menos oportunamente, que estaría lejos esos días, por lo que delegó en un jefe de departamento que firma como Alf; este jefe de departamento, a su vez... noooo, la cosa no siguió más adelante. El jefe de departamento se sacó el billete de avión a Tiflis y, eso sí, dispuso que le acompañara un becario de su departamento, conveniente camuflado con un cargo alusivo, y al que llamaremos, de acuerdo con la política de esta bitácora de no revelar los nombres verdaderos de quienes aparecen en ella, Hoken.

Otro día explicaré las razones de esta política, por supuesto con ayuda de ejemplos clásicos latinos.

El caso es que quienes esquivaron el viaje se perdieron, de momento, un primer día bastante relajado, ya que los organizadores de la conferencia previeron una mañana de paseo turístico por los alrededores de la ciudad. Allí se juntaban varios tipos de participantes: los grandes gurús de la energía y otros altos funcionarios de la Agencia Internacional de la *** y de los gobiernos nacionales; los organizadores del evento; y, finalmente, gente algo más joven y menos estirada, que en buena parte se encontraba allí "por delegación". Huelga decir en qué grupo me reconozco.


La visita estuvo bien. Fuimos a Mskheta, capital de Georgia entre los siglos IV a VIII después de Cristo; visitamos una fortaleza impresionante sobre un lago, cerca de la zona pseudofronteriza de Osetia del Sur; y a la vuelta comimos a base de bien en un restaurante con cuarteto de música popular, organillero y elaboración en vivo de pan georgiano, jachapuri, shasliki y jinkali. Allí nos pusimos a departir más o menos según los grupos mencionados antes.

- ¿Es esto vodka? -le pregunté a un joven oriental - Ah, no, es agua.
- ¿Cómo lo sabes?
- Por las burbujas -y el hielo estaba roto.- Soy Alf, de España.
- Ah, las burbujas... soy Bern, de Malasia.
- ¿Es tu primera visita a Tiflis?
- Sí, y es terrible. Ayer pasé todo el día en el avión ¿Y tú?
- Yo vengo de Moscú, el vuelo es más corto. Es la segunda vez que visitó Tiflis.

Señalé a la mesa.

- ¿Qué tal la comida georgiana? - le pregunté.
- Bah, es muy simple, las tapas son mucho mejores. - y me hizo un guiño.

Un tío majo.

Al final, volvimos al autobús. Hoken me dijo:

- Oye, Alf, que he estado hablando con el chaval polaco éste, y tiene una charla mañana. Se ve que invitaron al ministro polaco de ***, que delegó en el director general, y ha habido una cadena de escaqueos hasta que le ha tocado a él.
- Mmmm... me suena el caso.

En el fondo, en todas partes cuecen habas.

4 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Osea que viajaste un poco por casualidad a Georgia... Por cierto, a ver si algún día me revelas, aunque sea vía email, el sistema que utilizas para encriptar los nombres... He de decirte que estoy investigando, que te conste.
Veo que tu te encuentras en los estirados ¿no? jajajajaa, ya sé ya sé que no, que tas entre los jóvenes.. Aaaaaaaiiiinnnssss
Oye, ¿podrías explicarme todos esos platos que nombras? más que nada porque por aquí a nadie se le ha ocurrido montar un restaurante ruso (y mira que yo creo que funcionaría y todo) y tengo un desconocimiento absoluto de su gastronomía.
Por cierto ¿es habitual que te pongan vodka para beber durante la comida?
¿Y que es Tiflis y donde está? Cada día me doy cuenta que mal tengo la geografía en esa parte del mundo por la que transitas
Y si, ciertamente, en todo el mundo se cuecen habas pero ¿sabes una cosa? ellos se lo pierden, porque por lo que cuentas, el viaje tampoco estuvo mal.
Besos

Alfor dijo...

Como digas en Georgia que tienen algo que ven con Rusia o con la cocina rusa, se lo van a tomar pero que muy mal. Por cierto que en Madrid sí que existe algún restaurante ruso, y quizá hasta exista alguno georgiano.

¿Que dónde está Georgia? Mira en el mapa entre Rusia y Turquía, entre los mares Negro y Caspio, y allí lo tienes. Y Tiflis es su capital, aunque algunos, ahora, la llaman Tbilisi. Lo de los platos lo dejo para otra entrada, y lo del sistema de encriptación es, obviamente, secreto de sumario.

Esther Hhhh dijo...

aaaaaaaainnnnnns pues sigo investigando tu sistema de encriptación, que te conste, y si recuerdas algo de mi juventud, seguro que recuerdas que era muy testaruda, condición que no he perdido, jejejejejejeeje..
Oye, pero Georgia fue alguna vez de la URRS ¿no? joe que despiste llevo de política mundial, y de geografía ni te cuento, voy a tener que viajar más, por cierto, que ahora que lo dices Georgia suena bien, voy a ver a que precio andan los vuelos..
besos

Alfor dijo...

Sí, señora. Georgia fue parte de la URSS entre 1921 y 1991, y antes había sido parte del Imperio Ruso entre 1801 (aunque la anexión no se completó del todo hasta 1878) y 1918. Fue independiente entre 1918 y 1921, y también lo había sido hasta 1801, desde tiempo inmemorial.

Lo de los vuelos me temo que no va a ser fácil, ni barato, pero, si consigues algo, al menos tienes la ventaja de que no necesitas visado.

En cuanto al sistema de encriptación, busca, busca...