sábado, 27 de mayo de 2006

El peregrino en su patria (I)

Al que conozca algo la literatura española del siglo XVII les sonará el título de la entrada, y es que nada mejor que situarse bajo el paraguas del Fénix de los Ingenios, y más cuando el título de su novela bizantina viene que ni pintado para lo que quiero expresar: y es que cada vez hay menos peregrinos, o quizá es que cada vez hay menos patrias, una de dos.

En 1995, después de una larga estancia en Moscú, volví a España y no recuerdo haberme encontrado nunca tan fuera de juego como entonces. A la incertidumbre laboral, existencial y de todo tipo que de por sí representa cualquier retorno, se añadieron unos cambios de lenguaje que no acertaba a explicar. Me encontré con un amigo, del que evidentemente no sabía nada desde hacía tiempo:

- Pero, Dios mío, ¡cuánto tiempo sin verte!
- ¡Alf, pecadorrr! - así, arrastrando la erre.

Me quedé perplejo. No porque no tuviera razón mi amigo, que como hombre imperfecto soy pecador, desde luego, pero eso de espetármelo a la cara después de varios meses sin vernos no lo veía yo claro.

- ¿Te pasa algo? - le pregunté, no fuera a ser que se hubiera hecho evangelizador o moralista sin yo saberlo, aunque no parecía el tipo de persona capaz de meterse en ésas.
- Jarrrr, claro que no, pecadorrr de la pradera. No puedo, no puedo... - y daba unos curiosos pasitos adelante y atrás.
- Oye, que soy Alf... ¿a qué pradera te refieres?

Mi amigo me miró como si fuera de otro planeta, y he de reconocer que algo de eso había. Yo me empecé a sentir incómodo.

- Tengo un poco de prisa, es que acabo de llegar y tengo muchas cosas que hacer.
- Nos vemos -dijo- ¡Hasta luego, Lucas!

"¡Ya está! Eso es que el tío me ha confundido con otro, que debe llamarse Lucas y ser especialmente pecador."

Al cabo de unos días, vi a Chiquito de la Calzada en la televisión y ya la cosa se aclaró, pero, leches, qué mal lo pasé al principio, con toda España, pero toda, haciendo el indio con las muletillas de Chiquito. Es que había gente que sólo utilizaba las muletillas (con lo cual, todo sea dicho, en algunos casos incluso hubo quienes mejoraron su vocabulario y sus modales).

Entretanto, han pasado poco más de diez años, y hay que ver lo que han cambiado las cosas en tan poco tiempo. Las comunicaciones, internet... ahora el peregrino está en contacto casi permanente con su patria, y el que no sabe de pe a pa todo lo que ocurre por allí es porque no quiere. Así, sin ir más lejos, esta mañana he dado un traspiés, he estado a punto de caerme y no he podido evitar decir:

- ¡Opaaaaaa!

Y Ame, con su media lengua y sus menos de dos años y medio, me oyó, vino corriendo a mí, me miró muy serio con sus ojos azules y me dijo lo mejor que pudo:

- Ovi hasé corrá.

3 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

¿Y sabes que me ha venido a la memoria leyendo tu artículo?¿Tú recuerdas cierto periódico, publicado por los jóvenes de cierta parroquia, del que además de los artículos habría que destacar la encomiable labor del escribano que con delicada paciencia y primorosa letra la más puro estilo de fuente tipo Arial, hacía las veces de imprenta?
Y dirás ¿y qué tiene que ver? pues simplemente porque se me encendió la luz, no sé si por el amigo al que nombras, o por el artículo en si.
Y he de reconocer, aún con lágrimas en los ojos, y no por la emoción del recuerdo, si no más bien por la risa que ha provocado la respuesta de Ame, que este blog empieza a tener cierto saborcillo de aquel periódico que todos esperabamos con impaciencia.
Tienes razón, tenemos la costumbre en este país de quedarnos con lo más deplorable del lenguaje humorístico. Hace años Chiquito estaba en boca de los que se creían más "in" (he de reconocer con orgullo que yo no fui una de ellos pues nunca me gustó el humor de chiquito).
En los últimos tiempos hemos hablado como los de Goma Espuma, hemos imitado a los Morancos y a Cruz y Raya, y el último Hit discotequero no es Bob Sinclair y su Love Generation que, dicho sea de paso, tiene calidad (tal vez sea esta la razón) si no el Koala y su "opa, vi assé un corrá" o como quiera dios que se escriba.
En fin, Gracias a Dios o al Diablo (¿recuerdas ciertas cartas con aires medievales? eso me acaba de venir a la memoria también) Internet nos facilita el contacto y la información, lo cual está muy bien porque te ayuda a recuperar a viejos amigos y a mantener el contacto con otros. Facilita la comunicación entre personas que apenas si se conocen, acerca a familiares que están lejos, y en general, nos hace el mundo más pequeño, si cabe. No está mal, la verdad...
Besos

Alfor dijo...

Eeehhh... el "Acampada News" y el "Acampada Sports", nada menos, los panfletillos parroquiales alternativos. Pues todavía conservo los originales, bastante amarillentos por cierto, pero es que los años no pasan en balde ni para el papel. Alguna vez que he pasado por Valencia los he leído y tienen gracia y todo. Pero aquello era mucho más difícil, aunque sólo fuera porque era trabajo totalmente artesano, desde los guiones a escote entre Chimo y yo, hasta las letras góticas de la cabecera, pasando por el tipo de letra que yo no tenía ni idea que fuera Arial, pero, ahora que lo dices... Era un buen proyecto aquél, si le encuentras parecido con éste, es que éste está bien. Gracias por el piropo, sólo falta Chimo en el equipo de redacción.

A ver si les echo un vistazo la semana que viene, que, si Dios quiere, estaré por allí.

Esther Hhhh dijo...

Pues a ver si es verdad, y de paso a ver si te dejas ver, que será todo un placer ver a Miles Gloriosus por aquí, jejejeje...
Ah por cierto ¿y conservas nuestras cartas de verano, aquellas con cierto saborcillo medieval, entre la más alta nobleza de la Ribera y la Safor?
Besos...