viernes, 11 de abril de 2014

Más sobre Crimea

Vaya cachondeo que se lleva la gente con lo de Crimea. Y más vale que sea cachondeo, porque, el día que todos nos pongamos serios, seguro que la guerra está a punto de estallar. Mientras haya gente a la que le dé la risa, aún hay esperanza.

La cosa ha ido rápida, pero ha sido poco sangrienta. "El País", un periódico español cuyos redactores se caracterizan por un adorable maniqueísmo y porque, en su concepción del mundo, Putin (y las iglesias católica y ortodoxa, por este orden) es el culpable de todos los males, sólo sabe publicar artículos serios. El otro periódico progresista y comecuras español, que es "El Mundo", por lo menos no tiene tan necesariamente claro que Putin tenga rabo y cuernos y publica cosas más graciosas. Ésta, en mi opinión, se lleva la palma.

¿Y las sanciones? Occidente ha reaccionado con indignación y ha prohibido entrar en su territorio a gente como el jefe de los ferrocarriles rusos. Probablemente esperan que eso haga descarrilar próximamente la economía rusa.

Menos mal que la reacción de los honrados comerciantes rusos no se ha hecho esperar. Eso sí, tiran más alto.


Traducción: SANCIONES. El presidente de los EEUU Barack Obama queda privado del derecho a entrar en la tienda "Myod". Firmado: La dirección de la tienda "Myod".

Por cierto, la tienda existe, y la miel que venden debe estar buenísima. Obama se lo pierde, el pobre.

En la familia, como ya dije en su día, la generación más joven está radicalmente a favor de la anexión de Crimea, y de Ucrania entera, si se produjera. Eso les genera la incomprensión del resto de su políticamente correcto colegio, donde hay, además de españoles, gente de muchos sitios, incluida una línea educativa en polaco a la que asisten, en buena lógica, polacos. Los polacos no son muy amigos de los rusos. Les acusan de minucias como haberse repartido su país tres veces, una agresión por la espalda, alguna que otra represión, la colectivización del siglo XX, unas cuantas guerras a lo largo de varios siglos, genocidios diversos... y claro, hay quien se queda resentido y apoya a cualquiera que se oponga a Rusia. Lo que pasa es que Abi y Ro, sobre todo ésta, después de coser a preguntas a su padre en cenas sucesivas, se conocen la historia de la región poco menos que de pe a pa y tienen algumentos para todo, y desde luego para dar sopas con ondas a los polacos que se les opongan.

Por lo demás, el otro día me encontré con una lobista ucraniana, jovencita ella y no mal parecida (esto último debe ser fundamental en todo lobista que pretenda conseguir algo), que se presentó en una comida donde otras quince personas hablábamos en ruso y donde, por tanto, podía suponerse que la anexión podría encontrar alguna simpatía. La chica, profesional ella, comenzó a poner a Rusia a los pies de los caballos, acusándole de todo lo malo que les ha pasado, como si Yulia Tymoschenko fuera una ninfa inocente que jamás ha hecho negocios ilegales. A mí, que no suelo hablar de política, y desde luego menos aún en las comidas pretendidamente relajadas, me pareció desagradable y fuera de lugar, pero los lobistas me temo que son así y no consiguen ver que, además de su postura, hay gente en otro campo.

A todo esto, yo no sé qué piensan los ucranianos de todo esto, pero a mí lo que me parece es que, si esperan que la Unión Europea o los Estados Unidos les saquen las castañas del fuego, van aviados. A Estados Unidos lo único que les interesa son sus inversores, sobre todo en el potencialmente impresionante sector agrícola ucraniano, y tenían bastante interés en derrocar a un gobierno que, con todos sus incontables defectos, jamás hubiera privatizado la tierra, y sustituirlo por otro que no va a tener más remedio que vender el país al mejor postor, tal y como está de desesperado. A Rusia lo que le interesaba era Sebastopol y su base naval. Ya la tiene, sin arrendamientos ni leches, y yo diría que lo que está pasando a continuación en otras regiones no es que le venga mal del todo, pero no es de su interés prioritario, aunque claro, si a bodas me convidan...

Creo que todavía nos divertiremos bastante con este asunto. E, insisto, más nos vale, porque en cuanto nos pongamos serios, la guerra (la de verdad) es inevitable.

2 comentarios:

Fernando dijo...

Bueno, ya sabemos que la generación más joven de tu familia le ha abierto los brazos a Crimea, ¿pero y la no tan joven? Yo te doy mi opinión: Putin va a dejar que se hunda Ucrania, Estados Unidos va a conseguir que Ucrania (o lo que quede de ella) entre en la OTAN y la Unión Europea va a pagar las facturas para sostener la economía ucraniana "ad majorem imperii gloriam". El movimiento ruso para quedarse con Crimea y asegurar la base de Sebastopol era de libro.
Saludos

Alfor dijo...

Fernando, básicamente estoy de acuerdo contigo. La cosa llama a más reflexiones, y en eso estoy, a la espera de tener tiempo para plasmarlas por escrito.