sábado, 24 de agosto de 2013

Astracanadas

Astracán es una ciudad rusa, situada no demasiado lejos de la orilla del Mar Caspio, que no había visitado a lo largo de los tres lustros largos que estuve viviendo en Rusia, y que, ironías de la vida, he ido a visitar ahora, después de mudarme a Bruselas.

Astracán es famosa por tres cosas. La primera y principal es el caviar negro, pero eso va a tener que esperar, porque hay una moratoria de lo más estricta y ojito con pescar un solo esturión. Si uno va de legal y no quiere saber nada del contrabando, lo suyo es contentarse con el caviar rojo, de salmón. Es lo que hicieron mis compañeros de viaje, europeos ellos occidentales, para regalar a sus secretarias y para su propio goce y disfrute, por mucho que yo les dijera que julio es una época pésima para el caviar rojo y que hay que esperar a octubre y noviembre, que es cuando el salmón ha desovado y el caviar llega fresco.

- Entonces, ¿qué llevo? - te preguntan.
- Esto... no sé... ¿alforfón?
- ¿Qué es eso?

Y uno va por el supermercado, busca el alforfón, lo encuentra y se lo enseña a los acompañantes.

- ¿Esto es... alforfón? - te preguntan.
- Sí. Es muy sano - y añades, en francés: - L'aliment de l'avenir, et la nourriture de l'homme supérieur.

Tus compañeros se creen que estás de coña (y con razón) y se llevan el caviar rojo, que no tiene ningún misterio, saben lo que es y, por si fuera poco, con esas letricas en cirílico no cabe duda de que es ruso y queda monísimo en Bruselas para ofrecer a la secretaria, a la amante... El alforfón, en cambio, es algo sospechoso, cosa de comunistas o eso. Se liga poco ofreciendo a la amante un kilo de alforfón.

Además de por el caviar negro, Astracán es famosa por sus pieles... de Astracán, que se sacaban de los fetos de los animalicos. Alguien pensó que eso no estaba muy allá, y comenzó a dejar nacer a los animalicos, para desollarlos a los dos o tres días, que es lo que hacen ahora. Claramente, el día que los verdes o los catalanes antitaurinos manden en Astracán, van a mandar la producción local de Astracán a hacer gárgaras. A la mujer de uno de nuestros acompañantes, que venía de polizón, se le ocurrió que en Astracán podría comprarse un abrigo o un gorro... en julio, con una temperatura achicharrante de treinta y cinco grados.

Era algo tremendo lo de entrar en las tiendas, preguntar si no tendrían abrigos y ver la cara de los dependientes, con el ventilador a todo trapo, mirándonos con cara de pensar que nos estábamos quedando con ellos.

- ¿Un... abrigo? ¿Ahora?
- Sí, ¿no le queda nada?

La tercera cosa por la que Astracán debería ser famosa, al menos en España, es por las astracanadas ¿Qué es una astracanada? Es una obra de teatro en la que se busca la comicidad como sea, aun a costa de decir barbaridades. La mejor, con diferencia, es una obra ya clásica, La venganza de Don Mendo, de Pedro Muñoz Seca ¿Y por qué se llaman así? Porque son obras tan ridiculas como un ruso en España vestido con un abrigo de Astracán. En cualquier caso, eso es un invento español que no tiene absolutamente nada que ver con la ciudad.

Pero bueno, ya que estamos aquí, y que estamos acompañando a gente bastante importante, a las que les reciben gobernadores, alcaldes, y gente así, vamos a ver el principal monumento de la ciudad: el Kremlin, que es el más meridional de todos los kremlins rusos.

Pero eso será mañana, porque hoy se hace tarde.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan los verdes que me dicen, comiéndose buenas chuletillas de cordero, que soy muuuuu cruel, ya que tengo un abrigo de astracán :)

Inmi

Alfor dijo...

Inmi, ¡eres crueeeeel! :D