martes, 22 de enero de 2013

El actor bipátrida

El señor de la foto, conocido actor fra... digoooo, ruso, se ha echado el mundo por montera posando muy ufano con un pasaporte ruso que le ha ofrecido nada menos que el mismísimo presidente Putin. La verdad es que la historia será ridícula y hasta tendría gracia si no pusiera de manifiesto el despropósito en que estamos viviendo todos, rusos, franceses, belgas, tirios y troyanos.

Primer punto. El nuevo presidente francés, François Hollande, se saca de la manga un tipo del impuesto sobre la renta específicamente para las gentes que segurísimo que no van a pasar estrecheces en toda su vida, salvo cuando engorden (aún más) y no quepan en el traje que venían usando. El tipo del impuesto es, toma ya, del 75%.

No conozco la Constitución francesa, pero en España un tipo como ése tendría muy poquitas posibilidades de salir adelante, básicamente porque la Consti (española, en este caso) prohíbe que los impuestos sean confiscatorios, y un tipo del 75% se las trae. Que yo recuerde, a lo más que se llegó en España fue a un 56% de la renta universal, que tampoco está nada mal, no vayamos a creer, juntando la cuota de los impuestos de renta y del patrimonio (mientras lo hubo).

En Francia tengo entendido que la cosa no está clara. Algún que otro supermillonario, sin embargo, no lo ha entendido así y ha decidido poner pies en polvorosa. Estoy convencido de que muchos lo han hecho de forma discreta y sin armar ruido, que es como deberían actuar, por su propio bien, los que tienen el dinero por castigo.

Otros, no.

Otros han berreado a bombo y platillo que, ante tamaño sablazo fiscal, se iban de Francia y que pagara Rita a esos tipos. Todos conocemos algún caso sonado, que por cierto le ha venido bien al Gobierno francés para encontrar un enemigo, que es lo que sueñan todos los políticos que tienen que tomar medidas impopulares. Pero el caso más sonado ha sido el de Dépardieu, el señor de la foto que ha interpretado a Cyrano de Bergérac y a Obélix, entre otros papeles memorables, y que no sé quién se extraña de que quiera ser protagonista también en esta película.

A Dépardieu no le ha bastado con abandonar Francia e irse a vivir a un pueblecito de Bélgica a un kilómetro de la frontera, mejorando con ello la seguridad vial en amplias zonas de Francia. No, Dépardieu ha ido más allá y, en un gesto teatral, lo cual obviamente le venía al pelo, ha aparecido con un pasaporte ruso otorgado por Putin, lo cual, incidentalmente, entiendo que supone renunciar al francés, porque, hasta donde yo sé, no hay convenio de doble nacionalidad entre Francia y Rusia, pero igual puede mantener las dos y nadie hace preguntas, no sé.

¿Cumplía Dépardieu los requisitos para obtener un pasaporte ruso? ¡Qué va! No cumplía ninguno. Su única relación con Rusia parece ser que su padre era comunista, y se ha pasado por el país una vez por lo menos a rodar una película, y otra para recoger el pasaporte. Mis hijos, sin ir más lejos, llevan en Rusia desde que nacieron (y allí siguen hasta hoy), hablan ruso sin el menor acento... y no tienen ninguna posibilidad de obtener un pasaporte ruso.

Dépardieu sí, porque el Presidente ha hecho uso de su poder de discrecionalidad (que también usan los demás países, no vayamos a creer) y ha dicho que se lo da por las buenas. Recuerdo una vez, hace nueve años más o menos, en que concedió la ciudadanía rusa a un tal John Robert Holden, que tiene nombre de espía de novela, pero que en realidad es un jugador de baloncesto no muy alto, pero muy bueno, hoy retirado, que fue seleccionado por la selección rusa y que nos birló un campeonato de Europa al meter un canastón a falta de dos segundos para el final de la final. Maldición. Curiosamente, Holden sí tiene doble nacionalidad rusa y gringa, por si acaso. Pero Holden, al menos, llevaba ya algún tiempo residiendo en Rusia antes de que le dieran el pasapa.

Lo de Dépardieu deben ser puras ganas de jorobar. Los diez días antes de fin de año que pasé en Moscú, y que él se pasó viajando por el país, no parecía sino que le estuvieran dando honores de jefe de Estado. Noticia por aquí, noticia por allá ¡si casi salía más que Putin! Desde luego, mirándolo como operación de imagen, y después de la pésima gestión de relaciones públicas del asuntillo de las Pussy Riot, a Putin esto de que venga Dépardieu a hacer el teatro le ha venido de cine.

Y digo que deben ser puras ganas de jorobar porque no creo que sea para ahorrarse impuestos. Es verdad que el impuesto ruso sobre la renta es del 13% y que eso es el mejor tipo impositivo en todo el mundo que podría figurarse alguien con los riñones tan bien cubiertos como los suyos.

El problema es que, en Francia, en Rusia y en todos los sitios que conozco, y salvo casos excepcionales de diplomáticos y gente así, pagas impuestos no en el país cuyo pasaporte tienes, sino en el de residencia, y no veo yo a Dépardieu, por muchas alabanzas que le haya dedicado, dejando Europa Occidental para irse a vivir a Rusia.

A ver si la cosa tiene continuidad, porque, desde el punto de vista de un jurista, me ha venido a la cabeza enseguida el caso Nottebohm y que ahí podría haber carnaza. El que quiera ver la versión completa y sepa francés e inglés, lo tiene ahí.

Y yo me voy a ver si enfado también a Hollande y me cae un pasaporte ruso, a ser posible diplomático, que ya estoy harto de la murga del visado para entrar en Rusia.

3 comentarios:

Fernando dijo...

Hola Alfor,con tu permiso quisiera exponer mi punto de vista sobre el caso Dépardieu:
- Un impuesto del 75% es confiscatorio por muchas veces que repitan la palabra solidaridad en el gobierno francés.
- Lo del pasaporte ruso de Dépardieu es una pataleta por un impertinente comentario del primer ministro francés (le llamó sabandija), unido al hecho de que tiene buenas relaciones con la élite rusa desde hace tiempo. La prueba es que va a vivir en Bélgica y no podrá beneficiarse del 13% de impuesto sobre la renta de Rusia.
- Esta historia no va a beneficiar a Putin, solo servirá para que demonicen a Dépardieu. Ha roto el discurso occidental contra Rusia y eso se paga. Ya le han empezado a relacionar en supuestos intereses con el dirigente checheno Kadirov.
Para alcanzar ya el esperpento, el alcalde del municipio belga donde Dépardieu piensa instalarse, ha anunciado que en la fiesta de bienvenida (le hacen una a todo millonario francés que se instala allí) piensa vestirse de Astérix.
Saludos

Alfor dijo...

Fernando, totalmente de acuerdo. Aquí, el que está haciendo su agosto es Bélgica, concretamente Valonia, y más concretamente la comuna de Néchin.

Dépardieu ya llevaba tiempo haciendo cosas raras, porque realmente estuvo con Kadírov, y no estoy yo muy seguro de que Kadírov sea buena compañía para nadie. Pero yo sí creo que el caso le va a venir bien a Putin, por lo menos internamente, que es lo que realmente le importa.

Miguel dijo...

bueno, con Kadirov estuvieron muchos, incluido Van Damme, Vanessa Mae, Hillary Swank, Seal y muchos otros en su fiesta de cumpleaños en Grozny...

vamos, que el impresentable gordinflon no fue el unico...