lunes, 25 de enero de 2010

Aduanas

Las aduanas rusas son el quebradero de cabeza más frecuente de quienes, por hache o por be, desempeñan su profesión o ejercen actividades en Rusia. Ese guardían de la frontera, ese cancerbero de lo eslavo, siempre está dispuesto a sorprendernos con nuevos requisitos, con trámites inesperados, con travesuras a cual más juguetona.

El Servicio Federal de Aduanas es el organismo que se encarga de mantenernos entretenidos a sus seguidores. Este organismo, y en particular su departamento jurídico, no pierde ripio de lo que cuece en los escalones superiores del poder, pero parece tener una manera particular de ver las cosas. El procedimiento funciona, o aparentemente funciona, de la manera que sigue:

1. Un organismo gubernamental con competencia para ello aprueba algo. Lo que sea.

2. El Servicio Federal de Aduanas, nunca suficientemente ponderado, podría decir durante la tramitación las consecuencias que tiene la aprobación de ese "algo". Pero, en lugar de decir algo en voz alta y recia, parece que lo dice por lo bajinis, y como frontándose las manos pensando en el jaleo que se va a montar.

3. Justo antes de que ese "algo" entre en vigor, el Servicio Federal de Aduanas lanza su munición de golpe en forma de tropecientas órdenes de desarrollo de eso que va comenzar a aplicarse. Como resultado de esas órdenes, los oficiales de los distintos puestos de aduana se llevan las manos a la cabeza, comienzan a estudiarlas, y todo se para unos días.

4. Se me olvidaba decir que la fecha favorita del Servicio Federal de Aduanas para que entren en vigor sus circulares es el 1 de enero. El 1 de enero las sorpresas son mucho mayores y la diversión no tiene límites y, por si fuera poco, los siguientes diez días son festivos, con los que puedes tomar las de Villadiego y no dar ninguna explicación hasta que la gente haya vuelto. Además, el 1 de enero sueles pillar a todo el mundo con la guardia baja: ha terminado el año, se ha cerrado el ejercicio, y mucha gente respira aliviada pensando en los días de asueto que te puedes pillar.

5. Entonces, ¡zas!, es el momento ideal para que el Servicio Federal de Aduanas haga una de las suyas. Si no estás en el ajo, resulta muy divertido. Cuando lo estás, se te queda una sensación de impotencia del quince, pero, claro, si no tienes sentido del humor y no te ríes con la broma, pues no haber venido.

6. La peña se da cuenta el 11 de enero, o así, de que algo pasa en frontera y de que los teléfonos móviles, por poner un caso actual, se están poniendo por las nubes porque todo lo que iba a entrar está detenido en los puestos fronterizos. Entonces pone el grito en el cielo, mientras el Servicio Federal de Aduanas pasa por el lado silbando y, como mucho, dice que eso ya se veía venir, que la normativa lleva diez días en vigor y que ellos sólo cumplen la normativa superior que tienen que aplicar.

Este año, la sorpresa del 1 de enero ha sido la unión aduanera entre Rusia, Bielorrusia y Kazajstán. Se suponía que ello podría simplificar las cosas, al haber un arancel único, entre otras cosas, pero, como sabemos los que llevamos aquí algún tiempo, no merece la pena simplificar las cosas, pudiendo complicarlas.

En este guirigay indescriptible, que no hay quien entienda, a alguien se le ha ocurrido que no sabe mucho de aduanas y que estaría bien que alguien le instruyera (bueno, a él y a los compañeros de trabajo que lo deseen, menos mal). Y aquí se produce un error fundamental por mi parte. Bueno, últimamente estoy atravesando una racha calamitosa y estoy metiendo la pata a diario, pero, con mi experiencia, en cuanto salió la idea de que alguien diera una charla sobre aduanas, debí haber dicho que a mí también me hacía muchísima falta y que yo también quería asistir.

Pero no lo dije.

M**rd*.

Bueno, tengo tres días para preparar algo.

6 comentarios:

Dornil Tackerton dijo...

Efectivamente, desde la barrera es SUPER divertido.
Yo mande una vez un sello (un tampón) por DHL. Tres meses despues me vino devuelto.
También una estación topográfica. Tres meses despues fue devuelta.
En fin, la lista no es enorme porque en seguida se buscaron otros cauces, por ejemplo, preguntar en la oficina "¿tu vas a Rusia esta semana¿ ¿y vas a facturar? Es que tengo por aquí ...

Anónimo dijo...

Me he empezado a reír exactamente en el punto 5.

Behemoth dijo...

Jajaja hay que joderse con la burocracia soviética.

Pues no sé qué decir, quizás es algo muy divertido desde fuera, yo no he tenido unos problemas exagerados para ir a Rusia, ciertamente la empresa se ocupaba de la mayoría del papeleo y tal, pero tuve que hacer cosas yo y efectivamente, todo eran pegas, sentido del humor y paciencia.

Te digo Alfor, que sea como fuere, todas las épocas malas han sido señales premonitoras de unas épocas de prosperidad y crecimiento. Espero que dejes de meter la pata y todo te vaya a mejor dentro de poco, no creo en ella demasiado, pero te deseo la mejor suerte del mundo Alforfón.

Albert el papú dijo...

Ya te digo, yo una vez pase 14 latas de caviar en la maleta sin problemas y en cambio, una vez yo crei que me metian en la carcel por una cosa de electronica chorra que llevaba en la maleta. No veas que cague...

Como curiosidad, te dire que ayer cruce la frontera terrestre entre Italia y Slovenia y hubo control de pasaportes y toda la pesca con militares armados y miradas asesinas... Alli en Rusia estan fatal, pero aqui en europa yo no se ni como estamos...

Kinoforov dijo...

Obocelibel!!! el caso de la estación topográfica fue algo calamitoso ... se manda desde Riga por DHL (también podían haber preguntado antes!!!). El caso es que tras largas gestiones no se consiguió desaduanar el equipo; la lista de contenidos no concordaba con la realidad (claro! a quién se le ocurre no detallar los bolígrafos en la lista!!!). Tras 3 meses, la estación se devuelve a Riga.
Solución: compramos un billete de avión a nuestro querido topografo, llegó a Riga, pasó el fin de semana en casa (es letón) y, a la vuelta, se trajo la estación como equipaje de mano ... FIN
Muchos pensaron: hay que fastidiarse! (por no decir otra cosa).

Alfor dijo...

Obocelibel, los sellos son una cosa delicadísima en Rusia, con lo que no se puede traficar así como así. Y, hasta hace poco, los redondos estaban sujetos a registro obligatorio.

No me extraña que no lo dejaran pasar ¡La de maldades que podrían hacerse con él!

Anónimo, dichoso usted...

Behemoth, bueno, si la empresa se encargaba de casi todo, la cosa mejora. Pero, claro, en la empresa alguien tendría que ocuparse de pelearse con la gente local.

Al'bert, yo me sé de algún caso que llevaba más caviar de la cuenta y tuvo que darse un atracón allí mismo. O eso, o dejárselo a los probos aduaneros que se lo habían interceptado. Y eso nunca.

Kinofórov, lo de la estación topográfica y los bolígrafos es clavado a un caso que me toco sufrir a mí. A ver si hago memoria y lo relato.