domingo, 8 de diciembre de 2024

Tras las elecciones

Las elecciones municipales terminaron hace un par de meses, y yo me quedé con las ganas de escribir una entrada postelectoral sobre los candidatos que habían salido elegidos y, sobre todo, sobre los que no habían salido elegidos a pesar de habérselo currado.

Habérselo currado, en mi caso de no participación electoral ni de seguimiento más que superficial de la campaña electoral, significa haberse tomado la molestia de dejar un pasquín en mi buzón, cosa que hicieron cuatro candidatos. Dos de ellos fueron de la lista del alcalde (bueno, el burgomaestre, si se quiere, pero es que queda muy pedante), y dos de la lista de los "Comprometidos". La única que salió elegida es la de la foto, que atiende por Marion Van Offelen. La foto la he obtenido de la página web del ayuntamiento y, al menos a mi parecer, es significativamente peor que la del pasquín, lo cual me lleva a pensar que la señora ha envejecido considerablemente en los dos meses que han transcurrido entre el buzoneo y la toma de fotos oficiales. En ningún momento se me ha ocurrido que la foto del pasquín estuviera retocada para aparentar más lozanía, porque ya se sabe que los políticos no mienten nunca.

Pero claro, la señora Van Offelen era la décima de la lista oficialista, que ha obtenido un número sensiblemente superior de concejales (19), así que su elección no ha sido una sorpresa. Los otros tres candidatos que me dejaron sus respectivos pasquines en mi buzón eran candidatos relativamente peor colocados, pero una de ellas, Juliette Absil, una niña de 25 añitos recién licenciada en Derecho, la quinta de la lista de los Comprometidos (que han obtenido cuatro), parece que esperaba formar parte del gobierno municipal, así como el sexto, de nombre Eric Cabaret (reconozcamos que el apellido no parece muy serio). No creo que ninguno de los dos se enfade por revelar sus datos personales, porque en el pasquín viene su dirección de correo electrónico y hasta su teléfono móvil. Puesto a revelar la intimidad de uno, la señora Van Offelen también metió su dirección, pero éstos dos no llegaron a tanto.

El resultado de los dos candidatos comprometidos no ha sido muy alentador. Evidentemente, trataban con su campaña de obtener lo que se llama votos preferenciales, porque ya dijimos que en Bélgica las listas son cerradas, pero no totalmente bloqueadas. Eric Cabaret, a pesar de su campaña, apenas obtuvo votos preferenciales, muy por debajo de casi la totalidad de los candidatos de su lista. He escrito que a pesar de su campaña, o quizá a causa de ella, vaya usted a saber, porque dejó claro en su pasquín que era discapacitado, y la gente parece que es muy solidaria de boquilla, pero menos proclive a ella cuando se trata de que rijan tus destinos.

En cuanto a Juliette Absil, ha obtenido algún que otro voto, pero le ha adelantado la séptima de la lista, que se convierte en concejal gracias a los votos preferenciales. Juliette, ya la tuteo y todo, a fuerza de ver su foto por ahí, se ha quedado como tercera suplente, incluso por debajo de su posición natural, por lo que va tener que dimitir bastante gente para que ella entre en el consejo municipal.

En fin, que queda por analizar lo que consiguió la cuarta de las candidatas que me hizo llegar su pasquín y que pertenece a la lista del alcalde y seguro que va buscando acomodo en el sector público. Ya puestos, quizá no estaría de más una entrada para explicar cómo se atribuyen los escaños en Bélgica, cosa que es toda una ciencia.

Pero eso será en otra ocasión, porque hoy se hace tarde.

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