No hacía ni un día de la entrada anterior, en la que me choteaba un poco de las intenciones de mi suministrador de gas y electricidad de hacerme anticipar los pagos de mi consumo (porque pagar, antes o después, voy a pagar lo que me toque), cuando me ha llegado un mensaje aún más terminante.
Mi compañía de mis amores, Engie-Electrabel, considera que mi pago fijo mensual de 112 euros es bajo. Cree que, hasta diciembre, debería pagar algo más, porque el coste de mi consumo supera esa cifra ¿Qué cómo lo saben? Claaaaro, gracias a la aplicación Boxx, que mide constantemente mi consumo.
La aplicación, a la que (¡qué menos!) yo también tengo acceso, me dice que en 2022 mi consumo de gas ha llegado sólo hoy a la mitad de todo lo que gasté en 2021, y quedan menos de dos meses y medio para terminar el año (de los que al menos entre tres y cuatro semanas no voy a estar por casa). La electricidad no llega a semejante nivel, pero sí parece claro que no voy a llegar ni de lejos a los niveles de consumo de 2021, a no ser que me vuelva loco y comience a poner todos los electrodomésticos en marcha y a encender todas las luces.
Sin embargo, mi monopolista de cabecera sugiere que recapacite y que pase de un pago mensual de 112 euros a otro de 326 euros, hasta diciembre. Prácticamente quieren que lo triplique, tú.
Que yo ya sé que el precio de la energía ha subido, pero a mí me sigue pareciendo que me quieren hacer pagar por anticipado, y eso que ya tienen en la caja. La cosa se pone emocionante, porque en diciembre llegará el balance anual, y ya veremos en qué consiste el asunto.
Yo voy a dejar las cosas como están, firme en mi propósito de no creer una palabra de lo que diga un monopolista, pero voy a apartar unos eurillos para hacer frente a lo que pueda venir, que, si no, luego, todo son apreturas y prisas, porque se haya hecho tarde...
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