Uno pensaría que la tercera lengua más hablada en Bruselas sí que sería el flamenco, pero parece que hay estudios que apuntan a que, en realidad, la tercera lengua más hablada por aquí es el árabe. Quizá no en Uccle, municipio de alto postín en el que uno de cada diez habitantes son franceses que huyen de los impuestos franceses, pero desde luego sí en lugares como Molenbeek o Schaarbeek, en los que los letreros están en árabe directamente, o en Anderlecht. En Anderlecht estuve hace unos días en un centro comercial y buena parte de los clientes, familias claramente musulmanas con mujeres con pañuelo, hablaban entre ellas árabe sin el menor problema.
El flamenco podría estar en el cuarto lugar, incluso diría que en competencia con el castellano. Porque sí, si uno se empeña, en Bruselas se puede vivir en castellano posiblemente con menos problemas que en.. no sé, Sueca (sí, estoy siendo injusto), o algún municipio de la Cataluña (muy) profunda.
Pero el flamenco es el idioma más hablado de Bélgica. Sin ninguna duda. La mayoría de la población vive en Flandes, donde el francés no es oficial y es directamente odiado por una parte considerable de la gente, que vota a partidos independentistas y, a veces, muy independentistas con ribetes racistas. A esa parte le sienta fatal haber perdido Bruselas para la causa flamencófona, cuando en el pasado, pero cada vez más pasado, el flamenco era la lengua más hablada en esta ciudad.
De esto ya hablamos aquí, cuando empecé un segundo intento de estudiar flamenco. Y aquí, cuando lo continué. Y seguimos hablando aquí, cuando mi nivel, a medida que iba pasando niveles, empezó a ser suficiente para comunicarme. Finalmente, terminé todos los niveles de neerlandés y me puse a utilizarlo a troche y moche, como vimos cuando me puse a espantar moscones publicitarios (bueno, con una excepción), o a poner a prueba a las autoridades sanitarias belgas, o a cierto vecino un tantico insidioso, o cuando me tocó hacer de San Pedro.
Y vimos que el neerlandés abre puertas, y hasta controles de seguridad. Lo que no hemos visto hasta ahora es que mis progresos con el neerlandés me han llevado a comprar una novela en este idioma y (lo que es más difícil) a leerla y a entenderla, con lo que estoy en una nube. Pero la novela se terminó y yo me dije que iba a continuar con las prácticas de lectura, ahora que ya se han terminado mis cursos.
Para eso, me dirigí a la que seguramente es la librería más importante de Bruselas, Filigranes, que en los últimos tiempos ha salido en las noticias locales por asuntillos más bien turbios, pero eso es otra cosa. El caso es que tienen libros. Entré, busqué por aquí y por allá y todo estaba en francés, hasta que, a pesar de ser un hombre, reconocí que no estaba avanzando nada y que necesitaba ayuda. Me dirigí a una dependienta:
- He estado buscando libros en neerlandés ¿Es que no tienen?
- Casi todo lo que tenemos es en francés. Las lenguas extranjeras las tenemos en el pasillo del fondo, al final del todo.
Me quedé mirándola con un poco de asombro.
- ¿Extranjera? ¿El neerlandés es una lengua extranjera?
- Bueeeno, usted ya me entiende. El caso es que los libros en neerlandés los tenemos con los de inglés, alemán, español...
Sí, sí, ya entiendo. Salí de la librería con las manos vacías, porque lo poco que tenían allí no merecía la pena, y me resigné a la perspectiva de que no iba a ser sencillo completar la biblioteca, a no ser que me decidiera a tomar el coche e ir a Flandes a comprar materia de lectura.
Naturalmente, esto no acaba aquí, pero la continuación tendrá que esperar a otro momento más propicio, no hoy, que se hace tarde.
2 comentarios:
Caray...entonces hablas varios idiomas
Alí Reyes, alguno que otro, sí. En Bruselas es bastante conveniente, porque hay de todo.
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