Por fin lo he conseguido. Después de años pegándome con el idioma, el mes pasado logré el certificado que avala que he alcanzado el nivel B2 de neerlandés, es decir, el nivel mínimo para poder trabajar en dicho idioma que, así como el que no quiere la cosa, es uno de los tres idiomas oficiales de Bélgica. Ya puedo presumir de que tengo un nivel suficiente de todos ellos.
Y no es poca cosa, el neerlandés, idioma oficial en Flandés y en esta ciudad de Bruselas de mis entretelas. Es cierto que en Bruselas lo oía poco, pero eso yo lo atribuía a que la gente, al hablar conmigo, usaba el francés por deferencia, suponiendo que yo lo hablaría mejor. Qué majos...
Nada más obtener el certificado, me propuse usar el neerlandés todo lo que pudiera. Por ejemplo, hasta ahora, cuando me han llamado por el teléfono fijo, siempre era para venderme algo (o más bien para intentarlo).
- Soy el marchante de vinos de su barrio (Je suis le marchand de vins de votre quartier).
Hasta entonces, le contaba que era abstemio, y la conversación no llegaba ni a iniciarse, pero, ¡ja!, la cosa iba a cambiar.
- ¿Podemos hablar en neerlandés? (Kunnen we in het nederlands spreken?)
Ésta resultó ser una pregunta totalmente inesperada para mi interlocutor.
- ¿No habla usted francés? (Vous ne parlez pas français?)
- Sí, hablo un poco, pero el neerlandés es lengua oficial en Bruselas, y me gustaría hablarlo (Ja, ik spreek er een beetje, maar het nederlands is een officiële taal in Brussel, en ik zou graag het spreken).
Mi interlocutor colgó directamente. Y me dio la impresión de que no me había entendido ni tantico.
Claro, el sector de los vinos es muy francófono, pensé enseguida. Es incluso posible que el marchante de marras sea francés de pura cepa, no en vano se dice que en Uccle (¡No! ¡Ukkel!) viven cosa de diez mil franceses, que es como uno de cada nueve habitantes del municipio.
Pero el pequeño fracaso en mi primera conversación seria en neerlandés no iba a suponer que mi moral decayera. Efectivamente, poco después volvieron a llamar al teléfono fijo. Lejos de dejarlo sonar y que se cansara quienquiera que quisiera venderme yo qué sé, tomé el auricular con entusiasmo y dije:
- Met Alfor von Buchweizen.
Que es como en los Países Bajos, y supongo que también en Flandes, la gente responde al teléfono. Un día que no se haya hecho muy tarde igual es una buena idea escribir una entrada sobre cómo la gente responde al teléfono según el país que sea, sobre todo porque es algo que, con los móviles, se está perdiendo. Pero volvamos a nuestra conversación.
- Buenos días, le llamo de parte de Olga la Astróloga, que querría hablar con usted para anunciarle una buena noticia. Parece que va a recibir usted una importante suma de dinero. (Bonjour, je vous appele de la part d'Olga l'Astrologue, qui voudrait parler avec vous pour vous annoncer une bonne nouvelle. Il semble que vous allez recevoir une importante somme d'argent).
- ¡Gracias! ¿Podemos seguir el dialogo en neerlandés? (Dank u wel! Kunnen we de dialoog in het nederlands voortzetten?)
Mi interlocutora pareció confusa.
- ¿Acaso no habla usted francés? (Est-ce que par hasard vous ne parlez pas français?)
- ¿Quizá no habla usted neerlandés? (Spreken ze misschien geen nederlands?) - repuse veloz.
- No, no le entiendo, lo siento (Non, je ne vous comprends pas, désolée) - y colgó.
El sector de la adivinación parece también ajeno a un idioma de gente eminentemente práctica como los holandeses o los flamencos, pero ya podía Olga la Astróloga haber contratado una operadora que le sacara las castañas del fuego en las dos lenguas oficiales. Y, por cierto, vaya birria de adivina. Igual sus poderes de adivinación se limitan a la pasta que va a pillar la peña, y no a la lengua en que se comunican.
Inasequible al desaliento, resolví no dar mi brazo a torcer, pero seguiremos con ello en otro momento, porque ahora se hace tarde.
2 comentarios:
Buena idea el tema del neerlandés, lo probaré mañana cuando llame la de Jazztel...
Balugante, mano de santo, oye. Estoy seguro de que el valenciano también sirve.
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