Las medidas decretadas por el gobierno belga para luchar contra la pandemia han sido noticia en bastantes medios españoles, más que nada por la diferencia con las que ha adoptado el gobierno español. Así como en España, según me cuentan, hay una verdadera persecución policial para que los ciudadanos no salgan de casa, y ay de aquél que lo haga sin un buen motivo (y no hay tantos), aquí las cosas, al menos hasta ahora, son mucho más relajadas.
Aquí no hay que alquilar ningún perro para salir de casa, sino que está permitido salir a hacer deporte, eso sí, de manera individual. Podemos salir a correr o a rodar en bicicleta, pero, como mucho, de dos en dos, quizá acompañados por un amigo cercano. Entretanto, Bélgica debe creerse que es la más paladina en la lucha contra el virus, porque ha cerrado las fronteras terrestres con los cinco países con los que limita para el transporte de pasajeros. Las mercancías pueden seguir pasando, y más nos vale, porque Bélgica no es lo que se dice autosuficiente.
El miércoles, primer día de confinamiento, salí a correr, como hago todos los miércoles, por otra parte, y me encontré un número desusadamente alto de corredores. A ver, también salgo al menos otro día durante la semana, normalmente los sábados, pero lo del miércoles no era normal, y eso que el día ya iba de vencida. Es verdad que el gobierno no sólo permitía, sino que incluso aconsejaba salir a tomar el aire, pero aquello tampoco era normal. Es que me encontré hasta un tipo corriendo en vaqueros. En vaqueros. Además de un montón de gente en el Bois de la Cambre en grupitos, charlando tranquilamente, como si no hubiera coronavirus en el mundo, cosa que probablemente lamentaremos más pronto que tarde.
Ya sabemos que el ciclismo es el deporte nacional belga, y que no es extraño que los deportistas belgas ganen el campeonato del mundo o la medalla de oro en las olimipiadas, pero lo del atletismo es nuevo. Con los atletas de los demás países confinados en sus casas y sin entrenar, mucho me temo que Bélgica se va a hacer con un saco de medallas en Tokio. Si es que llegamos a tiempo de ver los juegos olímpicos, que ésa es otra.
Y si, tal y como van las cosas, no nos encontramos en unos días con un estallido de casos en Bélgica y, por tanto, con medidas más drásticas que nos confinen de verdad, no la broma ésta.
Entretanto, me voy a dormir, que mañana voy a ver si salgo a correr. Yo, que vivo en Bélgica y puedo. Chincha rabiña.
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