Sí, como todos los años, toca hacer balance del año que acaba de terminar y ver qué se plantea uno en éste que empieza. Que quede claro que sólo me voy a ceñir a los propósitos relacionados con la bitácora, no con los personales de cada uno. Sí, yo también me planteo perder dos kilos o hacer más deporte, pero eso aquí no toca, al menos no ahora.
El año pasado ya hubo una entrada muy parecida a ésta, en la que se planteaban propósitos de año nuevo. Quería llegar a las setenta entradas, en un alarde de optimismo que se ha demostrado poco realista, porque he acabado escribiendo cincuenta y tres, o sea, una por semana de media, y gracias. Quería escribir dos entradas sobre viajes por los Países Bajos, y me he quedado en una sola, y menos mal. Me proponía poner etiquetas a las entradas del pasado que no la tuvieran, y algo he hecho, pero ni con mucho lo que pretendía. Pensaba limpiar de bitácoras inactivas la barra de la derecha, y la barra de la derecha está exactamente igual que el año pasado por estas fechas.
Total, que hay que recordar la frase del nunca bien ponderado Víktor Chernomyrdin: "Queríamos hacerlo lo mejor posible, y salió como siempre." (Хотелось как лучше, а получилось как всегда) ¡Cómo lo echamos de menos!
Con prudencia, se podría intentar repetir este año los propósitos que he incumplido en el pasado. Creo que más o menos es eso lo que hace todo quisqui, y luego se acercan más, o menos, o nada. Vengan esas setenta entradas, las dos entradas sobre viajes(¡será por sitios a donde viajar!), el pulido a fondo de la barra de la derecha, y las etiquetas para todas las entradas que no dispongan de al menos una. Lo de las setenta entradas incluso podría ser: así como quien no quiere la cosa, es 3 de enero y ya llevo dos...
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