sábado, 1 de enero de 2022

2022

Creo que es la primera vez en los años que lleva esta bitácora que escribo una entrada el 1 de enero. A lo mejor lo hice alguna vez durante los primeros años, pero no estoy muy seguro, y la verdad es que me da un poco de pereza comprobarlo.

De momento, quería desear feliz año nuevo a los lectores que queden. Parece que queda alguno, menos de los que hubo en su día, pero tampoco es cosa de reprocharlo, porque el número de lectores suele ir parejo con la frecuencia de publicación, y lo cierto es que hace ya varios años en que el ritmo es bastante bajo, a pesar de una relativa recuperación en los últimos meses. A ver si la cosa mejora.

Sí que me gustaría hacer buenos propósitos, que es lo que toca en días como el de hoy. Podría decir que un buen propósito sería publicar más, pero quizá acabara publicando cualquier cosa sin sentido, y no es cuestión, así que me voy a conformar con enumerar un par de cosas que me gustaría hacer.

En primer lugar, creo que ya va siendo hora de terminar la serie sobre mandamases de Bruselas, que ya se está prolongando demasiado. Queda poco para terminarla, porque sólo queda el período que transcurre entre 1815 y la actualidad, pero es que la serie empezó en marzo de 2020, como la propia pandemia, y ya va durando demasiado. No creáis, estoy aprendiendo yo mismo un montón con ella.

Sería chulo llegar, si Dios me concede llegar hasta 2023, a las mil quinientas entradas desde el inicio de la bitácora para cuando se termine este año que hoy empieza. Eso significa que debería incrementar algo el parsimonioso ritmo de los últimos tiempos, pero tampoco tanto: faltan ahora mismo setenta entradas para llegar a esa cifra. Nada que no se pueda alcanzar dándole a la tecla con una frecuencia asequible.

También querría continuar la serie sobre los viajes por estos andurriales. Claro, eso sería excelente porque significaría que sería posible hacer viajes por aquí (cualquiera intenta ahora meterse en lo que siempre se ha llamado Holanda, donde están confinados a cal y canto), y eso implicaría que la pandemia, al menos, habría perdido peligro. Pero claro, es que esa serie daría pie para aprender muchas cosas sobre historia y cuestiones de esta bendita región del mundo, y digo yo que hasta el lector más despistado se habrá dado cuenta de que al autor de estas líneas le encanta la historia.

Eh, y también me gustaría ordenar un poco todo esto. Hubo un tiempo en que perdí la costumbre de poner etiquetas (bueno, directamente perdí la costumbre de publicar), y yo, en general, no soy un tipo descuidado, así que debería hacer honor a esta condición y pulir un poco cómo están organizadas las cosas por aquí.

Finalmente, esto no estaría completo si no me metiera en algún berenjenal, como tantas veces he hecho antaño, con opiniones alejadas del sentir general. De hecho, creo que está llegando el momento de comenzar el año pisando charcos, con lo que la pregunta es: En materia de felicitaciones, ¿felicitáis la Navidad o el Año Nuevo, o qué hacéis? Hasta ahora, podías felicitar a todo quisqui como quisieras sin temor a represalias, pero todo indica que eso está cambiando en la Europa de 2022.

Pero esto toca para otro momento. Ahora toca comida de Año Nuevo, y se me está haciendo tarde. Como siempre.

5 comentarios:

J.M dijo...

Feliz año nuevo!

Alfor dijo...

JM, bienvenido y gracias.

Fer Sólo Fer dijo...

Por aquí se felicita tó lo que se pilla. ¡Feliz Año Nuevo! ¡Felices Reyes Magos de Oriente! :b

Alfor dijo...

¡Ésa es la actitud, Fer Sólo Fer!

Óscar Aransay dijo...

Secundo la idea de Fer Sólo Fer, se felicita todo lo que se pueda. Si nos dan a elegir, ¡Feliz Navidad!, aunque sea tarde y por llevar la contraria. Sólo desearos un buen 2022 , que venga con bien y con esas setenta entradas. ¡A por todas!