jueves, 31 de mayo de 2012

Vacas flacas televisadas

Ya de vuelta en Moscú, parece que efectivamente las cosas por España deben ir muy mal, y no sólo porque algunos comentaristas de esta bitácora se echen puyas, no. Debe haber algo más.

Para empezar, todo español que viene por aquí desde hace varios meses dice que España está mal. Los que son empresarios (y siguen siéndolo de momento) añaden que está tan mal que la práctica totalidad de la producción tienen que exportarla, y por eso están por Rusia, a ver si alguien les compra.

Para seguir, los propios rusos con los que hablan se frotan las manos pensando que las cosas están tan mal que seguro que van a conseguir una rebajita de los españoles que les quieren vender cosas como sea. Y que todos mencionan que España está a punto de cascarla, a ver si así los españoles reducen (más aún) los precios.

Pero lo definitivo es que la crisis de España sale en los telediarios rusos. Para hacernos una idea, lo único que históricamente ha salido de España en los telediarios rusos son los partidos entre el Madrid y el Barcelona (de fútbol, se entiende). El resto, ni pum. Pero no sólo de España. En los telediarios rusos se habla de cualquier cosa que hagan Putin o Medvédev, pero casi de nada más, y su información internacional se limita a alguna catástrofe natural con muchos muertos y a algo que pase, pero muy de pasada, en Estados Unidos, sobre todo si sale Obama. A Frau Merkel también le hacen algo de caso. Hay países que jamás han salido en un telediario ruso y que para el espectador local son tan ignotos como la Atlántida o la ínsula Barataria.

Pues eso, que el hecho de que haya salido la crisis española es algo insólito y un signo de que la cosa debe ser realmente grave. También puede ser que los rusos tengan ganas de regodearse de alguien, ahora que ellos estén de vacas gordas después de años de empalmar una crisis económica con la siguiente.

De todas formas, lo de regodearse debería ser relativo: y es que en las últimas semanas, el petróleo ha comenzado un curso descendente y, de golpe, el rublo ha caído un 6% en menos que canta un gallo.

A ver si no sólo en España está pasando algo.

martes, 29 de mayo de 2012

Almansa financiera

Vengo de pasar una semana en Valencia, que, como es sabido, es la millor terreta i la més bonica del món. Desde Moscú, uno lee la prensa española, y se hace cruces, pensando que no puede ser tan mala la situación como la pintan y que no es para tanto.

Sí es para tanto.

Esta gente que tenemos dirigiendo los destinos de Valencia la han estado haciendo muy buena, y no sé siquiera si son conscientes del desastre que han causado. Hasta ahora, en toda la historia de Valencia, se tenía por año más nefasto el de 1707. Hasta ahora, insisto. En ese año, las tropas de Felipe V, al mando del duque de Berwick, derrotaron en la famosa batalla de Almansa a las tropas del archiduque Carlos, y acto seguido ocuparon todo el Reino de Valencia, poniendo fin a las instituciones valencianas propias y a la época foral. El Reino de Valencia, que se siguió llamando así, pasó a ser, de hecho y de derecho, una provincia de Castilla. Y los valencianos nos quedamos, no sólo sin instituciones políticas propias, sino también sin nuestro derecho civil particular y, de esta manera, pasamos de casarnos en régimen de separación de bienes a hacerlo en gananciales, como en la Corona de Castilla, cosa no vista antes en la valenciana tierra, y así más cosas.

Lo de estos últimos meses está siendo bastante peor. Durante la tira de años, de acuerdo, las decisiones políticas las tomaban otros, pero el dinero lo podíamos tener en entidades propias con obra social propia y, se supone, sin ánimo de lucro, y que tomaba las decisiones sobre inversión sin que nadie les rechistara.

Estos que nos gobiernan, en menos tiempo del que necesitó Felipe V para dar la puntilla a las instituciones forales, se las han apañado para hacer un desastre tan grande que ha llevado a las tres instituciones financieras valencianas a la muerte directa, con el resultado de que las tres han sido tomadas por capital de fuera, han pasado a ser instituciones con un clarísimo ánimo de lucro, dominadas por accionistas, y cuya supuesta obra social va a ser cada día más supuesta, porque los accionistas lo que quieren son euros, no palmaditas en la espalda.

Y da grima pasar por Valencia, donde aún se pueden ver los carteles fantasma de Bancaja y de la CAM en las oficinas, y darte cuenta de que esas oficinas ya no pertenecen a Bancaja ni a la CAM, que sus gestores se han cargado ambas entidades y que, encima, han sacado un pastón que los demás mortales no ganamos en toda una vida, ni en varias que tuviéramos, como si fueran gente eficiente. Y así es como el otro día dimitieron todos los consejeros valencianos de BFA, la matriz de Bankia, cosa lógica, porque ya no representaban a nadie. Lo conseguisteis, machos. Ya no nos queda nada.

Eso sí, a nuestros gobernantes locales les han entrado una fiebre pseudoforal del quince. Son más autonomistas que nadie, quieren recuperar el derecho civil de Jaime I (que, recordémoslo, vivió en el siglo XIII), pero no entero, no, sino algún cachito que les sirva para marcar paquete foral y jorobar al paisanaje, que, después de más de trescientos años de derecho común, no recuerda otro.

Por tanto, ya no podemos meter nuestros ahorros en entidades valencianas, que tomen decisiones de inversión y tengan obra social local, pero, cuando nos casamos, lo hacemos otra vez en régimen de separación de bienes, como antes de 1707, no como esos castellanos ordinarios, que lo hacen bajo el denostado régimen de gananciales.

Autonomía, creo que llaman a esto.

viernes, 25 de mayo de 2012

Como la leche

Valencia es la tierra de las flores, de la luz y del amor. Y del sol. Es mayo, no agosto, y todo el mundo luce un bronceado, por lo menos, básico. En la consulta del dermatólogo, en la sala de espera, se escuchan consejos sobre cremas protectoras, factores de protección y esas cositas que se pone la gente para no pillar un cáncer... hasta que llega mi turno, me quito la camiseta y el médico me mira, primero al torso y luego a la cara, como para asegurarse de que no soy un cadáver que viene a revisarse la piel.

- Tú no eres mucho de ir a la playa, ¿verdad?

Mejor no le digo por qué estoy así y dónde paso los inviernos.

lunes, 21 de mayo de 2012

Maniobras (II)

Habíamos dejado a las alegres fuerzas de seguridad rusas ocupando lugares en primera fila, para ver bien lo que se estaba mascando, desde muy temprano. Ahora vamos a ver el desarrollo de los acontecimientos posteriores y de cómo esos chicos tan traviesos celebraron el domingo que les había tocado vivir en Moscú, en lugar de irse a la dacha, como todo el mundo.

Cada vez se añade más gente a la fiesta.

Los de Tulipán tampoco se lo quieren perder.

Ni los ciclistas de antes... bueno, quizá sean otros, ¡como todos somos iguales!

Por fin, empieza el espectáculo y comienzan a llegar los primeros manifestantes, que tratan de pasar por el espacio que les han dejado para llegar a la plaza Bolotnaya. Esto me recuerda cuando en el Tour de Francia los espectadores sólo dejan un pasillito para que pasen los ciclistas, en su afán de no perderse una y de verlo todo muy bien.

Huy, va viniendo más gente. Y con banderitas y todo.

Y también se han traído a un profesor de yoga.

Pero tendrá que limitarse a dar una clase teórica, a esos alumnos que le siguen.

Mientras tanto, los de los cascos se les han colado a los que llevaban allí desde la mañana, y ahora son ellos los que están en primera fila. Los pobres de atrás no van a ver nada...

Y es una pena, porque cada vez hay más gente. A ver si se desbordan...


Ay, ay, ay... que aquí ya empieza a haber mucha gente... que esto se sale. Esto ya me recuerda cuando los ciclistas del Tour se enfadan en las etapas de montaña, porque casi no pueden pasar.


Pues sí, se desbordó la cosa.


Ahora es cuando toca jugar a pillar. En un bando, los que van vestidos de gris; en el otro, los demás. La llevan los de gris, que empiezan a perseguir a los demás.


Ahora la lleva el chico ese de la bandera. Le han pillado.


Un pasillo a los campeones, sí, señor.


Ahí, ahí, a hacer compañía al profesor de yoga de antes.


El juego continúa con gran alborozo de todos los participantes.


Pero los de gris parece que llevan ventaja. La clase de yoga va a estar muy concurrida.


Los de gris con casco también quieren jugar un poquito y hacen una carrera. El único que seguro se va de rositas es el ciclista, a quien nadie parece hacer mucho caso.

Y así acabó la manifa del 6 de mayo. También son ganas, con lo vacía que estaba la ciudad, querer juntarse tanta gente en el mismo punto. Entretanto, la cosa parece que sigue y ahora están intentando acampar, como unos vagabundos cualquiera; ahí la policía seguro que tendrá algunas dudas, porque es notorio que en Moscú hay gente que (muy a su pesar) tiene que buscarse todos los días un lugar para dormir (y, casi todos, para dormirla). La poli tendrá que aguzar la vista para distinguirlos de los opositores.

Pero eso es otra historia, y será cosa de contarla en otro momento.

viernes, 18 de mayo de 2012

Todos somos turkmenos

Por mucho que el desenlace de la manifa del otro día esté en el horno todavía, en esta bitácora estamos especialmente atentos a las noticias que llegan desde Turkmenistán, que tienen preferencia absoluta sobre cualquier otra cosa, tanto más cuanto que lo bueno de los artículos sobre Turkmenistán es que, en la práctica totalidad de los casos, se comentan solos. El que desee leer el original lo tiene aquí.

Un académico turkmeno ha demostrado el origen asiático de los aztecas y de los vikingos.

El miembro de la Academia de Ciencias de Turkmenistán Odek Odekov ha llegado a la conclusión de que que muchos pueblos proceden de los antiguos turkmenos. Según la agencia "Ferganá", ha escrito sobre este asunto en los libros "Somos asiáticos, arios, turkmenos" y "Huellas de los turkmenos en la Tierra". Los libros son un compendio de los artículos escritos por el autor a lo largo de los años de independencia de Turkmenistán. Según indica la agencia, no han salido a la venta por una razón desconocida. El autor se los deja a sus conocidos para que los lean, pero exige que luego se los devuelvan.

Odekov afirma que los turkmenos, en particular, son antecesores de los chinos (ello lo argumenta con el hecho de que en chino hay "signos que, sin gran transformación, expresan la palabra "turkmeno").

Igualmente insiste en que el etnónimo "turk" es una transformación de la raíz "teke". "Teke" es la denominación de una de las tribus turkmenas. Odekov, haciendo notar que desde un punto de vista etimológico la palabra está asociada con el significado "carnero", indica que los símbolos de este animal (o sus cuernos) desempeñan un papel importante en casi todas las culturas antiguas. En opinión del científico, ello es una prueba más de que las civilizaciones mundiales proceden de los antiguos turkmenos.

El académico Odekov también considera que Zaratustra era turkmeno (más concretamente, procedente del Turkmenistán Meridional), y que el zoroastrismo surgió en la antigua ciudad turmena de Nise. El autor de la investigación incluso traza paralelismos entre Zaratustra y el antiguo presidente de Turkmenia Saparmurat Niyazov, autor del "Rujnama" (un tratado histórico filosófico declarado en la República libro sagrado de lectura obligatoria). "Veinticinco largos siglos después de Zaratustra", constata el académico, "en la sagrada tierra de Turkmenistán nació Saparmurat Turkmenbashi, el Grande, creador de la constitución espiritual de la antigua etnia turkmena, el "Rujnama", que se difunde triunfalmente por los países y continentes de la Tierra."

Odekov también utiliza las investigaciones sobre Zaratustra para apuntar el origen turkmeno de los escandinavos (aclara que Zaratustra y el dios escandinavo Odín son la misma persona). "En la etnogénesis de los pueblos escandinavos y en el surgimiento de sus estados (Islandia, Noruega, Suecia, Dinamarca) jugaron un papel importante nuestros antecesores turkmenos, los ogusios", concluye el investigador.

Entre otros descendientes de los antiguos turkmenos, este miembro de la Academia de Ciencias ha descubierto a los aztecas y los sumerios. En este último caso, el científico indica la conexión entre la palabra "sumerio" y la denominación de la tribu turcoasiática de los "savires". Por añadidura, la palabra "sumer", tal y como indica Odekov, coincide en su sonido con las palabras turkmenas "sum" y "er", que significan, respectivamente, "lugar nefasto" y "tierra".

Hay que recordar que anteriormente el presidente de Turkmenistán Gurbanguly Berdymujamedov había encargado a los científicos que revisaran el pasado de los turkmenos y prestaran especial atención a la "justificación científica de la teoría del origen del pueblo turkmeno". Con su antecesor Saparmurat Niyazov se consideró oficial la teoría histórica contenida en su "Rajnama". Ahí se afirma, entre otras cosas, que los turkmenos fueron los primeros en fundir minerales y que construyeron el primer carro, con lo que "la rueda turkmena giró el curso de la Historia."

miércoles, 16 de mayo de 2012

Maniobras (I)

Últimamente la oposición está muy díscola y no se dedica más que a hacer cosquillitas al Gobierno. El Gobierno, el ruso, para que no se diga que pasa del asunto y que no quiere jugar, ha decidido que ya está bien y ha decidido que sí, que él también sabe hacer cosquillas y que ahí están sus esbirros para jugar a pillar.

Jo, y será por esbirros... ¿De dónde saca Putin tantos policías, militares y fuerzas de seguridad? No está claro que haya tanta gente voluntaria, y más sabiendo lo que hay y que uno no entra en las fuerzas de seguridad rusas con la intención de ser más honrado que un buñuelo y servir al bien. Hace unos años, estuve en una conferencia donde el interviniente, ruso él, dijo que parte del problema era precisamente ése: que había una barbaridad de gente que, a sabiendas de que su salario "oficial" no les iba a dar ni para pipas, entraba en los cuerpos de seguridad contando con el "otro" salario.

Y sí, hay mucha gente así, como se puede ver con cierta frecuencia por Moscú. Tomemos un ejemplo reciente, el del 6 de mayo pasado, en que la ciudad estaba colapsada, como vimos en una entrada anterior, por distintas manifestaciones, políticas y deportivas, pero quedémonos con una de las primeras, la de la oposición en Bolotnaya Ploschad, una manifestación, por cierto, autorizada por el municipio.


Bolotnaya Ploschad es esa superficie arbolada que se ve a la derecha de la imagen. De buen matín mañana, y mucho antes de que Udaltsov, Nemtsov, Limónov, Ponomaryov, Navalny y los demás sospechosos habituales se hayan levantado (y no digamos Kseniya Sobchak), unos curiosos camiones de color naranja atraviesan el puente. En un día normal, ese puente está permanentemente atascado, como bien sabemos los que lo evitamos como la peste, aunque sea el camino más corto para llegar a nuestro destino.


En España, con ese color, diríamos que son los típicos camiones de butano, aunque, como veremos, lo único que tienen en común con ellos es que sus ocupantes se dedican a repartir. Sea como fuere, los camiones maniobran y bloquean el puente de manera que por ahí no pueda pasar ni el aire.


Obviamente, eso no puede hacerse impunemente, y menos a dos pasos del Kremlin, por lo que las fuerzas del orden aparecen, quizá con el ánimo de montarles un pollo a los osados conductores de esos vehículos.


Pero no. Los camiones forman parte del dispositivo de seguridad de la futura manifa. Los omones, esos chicos de gris, comienzan a situarse en sus posiciones con el parapeto de los camiones. Por un momento podría pensarse que no se trata de una manifestación autorizada, sino que la Wehrmacht está lanzando una ofensiva con varias divisiones.


Aquí tenemos a los enchufados de siempre, que se colocan en primera fila para mejor ver el espectáculo. Eso sí, los chicos han madrugado bastante y les espera un buen rato de plantón.


Al poco, llega más gente a disputarles el puesto a los anteriores. Muy ordenaditos y en fila india. Ya los traen, no en camiones naranja, sino en autobuses, camiones de camuflaje, coches patrulla y en todo lo que tenga ruedas.


Se ve que hay buena armonía y que los que habían llegado primero se aprietan un poco para hacer sitio a sus amiguetes más perezosos.


Pero al final no hay más remedio que formar una segunda fila... y sigue llegando gente.


¡Eh! ¡Aquí tenemos otra comparsa! Estos llevan cascos, palos y todo tipo de material antidisturbios.


Y también se colocan en filas, dos, concretamente, pero unos metros por detrás de los anteriores, seguramente para no molestarles.


Al final, la cosa queda con tres filas de omones de los primeros que llegaron, dos filas de los que han llegado detrás, unos cuantos espontáneos por delante y por detrás, unos cuantos camiones de butano esparramaos por los alrededores del puente y vallas por todos los sitios. Yo creo que estas cosas son fomentadas por el lobby de los fabricantes de vallas, que tienen un chollo con días como éste. Con tanta parafernalia, uno pensaría que nadie en su sano juicio se atrevería a acercarse por allí, ¿verdad?


Pues se les han colado dos ciclistas, lo cual confirma una vez más que las autoridades no saben qué hacer con nosotros.


Ah, y allá al fondo vemos que hay una nueva barrera de seguridad, casi al otro lado de Bolotnaya Ploschad. Pero acerquémonos un poco más para verlo mejor.


Efectivamente. La primera línea de defensa está casi lindando con el río, y el resultado es que los manifestantes, que se espera que sean un montón, vayan a tener que acceder a Bolotnaya Ploschad por un pasillito de un par de metros, cuando podían haberles dejado no menos de doscientos metros para que llegasen sin apreturas. Cuando lleguen los manifestantes, la cosa puede ponerse... simpática.

Hay que reconocer que la cosa promete.

En la próxima entrada veremos si cumple.

lunes, 14 de mayo de 2012

Redadas

Se acerca el 15-M, y por estas fechas, como los turrones vuelven a casa por Navidad, va a comenzar a ser tradicional salir a la calle a protestar contra el régimen imperante. En España, parece que la policía va a ser menos contemplativa que el año pasado, al menos por las noticias que llegan a Moscú.

En Moscú, salir a la calle a protestar no es fácil, pero las autoridades no se conforman con eso, y han dado un paso más adelante. Este año, las autoridades están procediendo a detener a gente que podría estar preparando actos subversivos, como manifestarse y eso. Sí. Más vale prevenir.

En el bulevar Nikitsky, no muy lejos de las Nikitskie Vorota, se encuentra el restaurante Jean Jacques, que ya se deduce por el nombre que no es de cocina rusa. Alfina habrá ido por allí unas cuantas veces; yo sólo una. La comida me gustó mucho, pero el ambiente estaba muy cargado y, además, algo me debió sentar mal, porque por la noche... bueno, eso. Hasta hoy no he vuelto a ir.

Ese fue el sitio que debieron elegir algunos representantes de la oposición para reunirse. Se ve que lo de reunirse en un restaurante no le mola a las fuerzas de seguridad, porque empezaron a "limpiar" el restaurante a base de bien, como se ve en el vídeo. O eso, o algún pez gordo del Kremlin había cenado allí unos días antes y luego pasó una noche tan mala como... bueno, eso.

El caso es que en Moscú no es necesario manifestarte sin autorización para que te detengan; ahora es suficiente con irte a cenar con alguno de los sospechosos habituales. Todo son facilidades para el alojamiento por cuenta del Estado.

De todas formas, yo sigo sin saber muy bien de dónde salió el chivatazo de que los opositores estaban allí. Sí, ya sé que los servicios secretos marcan bastante de cerca a los líderes opositores, pero mis sospechas sobre quién pudo ser el judas recaen sobre el dueño del restaurante.

Después de todo, la publicidad que le han hecho con la redada no la hubiera podido pagar ni vendiendo el restaurante. Vamos, si incluso yo me estoy planteando si no debería volver por allí.

A ver si hacen arroz hervido...

jueves, 10 de mayo de 2012

Victoria humedecida

Nunca había pasado una cosa así. Al menos, desde que yo estoy por aquí, y probablemente desde que Luzhkov fue nombrado alcalde de Moscú; pero ha sido cesarlo y acabarse el sol el 9 de mayo. El nuevo alcalde, Sobyanin, no le llega al anterior a los talones en eficacia meteorólogica.

Ayer mucha gente cree que la noticia estuvo en los tortazos que se dieron la policía y la oposición (más bien los primeros a los segundos), pero no. Eso no debería ser ni noticia, y menos últimamente, en que pasa varias veces al día. Lo verdaderamente noticioso es que ayer llovió en Moscú durante el desfile militar.

Luzhkov no lo hubiera permitido. Luzhkov, en todos los años de su mandato, contrataba aviones para dispersar las nubes y, efectivamente, siempre consiguió que la mañana del 9 de mayo fuera soleada. Costaba un quintal, sí. Más de una vez hizo un frío que pelaba (yo he llegado a ver dos magros grados), sí. Por la tarde se le acababa el invento y llovía indefectiblemente, sí. Pero la mañana del 9 de mayo era sagrada, y tenía que ser soleada sí o sí.

Al levantarme ayer y ver el cielo cubierto pensé que me había equivocado de día. Que volvía a ser 8 de mayo, como en el día de la marmota. Pero no. Era 9 de mayo, por la mañana, estaba lloviendo, el cielo estaba cubierto y nosotros, que nos queríamos ir de excursión al bosque con un grupo, nos quedamos sin excursión, porque, aunque dejara de llover, en el bosque no se podría más que chapotear, nada de asar carne.

Sobyanin dimisión. Ya.

martes, 8 de mayo de 2012

La ciudad tomada

Por lo menos, lo advierten: esta imagen de ahí al lado son los cortes de calles que habrá mañana, durante el desfile del Día de la Victoria. Si vives en el centro de Moscú, es evidente que lo tienes chungo si quieres hacer vida normal. Y bien está así, porque el Día de la Victoria es lo más parecido que hay a la fiesta mayor de cualquier lugar de España, donde nadie se queja de que corten los accesos a la ciudad durante las Fallas, por ejemplo, y eso dura una semana y deja Valencia totalmente sitiada. O, siendo más modesto, durante la procesión del Cristo de mi pueblo, en que, naturalmente, las calles principales se cortan y al que no le guste, que se aguante. Pues aquí también, claro que sí.

Como el desfile de la Victoria de la Plaza Roja sólo es para altos dignatarios, y yo no lo soy, y el desfile de cacharros militares ya lo vimos en otra ocasión y básicamente sería repetir lo ya vivido, ahora toca retirarse de Moscú y salir al campo, lejos de los fastos y de los medallistas impostores que recorren la ciudad todo ufanos.

Ah, y queda pendiente contemplar el espectáculo de la policía rusa maniobrando, pero eso será otro día.

lunes, 7 de mayo de 2012

Cortes y recortes

Si en España están de moda los recortes, en Rusia, y más particularmente en Moscú, lo suyo sólo son los cortes. En particular, los cortes de calles.

Ayer, domingo, fue un día especialmente prolífico en cortes. Uno piensa que un domingo previo a un fin de semana de cuatro días (sí, sí, cuatro, en Rusia nadie trabajará hasta el jueves) debía ser un día poco conflictivo a efectos del tráfico y que se circularía con normalidad. Pero en Moscú todo es posible, incluso complicar la vida de una ciudad en un día como éste, en el que, ojo:

1. Tenían lugar los ensayos para el desfile del día 9 de mayo, en que se conmemora la Victoria (con mayúsculas) en la única guerra que han librado los rusos desde que el mundo es mundo. Las demás son escaramuzas sin importancia. Con tal motivo, procedía cortar casi toda la mañana la calle Tverskaya, la calle Novy Arbat y parte del Sadovoye Koltsó. Es decir, todas las arterias principales que comunican el centro de Moscú con el norte. El ayuntamiento no dice nada, claro, porque el que se meta con el Día de la Victoria es un fascista.

2.- La oposición, en vísperas de la investidura de Putin como presidente, convocó una manifestación en su lugar habitual: por Bolshaya Yakimanka hasta la plaza Bolotnaya, con una asistencia prevista de cinco mil personas, que luego parece que fueron bastantes más. Por tal motivo, procedía cortar las calles destinadas al recorrido de la manifestación y la mayoría de las adyacentes (éstas para poner las cosas difíciles al que quisiera manifestarse con la oposición, claro). El resultado es que las comunicaciones entre el centro de Moscú y las salidas hacia el sur quedaron cortadas.

El ayuntamiento no dice nada y autoriza la concentración de la oposición, que ya estaba dispuesta a llamarle fascista como no lo hiciera, y ya iba aclarando la voz, porque estaba tardando en autorizarla.

3.- Como la oposición había convocado una manifa, el poder no quiso ser menos y convocó otra, esta vez en Poklonnaya Gorá, también lugar habitual en sus mítines. Ello hacía necesario cortar vías como la avenida Kutuzovsky y, con ello, complicar la salida desde el centro hacia el oeste.

El ayuntamiento no tiene más remedio que autorizar la concentración del Frente Popular (sí, se llama así), porque el alcalde quiere seguir siéndolo.

4.- Ajenos a tanto trajín, el honrado club de atletismo que organiza una de las maratones de Moscú decide montar una media maratón (sí, veintiún kilómetros y un poquito) en los alrededores del estadio olímpico. Como consecuencia de ello, hay que cortar la avenida Olimpiysky, las calles adyacentes y un buen cacho más del Sadovoye Koltsó, bloqueando las salidas desde el centro al nordeste.

El ayuntamiento no se opone, claro, porque, ya puestos, qué más dará acabar de jorobar la mañana al personal.

Total, que salir del centro de Moscú era más difícil que salir de Berlín por estas fechas de hace 67 años, con lo que los residentes en él hemos tenido que dar una vuelta impresionante, escapando por el este para pillar un atasco impensable en estas fechas y terminar llegando a nuestro destino por una ruta totalmente absurda.

Pero lo bueno es que no tengo ni idea de cómo se las han montado para sacar tantos policías como ha hecho falta para controlar todo esto. De momento, pasado mañana veremos un testimonio gráfico del asunto.

viernes, 4 de mayo de 2012

Humor comunista

Una de las cosas buenas de los regímenes totalitarios es que estimulan el sentido del humor. Ante lo que tienes encima, como además se te ocurra protestar, puedes acabar muy malamente, así que la válvula de escape es ésa: inventar y contar chistes. La gran ventaja es que muchas veces te sirven los chistes que inventaron en los regímenes anteriores, y que basta con cambiar de protagonista: sustituya Brezhnev y Súslov por Kim Il Sung y Kim Jong Il, entre otros próceres, y los chistes siguen pudiendo ser aprovechados.

En los regímenes realmente totalitarios, el chistoso puede pasarlo bastante chungamente, así que lo mejor es pasar al anonimato. Sirva como ejemplo tenebroso el de Karl Radek, el bolchevique más chistoso. Aunque era judío, contaba un montón de chistes de judíos, dejándolos fatal y, aunque era bolchevique, se le consideraba autor de una colección de chistes antisoviéticos. Para él, lo importante era reírse, por lo visto, y no seré yo quien se lo reproche.

Stalin también tenía sentido de humor, pero se ve que sólo si el chiste lo contaba él. Se cuenta que un día llamó a Radek a su presencia y le habló en tono conminatorio:

- ¡Camarada Radek! He oído que va usted inventando chistes sobre mí. Sepa que soy el líder del proletariado mundial.

A lo que respondió Radek, tras pensar un momento teatralmente:

- No, camarada Stalin. Ése no me lo he inventado yo.

El destino final de Radek es fácil de suponer en aquel régimen, incluso sin leer su biografía. Los chistosos que le sucedieron en la invención de chistes anticomunistas, por su propia seguridad, ya nunca salieron del anonimato.

Hoy quedan pocos regímenes comunistas, o totalitarios en general, pero todavía queda alguno. Como ejemplo final para esta entrada, ahí van unos cuantos con sabor caribeño, y sin acritud, porque los cuentan los propios cubanos. Si vives en Corea del Norte o en algún otro sitio del mismo jaez, basta con cambiar los nombres; aunque, la verdad, si vives en Corea del Norte, tus posibilidades de leer esto son prácticamente nulas. Ahí van:

* * *

- ¿Sabes que los cubanos no descienden del mono? Descienden de la foca.
- No, no lo sabía. ¿Y eso por qué?
- Porque aunque tienen el agua hasta el cuello, se pasan el día aplaudiendo.

* * *

Uno de los adelantos de la medicina cubana es no tener que darle una nalgada al recién nacido.
El médico se acerca al bebé y le dice al oído:
- Oye... naciste en Cuba.
Acto seguido, el niño empieza a llorar.

* * *

Un cubano le pregunta a su hijo de 6 años:
- ¿Qué quieres ser cuando crezcas?
- ¿Yo?... ¡Extranjero!

* * *

Un cubano y un estadounidense echan una carrera y gana el gringo. El día siguiente, el titular de Granma:
Cuba en segundo lugar; EEUU en penúltimo.

* * *

Se muere Fidel.
Raúl Castro, en la despedida de duelo del comandante en jefe, dice:
- Lo que enterramos hoy, aquí, es una semilla...
Se oye una voz entre la multitud:
- ¡La madre a quien la riegue!

* * *

Fidel va a un círculo infantil y dice a los niños:
- Ahora les voy a cantar una cancioncita: Los pollitos dicen pío, pío, pío, cuando tienen hambre, cuando tienen frío... Ahora, canten una cancioncita para mí, compañeritos...
Y los niños responden:
- Pío, pío, pío, pío, pío...

* * *

Fidel está dando uno de sus discursos en la plaza y dice:
- ¡Y a partir de ahora, habrá que sacrificarse más!
Y alguien grita:
- ¡Trabajaremos el doble!
Sigue Fidel:
- ¡Y hay que comprender que habrá menos alimentos!
- ¡Trabajaremos el triple!
Algo molesto, Fidel continúa:
- ¡Y las dificultades crecerán!
- ¡Trabajaremos el cuádruple!
Fidel vuelve a ver a su jefe de seguridad y le pregunta:
- ¡Coño, chico!, ¿quién es ese idiota que dice que va a trabajar tanto?
- No se preocupe, Comandante, es el sepulturero.

* * *

Fidel dando un discurso:
- ¡Compañeros!, gracias a Dios este año tendremos montañas de arroz.
Raúl, asombrado, lo llama aparte y le amonesta:
- Fidel, mi hermano, ¡pero si Dios no existe!
- No, si el arroz tampoco...

miércoles, 2 de mayo de 2012

Rechace imitaciones

Seguimos dando vueltas por el hipermercado, donde las estanterías de las bebidas alcohólicas son una mina. Y traen recuerdos juveniles de aquellos años que vivimos peligrosamente, cuando la panda de inconscientes que éramos mis amigos y yo con más o menos veinte años salíamos los fines de semana con los bolsillos bastante vacíos (o sea, con todo lo que teníamos). No sé si éramos unos pobres inconscientes, o unos inconscientes pobres, o las dos cosas a la vez, que es lo más probable.

Lo normal era que acabáramos comprando entre diez o doce una botella de algún licor y algo no alcohólico para mezclarlo. De las marcas caras pasábamos directamente, por incompatibilidad manifiesta con la cantidad que podíamos reunir. Además, nos hacían gracia las imitaciones. Estaba el vodka Smirnoff, de importación, que costaba lo que entendíamos que era un dineral... y al lado estaba el vodka Stienka, con la etiqueta en letras que pretendían ser ruso y que me hacían destornillarme de risa (incluso antes de beber nada), porque para entonces yo ya conocía bien el alfabeto ruso y tenía clarísimo que aquello no tenía nada que ver.

Luego mirabas bien la etiqueta, si no te habías quedado ciego, y te dabas cuenta de que estaba destilada en Torrepacheco, como la gama de productos Thipo's: ron Thipo's, ginebra Thipo's, vodka Thipo's y, para terminar, el anís Thipo´s. Yo creo que el contenido era el mismo, y que sólo les cambiaban la etiqueta. Al menos, los cuatro sabían igual.

Y, al lado, para el que prefiriese la ginebra, estaba la Larios de toda la vida, y junto a ella estaba la ginebra Lirios, destilada en Liria, con lo que, encima, comprándola potenciábamos el producto valenciano. Luego podías ir al mercadillo y comprar las zapatillas Adibas por cuatro chavos, para acabarlo de arreglar.

Las desventajas de consumir aquellos brebajes estaban claras: dolores de cabeza, resacas de órdago y algún que otro ataque de amnesia, entre otras cosas menos agradables. La mayor ventaja, aparte del precio, es que resultaba facilísimo dejar de beber. Vamos, es que no costaba ningún esfuerzo.

Bueno, pues la moda de las imitaciones ha llegado a Rusia, sí, señor. Ahí va eso.
A la vista de los diferentes precios del vermú "Martini" y del producto local "Martuni", y de mis antecedentes, un poco más y me llevo un botellón de "Martuni" para probar.

Lo que pasa es que, ya alargando la mano, sentí en el paladar, después de la tira de tiempo, el sabor insoportable del anís Thipo's y me dio un escalofrío.

Ya será otro día. O no.